Nació en Cleveland en 1956. Es
catedrática del Departamento de Literatura Comparada de la Universidad de
California, Berkeley. Destacada activista y filósofa, sus aportaciones en los
campos de la teoría feminista, queer y los estudios de género han
causado un notable impacto en ámbitos tan diversos como son la teoría política,
los estudios literarios, el psicoanálisis o el derecho. Se doctoró en filosofía
en Yale con una tesis sobre el impacto de Hegel en el pensamiento francés del
siglo XX. La consideración sobre la genealogía de los sujetos y las
identidades, los campos de poder en los que aparecen, el papel de la alteridad
en la identidad o la performatividad son hilos conductores que atraviesan su
extensa y heterogénea obra. En su obra podemos hallar influencias muy diversas.
Michel Foucault representa un papel crucial. Autores como Simone de Beauvoir,
Monique Witting o Gayle Rubin serán objeto de estudio en la empresa de
problematizar el concepto de género. Gender Trouble: Feminism and the
Subversion of Identity (1990) dio a conocer a la filósofa. La obra gira en
torno a la cuestión de cómo las prácticas sexuales no heterosexuales hacen
tambalear las categorías normativas de género. La lectura de obras clásicas del
psicoanálisis (concretamente Sigmund Freud y Jacques Lacan) marcan también a la
autora, como se puede ver en The Psychic Life of Power (1997): un
estudio de la psique del poder en la que los sujetos se constituyen. Además de
los ya mencionados, Althusser o Nietzsche desarrollarán un papel importante en
su pensamiento. Respecto al cuestionamiento de la mera constatividad del
lenguaje, la performatividad quiere mostrar cómo decir, en ciertos casos
es inseparable de hacer. Siguiendo a Derrida y a sus consideraciones sobre
la iterabilidad, la recepción del significado no sería un acto pasivo, sino
performativo. Butler (especialmente en el artículo “Critically Queer”, 1993)
recoge este debate para hacer notar cómo la resistencia a las formas de
normalización ha de resignificar aquellas expresiones que sólo, en tanto que
actos performativos, son (y pueden dejar de ser) normativos. Conceptos
como vulnerabilidad o precariedad cristalizan sus
reflexiones dirigidas al replanteamiento de lo humano. La existencia se
hallaría ontológicamente marcada por una condición vulnerable, abierta al otro,
a la violencia, a la muerte, así como a la vida, la responsabilidad o el
cuidado. El objetivo de pensar la vulnerabilidad recae en una reflexión de
corte político sobre la precariedad. Pensar una política global implica
cuestionar las fronteras (tanto reales como abstractas) del marco neoliberal
que dejan en tierra de nadie todas aquellas vidas no reconocidas como tales.
Reconocer la política en el duelo, en la supervivencia o en las tareas de
cuidado es imprescindible para dar una nueva respuesta a la pregunta de qué
cuenta como una vida. En lo que se refiere a estas cuestiones, cabe
destacar Precarious Life: The Power of Mourning and Violence (2004),
obra con una remarcable influencia de Emmanuel Lévinas. Otros escritos
como The Power of Religion in the Public Sphere (2011) o Parting
Ways: Jewishness and the Critique of Zionism (2013) prosiguen en esta
línea que indaga más concretamente en cuestiones sobre la religión, la guerra,
la ética o la situación de cohabitación no escogida entre Israel y Palestina.
En estos libros y en los posteriores, Butler recurre, a menudo críticamente, al
pensamiento de Hannah Arendt. "No hay una identidad de género detrás de
las expresiones de género; esta identidad es performativamente construida por
las mismas "expresiones" que se consideran sus resultados."
Fuente: https://www.ub.edu/seminarifilosofiagenere/es/filosofa/judith-butler/
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