Nos Disparan desde el Campanario Argentina: Negociación con el FMI por Decreto de Necesidad y Urgencia… por Julio C. Gambina
Fuente: Sin Permiso
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Finalmente, se envió al Congreso un
DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) para avalar la negociación con el FMI.
¿Qué se negocia? Lo que negoció Alberto Fernández y Martín Guzmán en 2022, que
habían negociado el “odioso” préstamo otorgado a Mauricio Macri en 2018. Un
préstamo «odioso» en 2018 lo sigue siendo en 2022 y en 2025.
Es «odioso» porque no sirve ni al
pueblo ni a la Nación, ya que el acreedor y el deudor sabían que no había
destino para el “desarrollo” y, además, la imposibilidad de cancelación. Fue
una operación ilegítima e ilegal.
Lo que ahora se negocia se hace de manera
ilegal, por anti-Constitucional, ya que no había ni «necesidad ni urgencia» en
pleno periodo de sesiones ordinarias del Congreso, por lo que debió enviarse
una ley y no un DNU.
Más allá de esta irregularidad, lo
que se negocia tiene problemas de origen, sin perjuicio que lo que ingresó en
2018, lo hizo por una puerta giratoria, agigantando la fuga de capitales.
Existe ilegitimidad de origen y de
proceso (2018-25), con identificados beneficiarios inmediatos, según informe
del BCRA (Banco
Central de la República Argentina) del 2020,
y un pasivo que se cargó a las cuentas de la sociedad, que es la que viene
soportando el flagelo de la deuda,
especialmente los más empobrecidos, sujetos principales del ajuste sempiterno
de la gestión Milei.
Con el DNU nos enteramos que los
fondos que se liberen, por ahora una incógnita respecto de su magnitud, solo
podrán usarse para cancelar deuda con el FMI y “letras intransferibles”,
otorgadas al BCRA a cambio de Reservas Internacionales por parte del Tesoro
Nacional.
Esas «Letras intransferibles» son
papeles que figuran en el balance del
BCRA, que no se negocian en el mercado secundario y que generan un
bajísimo interés. Es una deuda entre organismos del Estado
Nacional.
El BCRA tendría unos 23.084 millones
de dólares en Letras intransferibles, que en distintos momentos entregó el
Tesoro Nacional a cambio de divisas de las Reservas Internacionales que
gestiona el BCRA.
Esas Letras estaban valorizadas en
67.350 millones de dólares y bajo la gestión actual al frente del BCRA, de
Bausili, se revaluaron esos activos en menos de 20.000 millones de dólares.
Las razones para el cambo de la
valorización remiten a que aquel valor no era real, “recuperable”, y como no
existe posibilidad de colocarlas en un mercado secundario se hizo una
valoración menor del valor nominal. La realidad es que esas letras hoy alcanzan
a 23.084 millones de dólares.
El Gobierno de Milei y Caputo
pretenden cancelar parcial o totalmente esa deuda con el BCRA. Todo dependerá
de la magnitud de los recursos que se logren, no solo en la renegociación con
el FMI, sino de otros organismos internacionales que podrían complementar el
financiamiento demandado por la Argentina.
Las estimaciones periodísticas
oscilan entre 11.000 y 20.000 millones de dólares, entre lo que surja del
acuerdo con el FMI y de otros prestamistas globales.
Más allá de cualquier objeción, se
trata de un pésimo negocio, ya que se canjea una deuda manejable con el BCRA,
que podría renegociarse recurrentemente, a bajo costo y de legislación
nacional, por otra con el FMI, a mayor tasa de interés, con condicionalidades y
bajo legislación extranjera.
Los condicionantes que imponga el FMI
serán en materia cambiaria, monetaria o fiscal, adicionando a ello la amenaza
de ir por remanentes de capital público o bienes
comunes ante el impago a futuro de esta u
otras acreencias.
No es ocioso mentar, que podría
ocurrir lo que acontece hoy en Ucrania, con EEUU demandando contratos
beneficiosos en la explotación de bienes comunes. No debemos olvidar el
carácter decisorio de EEUU en el FMI.
Lo que acontece es un canje de deuda
entre organismos del Estado argentino por una deuda con un organismo
internacional, profundizando la dependencia local respecto del capital
transnacional gestionado por la potencia hegemónica del capitalismo global.
Además, el gobierno pretende
aprobación congresal a libro cerrado vía Decreto de Necesidad y Urgencia.
La estafa es la $Libra, la deuda y el conjunto de la política que afecta a
millones de empobrecidos en el país.
Con esa operación, mejoran las
Reservas Internacionales del BCRA que vienen bajando de manera abrupta. Si el 7
de enero alcanzaban casi 33.000 millones de dólares, el 5 de marzo bajaron a
poco menos de 28.000 millones de dólares.
Son unos 5.000 millones dilapidados
para el negocio especulativo del “carry trade” y una política antiinflacionaria
asentada en la intervención estatal sobre el tipo de cambio, a contramano de un
discurso de libre mercado.
Los efectos de la política
gubernamental son desastrosos para la mayoría, pero beneficiosa para una
minoría enriquecida.
El destino del préstamo en el 2018
fue la fuga de capitales en beneficio de
unos pocos, y ahora también, a lo que se suma el peligro de profundizar la
entrega del patrimonio público y de los bienes comunes para una explotación
extranjerizada bajo la modalidad exacerbada del extractivismo depredador.
Más allá de las acciones jurídicas en
curso y el debate parlamentario que el DNU habilita, la sociedad debe
movilizarse para decirle “Basta al FMI” y rechazar esta nueva estafa que
contribuye a profundizar la dependencia de la Argentina al capital concentrado
transnacional y a la primarización extractivista del modelo productivo.
Julio C.
Gambina es economista y profesor universitario argentino,
especializado en economía política, economía mundial, integración, deuda
externa y otros asuntos sociales y políticos. Presidente de la Fundación de
Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, Ciudad de Buenos Aires.
www.juliogambina.blogspot.com ATTAC-Argentina - CADTM AYNA
Fuente:
https://www.cadtm.org/Negociacion-con-el-FMI-por-DNU
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