Revista Nos Disparan desde el Campanario Año V 120 días de gobierno de ultraderecha en Argentina… por Julio C. Gambina
Transcurrió ya el primer cuatrimestre de gobierno de Javier Milei, asumido como «libertario» y «anarco capitalista», quien se jacta de llevar adelante el «ajuste más grande de la humanidad» y al mismo tiempo convocar a los empresarios a invertir en Argentina porque es «un excelente caso de negocios para entrar y ganar mucho dinero».
Está clara la identificación de Milei
con el orden capitalista y su vocación para hacer funcionar a un sistema en
evidente crisis, no solo en su territorio, sino en todo el planeta. Milei
sustenta una concepción de política económica para todo el mundo. Es lo que
sostuvo en Davos, en el Foro Económico Mundial y en la cumbre
conservadora en EEUU.
Su alineamiento de política
internacional es con EEUU y con Israel, sin fisuras, en una prédica en contra
de toda alternativa al capitalismo, sea el socialismo, el populismo, en la que
solo incluye a la izquierda en esta categoría, tanto como al feminismo, el
ambientalismo, o cualquier demanda que restrinja la dinámica de la explotación
de la fuerza de trabajo y el saqueo sobre los bienes comunes.
Las manifestaciones discursivas
contra los presidentes de México, Colombia o Brasil, son parte de una diatriba
agresiva contra Cuba, Nicaragua o Venezuela en nuestro territorio, pero
especialmente contra China y los países sancionados unilateralmente por
Washington y sus aliados en Europa y Asia.
Argentina con Milei es parte de la
ofensiva ultraderechista que pretende consolidar la ofensiva del capital en
contra del trabajo, de la naturaleza y de la sociedad.
Beneficiados y perjudicados
Luego de 4 meses resulta evidente
identificar en su gobierno quienes son los beneficiarios y quienes los
perjudicados de la política económica.
Entre los beneficiados, todo remite a
las primeras disposiciones asumidas desde el 10 de diciembre del 2023. En ese
momento se dispuso:
a) una devaluación, con un dólar que pasó de 400 a 800 pesos y con
devaluaciones programas del 2% mensual para cotizar actualmente a 864 pesos por
dólar según el BCRA;
b) la liberación de los precios,
habilitando la remarcación de bienes y servicios favoreciendo las ganancias
concentradas del sector hegemónico del empresariado local y externo.
Ambas dinámicas se mantienen, ya que
existe una fuerte presión para profundizar el rumbo de la devaluación de la
moneda y continuar con el realineamiento de los precios relativos,
especialmente el aumento de las tarifas de servicios públicos. La realidad es
un alza inflacionaria en moneda local y en divisas.
Es un rumbo que disparó la inflación en diciembre del 2023 al doble de la mayor marca del gobierno
anterior en noviembre del pasado año, del 12,8% al 25,5%, que anualizada a
febrero del 2024 alcanzó el 276,2%; con una proyección según indican
consultores al BCRA del orden del 190% para todo el año 2024, desde el 20,6% de
enero, el 13,2% de febrero, un estimado similar para marzo y si se cumple una
proyección de un dígito mensual desde abril o mayo.
Grandes ganadores son entonces los
sectores más concentrados de la producción y exportación local, entre ellos,
del agro negocio, de los hidrocarburos y de la minería, precisamente los mismos
sectores transnacionalizados que el gobierno señala como motores del repunte
luego del piso recesivo que transita la economía actual.
Es algo que aparece ya en los datos
de enero, en donde el Estimador
Mensual de la Actividad Económica (EMAE) «registró una caída de 4,3% en la comparación
interanual, y de 1,2% respecto a diciembre en la medición desestacionalizada».
Entre los pocos sectores con datos en positivo aparece el sector agroexportador
y la minería.
El sector industrial presenta
evidencias de la recesión, tal como señala la estadística oficial: «En febrero de
2024, el Índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero)
muestra una caída de 9,9% respecto a igual mes de 2023. El acumulado
del primer bimestre de 2024 presenta una disminución de 11,1% respecto a igual
período de 2023».
Un dato importante es que esa
referencia de ganadores no incluye a la mayoría de la sociedad argentina. Por
eso, los grandes beneficiarios de la política del gobierno son los productores
y exportadores más concentrados, los grandes inversores externos y el sector
asociado a la especulación y las finanzas.
De este modo, el rumbo de la economía
argentina favorece las expectativas de capitalistas globales y locales que
miran con interés y atención lo que ocurre en la
Argentina, ya que se generan todas las condiciones macroeconómicas para
invertir en un territorio que les genere una rentabilidad más que adecuada.
Importa el tema, porque Argentina
está condicionada por el endeudamiento externo, especialmente por el acuerdo
con el FMI, sea el préstamo de Mauricio Macri del 2018, o la
renegociación del gobierno de Alberto Fernández del 2022, que potencia la
dependencia por deuda hasta el 2034.
Argentina está auditada
trimestralmente por el FMI y siendo un pagador serial de sus compromisos
externos, o renegociando los mismos a cambio de pérdida de soberanía, se ofrecen
excelentes oportunidades de renta a inversores que buscan elevadas ganancias en
tiempos de crisis global.
Las cuentas financieras están dando
señales para esos grandes inversores internacionales, por la baja de la brecha
entre distintos tipos de cambio y la disminución del riesgo país, con
crecimiento en las valorizaciones de títulos y acciones.
En ese marco, se destaca el
crecimiento de las reservas internacionales, que estaban en diciembre pasado en
21.200 millones de dólares y a marzo alcanzaron los 28.200 millones. Es un
logro sustentado en una balanza comercial positiva por 3.200 millones, pero más aún, en el atraso
en el pago de las importaciones por 9.300 millones. A ello debe incorporarse la pérdida de divisas por pagos de
intereses y otros aspectos por más de 8.100 millones.
Los beneficiarios de la política del
gobierno Milei son sectores económicos altamente concentrados, asociados a la
gran producción y exportación del agro, la energía y la minería. Todos ellos
asociados y vinculados a la gran propiedad territorial, la gran burguesía local
y a los inversores externos.
Si estos son los ganadores queda
claro quienes son los perdedores. En primer lugar, están las/os jubiladas/os y
las/os trabajadoras/es en actividad, a los que suman los sectores pequeños y
medianos del empresariado que atan sus ingresos a la capacidad de compra de los
ingresos populares.
Para los primeros el tema es dramático,
reitera lo que viene aconteciendo en los últimos gobiernos, ya que la fórmula
de actualización de los ingresos previsionales no resuelve las necesidades de
jubilados y jubilados, que hoy se encuentra en un nivel de 685 mil pesos
mensuales y la mayoría, dos tercios de los jubilados (7 millones de personas),
perciben algo así como un tercio de lo que necesitan para una vida digna y
adecuada del adulto mayor.
En materia de salarios, tenemos que
un 40% de trabajadores y trabajadores están en una situación irregular,
flexibilizados, con contratos sin seguridad social. Los ingresos de estos
trabajadores en situación irregular son peores que los ingresos de los
trabajadores estatales, hoy viviendo una situación de extensión de los
despidos: el gobierno habla de 15 mil despidos en «semana santa», y fuentes
sindicales están en la indagación del numero concreto y real de esas cesantías,
pero el propio presidente ha señalado que el objetivo es despedir 70 mil
trabajadores contratados. De hecho, trabajadores contratados por un año, ahora
se reducen a tres meses. Es una espada de Damocles permanente sobre los
empleados contratados por el Estado. El Estado es el mayor contratante en
situación de irregularidad, por ende, es el que mayor precariza la fuerza
laboral en la Argentina.
Los salarios de los trabajadores
irregulares son los que en peor situación están, los que más han perdido,
siguiendo los estatales y luego el sector privado regularizado.
Con dos temas importantes como
agravante, uno, que el gobierno ha dicho que no va a avalar paritarias de
actualización según vayan los acuerdos entre patronales y trabajadores, lo que
demuestra los limites de la libertad de mercado: libertad de precios para
aumentar precios en el mercado, menos el precio de la fuerza de trabajo, precio
que esta controlado y que va a demandar paros y conflictividad. Por otra parte,
existen negociaciones para restituir el impuesto a las ganancias a los
salarios, que pondría de nuevo a trabajadores de altos ingresos relativos con
respecto al promedio, a pagar impuestos para cubrir las necesidades de recursos
de la nación y de las provincias.
Como vemos, beneficiarios muy
concentrados y una amplia parte de la población argentina perjudicado por esta
política de concentración del ingreso y de la riqueza.
Consenso y disputa política
La resistencia crece en el marco del
descontento por inflación y recesión, que no se constituye aun en proyecto
alternativo ante la desconfianza y crítica a los gobiernos anteriores,
especialmente al peronismo y su hegemonía kirchnerista.
Interesa el tema por la hegemonía
peronista en el movimiento popular desde 1945 y por el protagonismo de una
nueva camada juvenil del activismo social en los últimos años bajo el liderazgo
de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
La izquierda también está afectada y
remite a problemas históricos desde la emergencia peronista para ser expresión
de representación masiva.
En rigor, debe pensarse la dimensión
cultural y social de la izquierda, más allá de la representación institucional,
e incluso, vínculos políticos entre franjas sociales, territoriales y política
de la izquierda y el peronismo, como parte de una búsqueda de novedosas
articulaciones de reorganización del movimiento popular.
La ultra derecha desde los medios de
comunicación y las redes sociales viene ejerciendo una eficaz política de
intervención cultural para descalificar al peronismo, al kirchnerismo y en ese
contexto a la izquierda en su conjunto.
Tal como antes mencionamos, para
Milei, todo es lo mismo, «comunismo, socialismo, kirchnerismo, peronismo,
populismo, feminismo, ambientalismo».
El interrogante es como reconstruir
identidad popular más allá de las identidades tradicionales y sintetizar la
ampliada resistencia por reivindicaciones democráticas, contra los despidos y la
pérdida del poder adquisitivo de los ingresos populares, con un proyecto
político anticapitalista, antiimperialista y por profundas transformaciones en
contra de la explotación y el saqueo.
Se trata de una preocupación que
reconoce el debate intelectual y político en variados espacios socio políticos,
sindicales, territoriales, de un activo militante
que se reconoce en la tradición peronista o en la izquierda, y que no siempre
articularon en conjunto sus propuestas políticas o civilizatorias.
No es solo un tema para el debate
local, sino también global, que remite a la discusión sobre el sujeto de los
cambios y la revolución, como a las identidades políticas necesarias en la
perspectiva de la lucha en contra de la ofensiva capitalista, de las derechas y
la ultra, caso de la Argentina y de otros países de la región y del mundo.
De hecho, lo que se propone es un
debate estratégico para darle rumbo una perspectiva de emancipación en el
presente y futuro cercano. Es un debate estructural ante la permanencia de un
proyecto que ya empieza a presentar su estrategia para las elecciones de medio
turno en 2025 y para renovar mandato presidencial en 2027.
Estamos interpelados a construir
alternativa política en contra y más allá del capitalismo.
Julio C. Gambina Doctor en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales de
la UBA. Profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional de Rosario y de la FCEJYS de la Universidad Nacional de San Luis,
Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP, e
Integrante del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias
Sociales, CLACSO (2006-2012). Integra la Presidencia de la Sociedad
Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico, SEPLA desde 2016.
Director del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, IEF-CTA Autónoma.
Fuente: Revista Sin Permiso
https://www.sinpermiso.info/textos/120-dias-de-gobierno-de-ultraderecha-en-argentina
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