Revista Nos Disparan desde el Campanario Año V ¿¿¿ MEMORIA !!!... por Eduardo Schiel

 




La Memoria forma parte del patrimonio cultural, histórico y político de los pueblos. Estos la cuidan y la protegen para valorar y tal vez repetir los procesos virtuosos y descartar y combatir aquellos ruinosos, desgarradores y destructivos para la comunidad y sus intereses. La Memoria se institucionaliza y se convierte en historia oficial cuando un grupo de poder logra imponer su hegemonía. Según cual éste sea, ese grupo se enaltecerá y potenciará esa Memoria. O bien  la esconderá y /o destruirá. ”La historia la escriben los que ganan, por eso decimos que hay otra historia” (Lito Nebbia)- La humanidad  en general, pero el pueblo alemán en particular, elevaron a política de estado la Memoria sobre su rol durante el nazismo y el fascismo en la segunda guerra mundial, para evitar y combatir todas las formas de su eventual repetición. Así su territorio está tapizado de monumentos, sitios, recordatorios, museos, también homenajes, que denuncian ese período tétrico de su propia historia y pese a que ya han transcurrido más de cuatro generaciones,  donde prácticamente no quedan sobrevivientes de uno u otro bando, la persistencia de su denuncia y prédica pedagógica se mantiene con un máximo de potencia, muy atento a cualquier manifestación contraria a la misma. La Memoria no es sólo sobre la acción criminal antisemita, que no obstante ser eje central de su política represiva, la misma se multiplicó sobre distintos colectivos raciales, ideológicos, sociales, nacionales, donde cayeron los opositores, los intelectuales, los socialistas y comunistas, los gitanos, las diversidades sexuales, los enfermos y discapacitados, los inmigrantes, muchos desheredados, también muchos indiferentes. De hecho, en el campo de concentración de Dachau, muy cercano a Berlín , se exhiben los datos numéricos  de las personas  que pasaron por el mismo, ocupando los primeros lugares los húngaros, polacos, los soviéticos, franceses, italianos, en ese orden y luego recién los alemanes, yugoeslavos, checoeslovacos, y en menor medida las otras nacionalidades.  La Memoria en todas las instancias refleja el brutal ataque a toda la Humanidad. Con esa omnipresente política de estado fueron educadas y formadas las jóvenes generaciones. En estos días adquirió difusión internacional la noticia que desde un sector de la sociedad alemana se pidió judicialmente la disolución del populista partido político de ultraderecha AfD (Alternativa para Alemania) o al menos la expulsión de algunos de su máximos líderes por decir que “no todos los alemanes del partido nazi eran criminales”. Ello considerado como racista aún por parte del resto del arco ultra conservador derechista. Todo para no  tirar en saco roto la política de Memoria llevada férreamente por Alemania desde el final de la guerra. Igualmente habrá que esperar el resultado de las próximas elecciones parlamentarias europeas del próximo 9 de junio donde más de 380 millones de votantes decidirán quiénes ocuparán las 720 bancas del Parlamento Europeo, con riesgo cierto que tanto ésta agrupación  política de formación nazi, cómo otras tan o más derechizadas, vayan a aumentar considerablemente su presencia y caudal político, como así se pronostica. Actos - como los que pasan a ser de la crónica diaria en nuestro país - donde el propio gobierno de origen democrático desfinancia y cierra programas de protección a los DD.HH, ataca permanentemente las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, brinda cobertura y protección política y judicial a criminales de lesa humanidad, con el respaldo de una parte cómplice del poder judicial, rinde homenaje como “héroes” a quienes han sido condenados como  genocidas, considerados en aquel país como delito penal y sus autores como cómplices  criminales. Todo ello lo que ya tiene penosa existencia hasta este momento y peor aun lo que se anuncia como aplicación de la llamada “ley bases” … para el saqueo,  a través de la cual se piensa eliminar distintos organismos como la Comisión Nacional de Datos Genéticos, entre otros. Un acto como el protagonizado en la ex ESMA por admiradores, cómplices  <o tal vez autores> de algunos actos criminales en ese ex campo de concentración  y exterminio serían enjuiciados y condenados en Alemania como delincuentes de lesa humanidad. Muchísimo más grave aún que desde los máximos niveles del gobierno argentino se apañen, promuevan y justifiquen esos actos. En Argentina como en Alemania se ha realizado una profunda política de Memoria, Verdad y Justicia a lo largo de las décadas, aún con gobiernos de distintas  orientaciones, incluidos algunos desembozadamente contrarios a lo que denominan “el curro de los derechos humanos” como el de Mauricio Macri. A diferencia del país germano, aquí los juicios de lesa humanidad se realizaron con las leyes vigentes, con los jueces y fiscales existentes, muchos nombrados por los propios verdugos encausados, con sus propios aparatos ideológicos de comunicación social concentrados, encubridores y cómplices económicos del genocidio. Aquí no hubo ningún juicio de Núremberg.

Todo este magno esfuerzo de víctimas y sobrevivientes, de generaciones militantes, asociaciones y organismos, públicos y no gubernamentales, nacionales e internacionales, pese a la importante labor que aportó la CONADEP,  el NUNCA MAS,  el primitivo juicio a las tres primeras juntas militares,  aunque parcial y condicionado, significó un escalón inédito esencial en la larga lucha por establecer y ganar la Memoria, para incorporarla definitivamente a la Verdad era historia oficial de la Argentina. No obstante, pareciera que aún todo ello no fue suficiente, y la lucha por la Memoria, como patrimonio de un Pueblo, es permanente, siempre es poca hasta tanto no se logre establecerla como parte de nuestra identidad como sociedad y como Nación Soberana. De lo contrario no se puede explicar la asunción de un gobierno surgido del voto popular encabezado por figuras no sólo del más rancio negacionismo sino de los más perversos apologistas del terrorismo de estado y el genocidio.

En nuestra historia ya perdimos algunas batallas por la Memoria, la Verdad y la Justicia (algunas por no haber dado los combates) por ejemplo el exterminio de etnias y nacionalidades completas a manos de usurpadores ingleses en el sur de nuestro país y especialmente en la Tierra del Fuego. Otra vez con los mismos piratas en los bosques chaqueños. Luego perdimos la Memoria cuando el ejército de los Roca, el mismo que este des-gobierno vende-patria pretende sacralizar en el altar de los profanadores como recompensa por haber exterminado y esclavizado a una considerable parte de los pueblos originarios, para entregar sus tierras a un puñado de familias que desde entonces constituyen el núcleo de la clase parasitaria  oligárquica extranjerizante, cuna de muchas de nuestras desgracias existenciales. Ahora nuevamente vienen por la Memoria más reciente del genocidio al servicio de los ceos multinacionales para el saqueo del país.

Pese al culto de la Memoria, a los germanos no les ha ido mejor. La totalidad de los edificios públicos del país se encuentran ahora entorchados con las banderas de Ucrania y de Israel tomando posicionamiento acrítico en forma unilateral en ambos conflictos, por imposición directa del mandante imperial. Pese a sus históricos vínculos culturales y comerciales con Rusia no existe ningún análisis previo a la invasión defensiva de ese país frente al permanente hostigamiento y cerco a sus fronteras de la OTAN. Tampoco se contrapesa las violaciones sistemáticas por parte de Ucrania de los Acuerdos de Minsk, donde justamente Alemania y Francia fueron los garantes del mismo, con más 15.000 víctimas previas unilaterales en el territorio oriental ucraniano donde reside población de origen ruso.

Pero donde definitivamente se destruye el ímprobo esfuerzo alemán por sembrar Memoria, Verdad y Justicia contra los crímenes contra la humanidad es en su apoyo económico, militar e ideológico al gobierno terrorista de Israel que está protagonizando en forma diabólica, inhumana y fuera de toda civilización un genocidio de proporciones dantescas contra población civil encerrada, desarmada e inerme. Bombardeando con sofisticado armamento misilístico asentamientos civiles urbanos, con miles de niños, mujeres, ancianos y todo tipo de seres indefensos. Superando  los horrores del nazismo, sin siquiera respetar las leyes de guerra, aunque aquí no hay dos estados ni dos ejércitos enfrentados, destruyendo escuelas y hospitales llenos de víctimas inocentes. Bombardeando y asesinando población en los centros de refugiados. Impidiéndoles y destruyendo la ayuda humanitaria internacional, el acceso vital al agua, negándoles y destruyendo los cargamentos de comida, desconociendo las condenas <simbólicas> por falta de “imperium militari” de Naciones Unidas, o recientemente de la Corte Penal Internacional, que ordenó la detención del jefe criminal de las fuerzas sionistas, el primer ministro Benjamin Netanyaju. Estos crímenes de guerra contra la humanidad - en calidad de cómplices y/o actores necesarios-  el gobierno legal de Alemania los realiza con la pasividad impuesta de su propio pueblo, con la impotencia de importantes franjas de su población de origen árabe y musulmán (iraquí, sirio, iraní, libanes, turco, etc.). Ello se advierte en cualquier calle del país que se asemeja multitudinariamente a una postal de Estambul, o de El Cairo, o de Damasco, cuyos integrantes tímidamente agradecen las adhesiones o solidaridades pero que no tienen el poder de hacer pesar sus voces en un escenario de gravitante presencia ideológica de derecha y/o de extrema derecha, del país y de sus socios comunitarios de Hungría, Francia, Italia, Austria, etc.

El otro pueblo que ha perdido totalmente su batalla por la Memoria, por el Nunca Más de denuncia moral e ideológica contra el genocidio es el pueblo judío, que no ha podido o no ha querido sobreponerse, resistir y combatir el crimen contra la humanidad, perpetrado por sus propios dirigentes, con sus ejércitos con fuerte conformación racista, antisemita, porque el pueblo palestino es semita. No alcanzarán las historias de miles de  Ana Frank - ni del holocausto padecido - para lavar el horror sanguinario que nos están causando a toda la humanidad. Pasarán muchas décadas, tal vez siglos, para apaciguar el odio que están sembrando en los pueblos árabes, cristianos y musulmanes,  particularmente en el pueblo palestino a quien se pretende exterminar. Esta sombría realidad se ha oxigenado en estos días con la firme determinación de reconocimiento al Estado de Palestina por parte de los estados de España, Noruega e Irlanda, que se suma previamente a otros ocho europeos y a 140 del resto del mundo. Luego de 75 años de sufrir el despojo de su territorio, la anulación de su cultura y la posibilidad de su desarrollo soberano y autónomo luego  de soportar un genocidio por goteo a razón de dos muertos por día a lo largo del tiempo de la ocupación ilegal desde 1967, exigiendo la inmediata detención de la matanza israelí que lleva cerca de 40.000 muertos y la conformación del estado soberano de Palestina, como miembro pleno de  Naciones Unidas. 

Hoy en Argentina como en Alemania se llevan adelante políticas de fuerte negación a los derechos de la condición humana y de apoyo a estados y políticas violadores de las Convenciones  y Tratados Internacionales de Protección a los DD.HH. convirtiéndose en el principal socio incondicional del gobierno criminal sionista antisemita de Israel. Además del ataque a los derechos humanos básicos, aquí también se retacean los bienes esenciales para la vida, la comida para los hambrientos, el acceso al agua potable y a las cloacas habiendo suprimido las miles de obras públicas en ejecución, aquí también se criminaliza la protesta contra el saqueo y la destrucción de las fuentes de trabajo, se aplaude y ejecuta el crimen por la espalda, se espía e interviene en la vida íntima de las personas montando un mecanismo represivo de espionaje y vigilancia.

La Memoria  < o la falta de ella >  se institucionaliza y se  convierte en historia oficial cuando un grupo de poder logra imponer su hegemonía. Necesitamos  dar la batalla por imponer definitivamente y para siempre la hegemonía de los intereses populares, democráticos, la defensa de la vida,  de nuestros recursos naturales, de la igualdad, la justicia social y los intereses de la Nación Argentina Libre e Independiente. Y todo ello antes que destruyan irreversiblemente nuestra autodeterminación  Soberana.

 


Eduardo Schiel

Integró y participó en distintos Organismos de DD.HH. ( APDH, Movimiento Ecuménico por los DD.HH., CELS, Amnesty Internacional, etc)

Formó parte de la CONADEP.

Redactor del Informe  NUNCA MAS   de la Conadep.

Testigo en la Causa 13/84 en el juicio a las juntas militares y en la condena a Videla.

Querellante en distintas causas de DD.HH.

Autor del libro “NUNCA MAS NI NUNCA MENOS” inédito.


Comentarios

  1. Hermoso gracias 😍

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  2. Hoy se nos fue Nora Cortiñas... El texto vale como homenaje en memoria de su lucha.

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  3. Eduardo compañero un inpresindible hasta hasta la victoria siempre...

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