Por estos días, hace cinco años,
comenzábamos con la aventura de una Imprenta-Editorial en Guisasola. Si, en
Guisasola, y ¿por qué no? nos dijimos.
Artes Gráficas Líber la bautizamos,
toda una declaración de principios.
Somos de ese palo, no somos
emprendedores egocéntricos, creemos en otros valores...
La idea era desarrollar una editorial
de autor que no solo nos permitiese publicar y registrar la obra propia sino
además extendernos a favor de autores que deseen publicar pequeñas ediciones,
muy económicas, y que por obvias razones de costos y cantidad estuvieran
vedadas en la mayoría de las editoriales.
Obvio que nuestro perfil ideológico y
operativo, por ventura, no encaja en la Feria del Libro… Saccomanno en el año
2022 habló por muchos de nosotros en cierto momento de su locución cuando su
discurso inaugural.
Y de manera natural, a la par,
comenzaron a llegar tarjetas de salutación, invitaciones, rifas, fotos,
publicaciones bimestrales, álbumes de recuerdos, suvenires, entradas a eventos,
etiquetas, distinciones, calendarios agenda, almanaques, formularios,
Curriculum Vitae, y de pronto nos sentimos más útiles de lo que pensábamos al
principio, nos percibimos mínimamente necesarios, cosa buena, sentirse
necesario, sentirse útil socialmente, sin prebendas ni beneficios adicionales,
a tal punto que nuestra actividad no estuvo incluida dentro de los programas
pandémicos, como si lo estuvieron los más influyentes oligopolios y holdings
nacionales.
Por eso gracias a todos los que en
estos casi cinco años confiaron en nuestras modestias. Escribimos, diseñamos,
publicamos, editamos, nunca en soledad, creemos que no existe mayor goce que el
triunfo colectivo, ese que a nadie deja afuera, el que incluye y equipara.
Somos un puñado de textos dando vueltas esperando por una casualidad, y que
alguien nos descubra, y que se produzca el milagro.
Pero ninguna buena acción queda sin
castigo afirmó Bill Wilder, y entre especuladores, conspiradores, traficantes, buscas,
costos inalcanzables y fundamentalmente el deterioro físico de Dorita, el alma
de esta aventura, fueron limitando las posibilidades de continuar, cese
definitivo que ocurrió en diciembre pasado, para mutar en la actualidad a ser solo un
recuerdo sepia y borroso, apenas una anécdota inoportuna, un atrevimiento imperdonable.
Nuestro retoño cultural hoy cumpliría
un lustro, hermana menor de Nos Disparan, apenas alcanzó a caminar, el duelo es
un estado de angustia y de espera por lo que nunca será, pero que es necesario amparar,
cultivar y defender contra el olvido
pues el alma sigue dando vueltas por allí, iluminando, en cada diseño, en cada
pérdida nunca reclamada, en cada celada nunca reprochada, en cada acierto editorial y también en cada error
involuntario, siempre haciéndonos cargo, primero entendiendo y luego asumiendo
que la vida es un mesurando promedio de sinsabores.
Es muy probable que en breve la
revista digital corra la misma suerte (los impunes del Pago Chico felices pues ya no habrá quien los observe, los desenmascare y los escrute con independencia y fundamento editorial desde un medio escrito), la modernidad líquida no nos ha
convencido, pero nos ha vencido, siempre supimos que este momento llegaría, pero
nunca imaginamos que sería exhibiendo tamaña crueldad.
Soneto de los últimos
versos
Inermes
lucen mis últimos versos
entre
celdas, sepelios y un fracaso
rimas
del ayer en tiempos perversos
légamo
de Dios, brumas del ocaso.
Transito
pendiente un abrazo una curva
tonadas
sin sol vocean la herida
tormento
incumplido a mi voz perturba
estrofas
que ganan hechura de huida.
Grafía
que estremece mi letargo
opulencia
de hieráticos inciensos
baladas
sin apremios ni descargos
abandonan
mis remotos comienzos
prudencias
de un amanecer amargo
quebrantos
sobre hilachas entre lienzos.
*Editorial
Bellas personas en todos los aspectos. Gran abrazo Gustavo y el recuerdo de siempre para la entrañable Dorita.
ResponderEliminarAgradecido desde luego. Demasiadas pérdidas tuvimos en este tiempo de personas irreemplazables e indispensables en lo afectivo y en lo profesional: Antonio Diez, al cual tuvimos el enorme orgullo de publicarle su libro Formación y Transformación del Sujeto Agrario, columnista de la revista y entusiasta compañero a la hora de apoyar el proyecto digital, el Ingeniero Tito Quiles, exiliado en Francia durante la dictadura, colaborador con quien además ya habíamos comenzado a bocetar un libro sobre su máxima pasión, la cocina, mi Vieja en medio de la pandemia, momento extremo, sensible y doloroso que recayó sobre las espaldas de mi hermano Guillermo, también columnista de nuestra revista, coyuntura que imposibilitó despedirme, darle un beso, pelearla un rato y agradecerle por tanto, y ahora Dori, la más hermosa de las rimas, mi implacable y tierna correctora de mis cotidianas insolvencias. No sé, Porchia escribió que hay sueños que necesitan reposo, creo que en nuestro caso dicho sueño merece un reposo definitivo. Disculpe la catarsis, Abrazo
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