Fuente: El Viejo Topo
Link de Origen:
https://www.elviejotopo.com/topoexpress/la-mentira-os-hara-libres/
Cuando visitas el campo de
concentración de Auschwitz te sobrecoge el cinismo de la inscripción nazi sobre
la puerta metálica: «Arbeit macht frei» («El trabajo
libera» o «El trabajo te hará libre») dirigida a unos presos
condenados al exterminio.
Hoy los nuevos nazis que se muestran a plena luz sin pudor ni
vergüenza han cambiado el texto de sus antecesores por un
nuevo lema: «La mentira te hará libre». Esta vez en lugar de exterminar
cuerpos se centran en la aniquilación de las mentes. El problema es que pese a
lo burdo del diseño a la idea no le faltan compradores.
Basta con hacer un repaso del curso
de «cuñadismo extremo hispano» puesto en marcha (por quienes consideran
que la esencia de la «españolidad» se nutre de procesiones, corridas de toros,
chistes de «mariquitas» o desprecio a «negratas», moros y «panchitos») para
echar balones fuera y culpar a otros de sus errores a raíz de la catástrofe
provocada por la DANA en la Comunidad Valenciana.
En el sostenerla y no enmendarla cabe
todo. Desde señalar a la AEMET, a la Confederación Hidrográfica, al Gobierno
central o al primero que pasará por allí… si así se salva el culo y el pellejo
de quien tenía total responsabilidad en la gestión de la situación.
Y no, puedes poner los datos que quieras sobre la mesa, traer los avisos
previos sobre lo que podía pasar, acarrear estudios científicos… que no sirve
de nada. Han adquirido, nunca mejor dicho, «la inmunidad de rebaño» y
donde se ponga una tierra plana, una avioneta antilluvia cuando toca sequía o
una manipulación del tiempo para crear tormentas si toca inundaciones, que se
quite la Ciencia.
Como dice el refrán «No hay peor
sordo que el que no quiere oír» y actualmente la hipoacusia es una
epidemia. Frente a un pensamiento crítico siempre es más sencillo un relato
construido sobre creencias preelaboradas (siempre por otros, no por el que las
consume y repite) que apartan la reflexión de su camino. Simplifican y de qué
manera la toma de decisiones.
Por ello intentar razonar o hacerles
ver lo evidente (que no se dieron avisos de la situación, que se prefirió
desmantelar organismos que pudieran gestionar emergencias y darle el dinero a
otros chiringuitos, que se antepuso la lógica empresarial de mantener la
ficción de que no pasaba nada para que el capitalismo siguiese funcionando, a
la lógica de priorizar las vidas de las personas…) es en estos momentos una
tarea tan ardua y tan poco efectiva como la de darte cabezazos contra la pared.
Se ha instalado la mentira y el
mentir, difamar, difundir bulos a sabiendas de que la historia contada es
falsa… sale gratis. Con lo cual la bola crece y crece amenazando con
llevarse por delante los derechos sociales y humanos tan dificultosamente levantados.
Es lo que trae dejar a las élites económicas diseñar una sociedad sin
contrapeso. Por ello se hace más necesario que nunca parar y recontarnos
poniendo pie en pared. Ahora mismo estamos a la defensiva, en retroceso y, lo
que es peor, sin un norte claro.
La elaboración de una propuesta social seria y alternativa, una enmienda a la
totalidad basada en la impugnación del actual sistema que nos lleva al desastre
climático, ecológico, económico y social debería ser nuestra prioridad.
Y cuando se impugna un sistema lo
suyo es volver a los clásicos y centrar la visión en una economía colectiva y
socialista que ponga por encima del mercado al ser humano. Porque lo otro, lo
fácil, el echarle la culpa de nuestra rabia al inmigrante que es un poco más
pobre que tú o comprar la idea de que «la cultura del esfuerzo» te impulsará
socialmente hacia la cúspide obviando que en la mayoría de los casos es el
escalón familiar, del que nunca se bajan los privilegiados, el que los impulsa,
ya existe.
¿O de verdad crees que el auge de los
movimientos ultraconservadores, con los recientes triunfos electorales de los
fascismos europeos, el de hace uno meses de Milei o el de ayer de Trump son
producto de la casualidad y el alineamientos de astros?
Si así piensas no hay duda: la mentira te ha hecho libre, te encanta chapotear
en el fango esperando el maná y por supuesto los barcos desaparecen en el
horizonte para caer en el abismo insondable porque la tierra es plana. Mientras
los dueños del cotarro se frotan las manos y le dicen a tu explotador: «De
esos tan dóciles y sumisos, póngame tres docenas».
Fuente Original: Colectivo
Prometeo
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