Revista Nos Disparan desde el Campanario Año V Los sosos años veinte del siglo XXI por Michael Roberts
La reunión semestral del FMI y el
Banco Mundial comienza esta semana. Las agencias y sus invitados discutirán el estado de la
economía mundial y los desafíos que se avecinan y presentarán soluciones
políticas. Al menos esa es la idea.
Kristalina Georgieva, directora
general del FMI, acaba de ser reelegida para otro mandato de cinco años sin
oposición. Al
presentar la convocatoria de la reunión, describió cómo el FMI ve la economía
mundial en 2024 y para el resto de esta tercera década del siglo XXI.
Ofreció un análisis triste. Lo que nos espera es una "década poco
activa y decepcionante". De hecho, "sin una corrección de
rumbo, estamos... dirigiéndonos hacia unos años veinte sosos". Sus
comentarios fueron previos a la publicación de las últimas Perspectivas Económicas
Mundiales del FMI, incluido su pronóstico a largo plazo para la economía mundial.
Exige una lectura sobria. Permítanme citar: "Con
varios vientos en contra, las perspectivas futuras de crecimiento también se
han agriado. El crecimiento global se ralentizará a poco más del 3 por ciento
para 2029, según las proyecciones de los cinco años anteriores. Nuestro
análisis muestra que el crecimiento podría caer aproximadamente un punto
porcentual por debajo del promedio anterior a la pandemia (2000-19) a finales
de la década. Esto amenaza con revertir las mejoras en los niveles de vida, y
la desigualdad de la desaceleración entre naciones más ricas y más pobres
podría limitar las perspectivas de convergencia en ingresos globales".
"Un escenario persistente de
bajo crecimiento, combinado con altas tasas de interés, podría poner en riesgo
la sostenibilidad de la deuda, restringiendo la capacidad del gobierno para
contrarrestar las desaceleraciones económicas e invertir en bienestar social o
iniciativas ambientales. Además, las expectativas de un crecimiento débil
podrían desalentar la inversión en capital y tecnologías, posiblemente
profundizando la desaceleración. Todo esto exacerbado por los fuertes vientos
en contra de la fragmentación geo-económica y las políticas comerciales e
industriales unilaterales perjudiciales".
El principal impulsor del crecimiento
de la producción mundial es el aumento de la productividad de la mano de obra y
se ha desacelerado. Y "es probable que continúe disminuyendo,
empujada por desafíos como la creciente dificultad de conseguir avances
tecnológicos, el estancamiento de logros educativos y un proceso más lento para
que las economías menos desarrolladas pueden ponerse al día con las más
desarrolladas".
El FMI está dejando muy claro que el
modo de producción capitalista no está logrando aumentar la productividad,
esencial para satisfacer las necesidades sociales de 8 mil millones de seres
humanos. ¿Y por qué? Primero, porque la innovación se está desvaneciendo. En la
teoría economica convencional, esto se mide por lo que se llama la productividad
total de los factores (TFP), la tasa de productividad que no se puede explicar
por la inversión en medios de producción o en el empleo de mano de obra; es un
residuo para completar el nivel total de productividad. En esta década, el
crecimiento global de la TFP se ha ralentizado a su ritmo más bajo desde la
década de 1980.
El FMI también está diciendo que no
invertir lo suficiente en lo que a los economistas capitalistas les gusta
llamar "capital humano" no ha permitido ninguna mejora en la
capacitación de la fuerza de trabajo mundial. Y lo que es más interesante, el
FMI admite que la brecha entre las economías capitalistas ricas y técnicamente
más avanzadas (el bloque imperialista) y la periferia pobre y menos avanzada,
donde vive el 80% de la humanidad, no se está reduciendo en absoluto,
contrariamente a las continuas afirmaciones de muchos estudios económicos
convencionales.
La expansión de la economía mundial
se ha desacelerado particularmente desde el final de la Gran Recesión de 2008-9,
dice el FMI, haciéndose eco de mi propio análisis de lo que he
llamado la Larga Depresión en las principales economías capitalistas.
En particular, la inversión
empresarial, el principal motor del crecimiento económico en las economías
capitalistas, "ha caído después de 2008, y en 2021 cayó
alrededor del 40 por ciento en relación con su tendencia anterior a la crisis
financiera global". ¿Y cuál es la razón de este declive? El FMI
dice: "desde 2008, el q de Tobin, un indicador de las expectativas
futuras de productividad y rentabilidad de las empresas, ha disminuido entre un
10 y un 30 por ciento de media, lo que contribuye a la mayor parte de la
disminución de la inversión señalada tanto en las economías de mercado
avanzadas como en las emergentes". Esta es una forma indirecta de
decir que el crecimiento de la inversión por parte de las empresas capitalistas
se ha ralentizado porque no han obtenido los niveles de rentabilidad que esperaban,
como muestra el siguiente gráfico.
Por lo tanto, la desaceleración del
crecimiento del PIB real mundial, según el FMI, se reduce a: 1) la
desaceleración del crecimiento de la fuerza de trabajo disponible en el mundo,
que se prevé que caiga a solo el 0,3 % al año; 2) la inversión empresarial
estancada; y 3) el debilitamiento de la innovación. A finales de esta década (y
esto no supone una caída global importante, como se sufrió en 2008 y 2020), el
crecimiento global caerá al 2,8 % anual por primera vez desde 1945.
¿Cuáles son los componentes de esta
segunda década de desaceleración depresiva según el FMI? El factor principal
hasta ahora ha sido que los "recursos" se han "asignado
mal". Lo que el FMI quiere decir es que el sistema de libre mercado no
está asignando los medios de producción, innovación tecnológica y oferta de
mano de obra a los sectores que mejoran la productividad. Esa mala asignación
está causando la perdida de 1,3 % de puntos de crecimiento global anual, estima
el FMI. El FMI no lo dice, pero cuando la inversión capitalista se dedica cada
vez más a la especulación financiera e inmobiliaria, el gasto militar, la
publicidad y el marketing, etc., no es sorprendente que haya una "mala
asignación" de recursos que frene el crecimiento de la productividad.
El otro factor perjudicial para el
crecimiento futuro que el FMI identifica es la "fragmentación" del
comercio y la inversión mundiales, a medida que las principales potencias
económicas avanzan hacia el proteccionismo, los aranceles, las prohibiciones de
las exportaciones y las operaciones comerciales; y las potencias imperialistas
lideradas por los Estados Unidos buscan debilitar y estrangular a
aquellos países que no "remolcan" al resto, como Rusia y China. Según el FMI, la ruptura del
"libre comercio" anteriormente globalizado en bloques competidores reducirá el crecimiento global
anual en 0,7% puntos.
¿Qué hacer? Después de su triste
análisis del futuro, el FMI propone resolver los problemas a través de una
mayor participación laboral (que las mujeres vayan a trabajar) y más
inmigración (ver mi reciente artículo), pero sobre todo gracias al paquete
habitual de medidas económicas convencionales: "competencia en el mercado,
apertura comercial, acceso financiero y flexibilidad del mercado
laboral", es decir, más libre circulación de capitales (reducción de
la regulación) y un recorte de los derechos laborales (llamado
"flexibilidad"). El FMI realmente está diciendo que la receta es aumentar
la rentabilidad explotando más a la mano de obra y permitiendo que el gran
capital se mueva libremente por todo el mundo. El FMI ha propuesto tales
medidas casi todos los años con pocos resultados.
En cuanto a la IA, el FMI
dice: "el potencial de la IA para aumentar la productividad laboral
es incierto, pero también potencialmente sustancial, lo que posiblemente sume
hasta 0,8 puntos porcentuales al crecimiento global, dependiendo de su adopción
e impacto en la fuerza de trabajo". Depende de muchas cosas entonces.
Las previsiones de crecimiento del
PIB real no revelan lo que está sucediendo con la desigualdad de ingresos y
riqueza dentro del agregado promedio. Pero en su nueva defensa de la
"economía inclusiva", el FMI comenta: "la desaceleración
del crecimiento a medio plazo podría afectar negativamente la desigualdad de
los ingresos globales y la convergencia entre los países. Un entorno de
crecimiento más lento hace que sea difícil para los países más pobres ponerse
al día con los que son más ricos. Un crecimiento más lento del PIB también
puede conducir a una mayor desigualdad, reduciendo el bienestar
medio". Así es.
¿Se ampliará o reducirá la
desigualdad en el resto de esta década? El FMI responde: "Dependiendo
del índice analizado, no habrá o solo ocurrirá una modesta recuperación
esperada a medio plazo. Las pequeñas mejoras en la desigualdad dentro del país
no son suficientes para compensar la desaceleración esperada en la convergencia
de la desigualdad entre países". Así, el FMI concluye: "La
desaceleración del crecimiento tiene implicaciones sombrías para la
distribución de los ingresos entre los países, de los ingresos globales o de
una medida de bienestar más general". Cree que la IA empeorará la
desigualdad y "en la medida en que otros factores, como la
fragmentación geo-económica, empeoren la distribución de los ingresos entre
países, es probable que empeoren la desigualdad global y la distribución del
bienestar, a menos que mejoren significativamente la distribución de los
ingresos dentro de los países y otras dimensiones del bienestar, como la
esperanza de vida".
A principios de esta década, justo
después de que la crisis pandémica golpeara al mundo, se habló con optimismo de
una repetición de los "alegres años veinte" del siglo XX,
que la economía estadounidense supuestamente experimentó después de la epidemia
de la llamada gripe española de 1918-19. Esa calificación de la década
de 1920 siempre fue una exageración, incluso en los EEUU; mientras que en
Europa hubo una depresión grave. Y los "alegres años veinte" dieron paso a la
Gran Depresión de la década de 1930. Pero ahora ya no se habla de un largo
auge, incluso si se incorpora algún posible aumento de la productividad de la
IA. Ahora de lo que se habla es de los "sosos años veinte" (Tepid
Twenties), en el mejor de los casos.
Michael Roberts habitual colaborador de Sin Permiso, es un economista marxista
británico, que ha trabajado 30 años en la City londinense como analista
económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente: Revista Sin Permiso
https://www.sinpermiso.info/textos/los-sosos-anos-veinte-del-siglo-xxi
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