Más de setenta mil tipos que viven
de la timba y la especulación no la vieron. Tal vez a esto se refería Milei
cuando hablaba de ciegos y visionarios. Debemos tener en cuenta que quien no la
vio fue esa pequeña burguesía honestista que hoy se indigna por operatorias que
forman parte de un sistema esencialmente corrupto, pero que vota, milita y
acepta cuando obtiene dividendos, nunca cuando los pierde. De aquí en más será
el propio sistema el que se abroquelará para no sufrir las consecuencias e
impedir que no se pierda la fe en él y en sus nefastos resultados
socioeconómicos.
Ibsen afirmó en cierta ocasión que
planteados los términos que el chancho se coma al perro o viceversa lo mismo
da. Milei no es un perverso ni un delincuente, ni un estafador por esta
coyuntura virtual la cual con el tiempo se transformará en anécdota, como
sucedió con el contrabando de autopartes, la desaparición de 60 millones de
dólares durante la intervención de la provincia de Corrientes en el lapso que gobernó
Aguad, el soterramiento del Sarmiento, las autopistas, el correo, el blanqueo
de familiares cuando estaba expresamente prohibido, el megacanje, el blindaje, la
Banelco, los recurrentes endeudamientos a favor de la bicicleta financiera, la
fuga de capitales, los Panamá Papers, los aportes truchos y decenas de eventos
financieros de guante blanco que a poco de revisarlos notamos que forman parte
de operatorias que son innatas y naturales al propio sistema, las offshore y
los fondos buitres no son otra cosa que las cuevas legales del capitalismo.
Milei, en estos catorce meses de gestión, ya estafó a los docentes, a los
jubilados, a las provincias, al personal de la salud pública, a los organismos
de DD.HH, a los trabajadores del Estado, a los científicos, temas que nos deberían comprometer e indignar mucho
más que esta suerte de partida con cartas marcadas que jugaron durante un par
de horas, en una mesa de viernes enamorada, una comunidad de tahúres
acostumbrados a la trampa y al fraude.
Sostener que la imagen de Milei y su gobierno podrían cambiar con lo sucedido es realmente panglossiano, si no se modificó con las estafas sociales antedichas y sus continuas provocaciones dialécticas, menos lo hará con esta operatoria en donde los damnificados tienen la misma lógica perversa que el propio promotor. Lo más probable es que consideren que los tahúres “la vieron y la hicieron muy bien”, y que esto forma parte de la modernidad, que no es delito, que es operativo, en consecuencia es menester profundizar el modelo y emular a estos visionarios. Algo similar a lo que la mayoría de la pequeña burguesía observó cuando Vicentín estafó al Estado, en alianza con el Pro (González Fraga) por 300 millones de dólares, y salieron a bancar, en plena pandemia, a semejantes tahúres.
*Gustavo Marcelo Sala. Editor
Gustavo Marcelo Sala
Banco La Pampa
Caja de ahorros común en Pesos
CBU: 0930335320100076462989
Así es don Sala. Argentina es una farsa, una trampa.
ResponderEliminarPara los que la vimos desde hace años no nos sorprende y en esto incluyo no solo al Pro y a la UCR, sino además a muchos peronistas que laburaron para Milei en las elecciones territoriales. Como dice el artículo la pequeña burguesía, esa que habla de agarrar la pala, se enamora facilmente de este modelo de guita fácil.
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