12 de marzo de 2024 - DÍA 12 DE LA REVOLUCIÓN DEL PROLETARIADO
La inflación real de la primera
semana de marzo - Mes de la Insurgencia de la Clase Media, según se
pronosticaba - fue un 300 % superior a TODA la inflación de febrero. A ello se
suma el aumento brutal de todos los peajes del país (200 % de un día para el
otro) y el cierre de paritarias en apenas el 15 %.
Los papis y mamis que se pasaron del
dólar MEP a los plazos fijos, "sonaron". Ahora los bancos pagarán lo
que quieran, porque el Presidente Milei ordenó eliminar la tasa mínima, con lo
que las ganancias de los bancos se maximizan, en tanto las colocaciones de la
clase media asalariada o cuentapropista caen por debajo de la inflación real.
El aumento obsceno de TODOS los productos, bienes y servicios (en especial, de
los alimentos) ya no puede contrarrestarse poniendo plata en el banco. El
Nación, por caso, bajó su tasa del 133 % anual (de por sí, sumamente inferior a
la inflación real) al 110 % y, ayer, al 80 %. Hoy se ofrecen tasas del 75 %
anual: cuatro veces menos que lo que se espera sea la inflación oficial. Argentina
alcanza los valores más altos de aumentos de precios en el mundo. El Presidente
Milei enfatiza: "la licuadora no se toca".
La clase media se organiza: "¡Despierten! ¡Hemos elegido nuestra
propia estupidización durante décadas! ¡Nos hemos embrutecido, hemos dejado de
leer, no podemos desarrollar nuestra expresión verbal en oraciones
correctamente estructuradas! ¡Hemos simplificado nuestro lenguaje, porque nuestra
zona de confort es la ignorancia y la imbecilidad aspiracional!"
Se improvisan asambleas en las
plazas. La clase media debate: "¿Cómo es posible que en 2015 lo teníamos
todo, y por escuchar las mentiras de los periodistas mercenarios - a quienes
entronizamos como falsos ídolos - aceptamos perderlo todo? ¿Cómo es posible que
hayamos reemplazado la vieja biblioteca familiar por un televisor en cada
habitación, más otro en el living, más otro en la cocina?"
Todos los hijos de tanos laburantes,
judíos que sólo tenían por intención el bien de sus familias, gallegos que
vinieron con una mano atrás y otra adelante y que fueron el motor de esta
Hermosa Nación; todos, TODOS aceptan que se han degradado por propia voluntad.
"Pero en marzo, como auguraron
nuestros profetas de las redes sociales, la cosa empezó a cambiar. Tuvimos que
afrontar los gastos escolares y no pudimos. Sólo queda una salida: LA
REVOLUCIÓN. Y para ello, lo fundamental es leer y ver películas de más de una
hora y media de duración; pero no Openheimer o de ese tipo; sino cine
latinoamericano, cine que denuncia la opresión".
Ya se oye por entre las góndolas de
Carrefour: "La verdad es que Cristina tenía razón. Somos unos
desagradecidos... ¡De qué vale nuestro esfuerzo, si no hay políticas de Estado
que tiendan a que ese esfuerzo se capitalice! Sí: capitalice, palabra que JAMÁS
utilizamos antes".
Los militantes se lamentan: "Qué
inservibles. Decíamos que si la tocan a Cristina qué quilombo se iba a armar, y
NO PASÓ NADA CUANDO LA QUISIERON MATAR. ¿Por qué no cuestionamos a nuestros
dirigentes, aferrados a la falta de liderazgos y a la solidez relativa de sus
posiciones? ¿Por qué no hicimos lo que sentíamos; por qué esperamos una orden
para salir a bancar a la Presidenta? Ahora ellos creen que son los únicos
habilitados para la conducción, porque nosotros no tuvimos el coraje de
desobedecer sus pasividades interesadas".
Vecinos y vecinas continúan
analizando: "Hemos tomado consciencia: por empezar, consciencia de clase.
¡Cómo es posible que nos hayamos entregado al all inclusive, al Duty Free! ¡Cómo es posible que hayamos
cuestionado que Starbucks no podía importar vasitos! ¿Tan imbéciles hemos
sido?"
Organizada, la clase media tiende su
mano hermana a aquellos a quien antes llamaba "n.3groS". "Te
temía sólo porque tu aspecto no es igual al mío. Las tasas de criminalidad son
iguales en todas partes del mundo: ¡qué racistas nuestras opiniones acerca de
tu estar en el mundo".
"Bebe en mi cántaro, si tienes
sed", se oye por los balcones donde antes colgaban banderas argentinas
junto a la de San Lorenzo de Almagro, Boca Juniors o algún otro, o cuando ganaba
la Selección.
La clase media, en sus ratos libres,
planea la vuelta a la virtud, fuertemente empoderada en la necesidad de volver
a ilustrarse. El poder real comienza a temblar. La rebelión se huele en el
aire.
Es marzo, mes de la Revolución del
Proletariado, que así se sienten papis y mamis: proletarios, sí, proletarios;
porque sólo tienen su fuerza de trabajo y algún que otro bien de menor cuantía,
que no sirve para producir.
Los profetas, los que saben de
verdad, la anunciaron en diciembre y en enero.
Y está llegando.
15 de marzo de 2024 - Día 15 de la Revolución del Proletariado Argentino
"Pero obviamente que el DNU es
inconstitucional. ¡Si excede con alevosía las facultades conferidas al Poder
Ejecutivo por el artículo 99, inciso 3 de la Constitución Nacional!", se
quejaba Don Ernesto Arnoldo Pigaffetta, 78 años, jubilado con la mínima, en la
fila de la verdulería.
"Y eso no es todo. ¿Acaso la
delegación de facultades legislativas - en definitiva, una suerte de suma del
poder público sui generis - no somete a quienes la otorguen a una pena en
expectativa igual a la de los infames traidores a la patria? Mi única duda al
respecto es si quienes votaron a favor de la vigencia del DNU, que justamente
otorga esas facultades, no cometieron ese delito en grado, al menos, de
TENTATIVA. ¿No es causal de desafuero y posterior enjuiciamiento? ¡Comisión de
delito en el ejercicio del cargo!", replicó Gianfranca Hölstein de
Bevilacqua, docente ex radical y parte de la recién nacida Asamblea
Revolucionaria de Plaza Almagro.
El muchacho que atendía - que portaba
una remera con la inscripción "Yo Estoy en Blanco"- colocó seis
choclos en la bolsa de Gianfranca. Se oyó el ruido del plástico resistirse a
los frutos del campo. La consigna "Duty Free", despintada desde el
tour "25 días - 15 capitales" del 2009, se hinchó una vez que los
choclos se acomodaron.
"Ahora, lo que no entiendo es el
enojo de Feinmann. ¿No es abogado, él? ¿No estaba previsto este debate desde la
sanción de la Ley 26.122? ¡Precisamente la posibilidad del rechazo está
normativamente estipulada! No hay mella institucional alguna, según veo",
opinó Delia, viuda de Agripenne, desde la caja, quitando la vista por primera
vez en 5 minutos del tomito azul de "Constitución y Derechos
Humanos".
"Delia, es como usted dice; pero
le voy a pedir un favor", dijo Gianfranca, acariciando la tez morena del
trabajador que ahora le acomodaba tres naranjas perfectas en la bolsa ya
reventona. "En realidad, dos favores, Delia querida. Primero: ¿no hay una
silla para este chico, que hoy pasé a las siete y media de la mañana, y también
estaba parado, cargando cajones? Hágame el bien. Y segundo: me gusta que tenga
el televisor encendido para que no nos aburramos en la fila; pero... ¿podría
cambiar de canal? Ni TN ni La Nación +, por favor: creo que todos vamos a estar
de acuerdo con esto".
Las cinco personas de la fila asintieron.
Delia marcó la página de "Constitución y Derechos Humanos" en la que
había quedado su lectura entre cliente y cliente, y tomó el control remoto,
apoyado contra una estampa de Diego Maradona que en letras doradas consignaba:
"Perdón".
"¿Canal Encuentro está
bien?", preguntó Delia. Se escucharon varios "sí", atonales.
Por la avenida pasaron tres micros
repletos de gente, con banderas y a los bocinazos. Todos los compradores se
dieron vuelta y sonrieron: Marcha al Congreso. Se anularía el DNU de Milei.
"Basta de entrega de nuestros
recursos naturales. Era hora que la clase media nos aviváramos", expresó,
con lágrimas incipientes, Ernesto Arnoldo. Una señora que había ido para
llevarse algún que otro huevo pasado que iría a arrojar a la Casa Rosada no pudo
contener un sollozo sonoro: pensaba en sus hijos, uno lavacopas en Madrid; la
otra, médica, aplastadora de tornillos en Düsseldorf.
"Durante décadas nos quisieron
hacer creer que el campo nos daba de comer. No sé, Delia, dígame, ¿yo me puedo
llevar todo esto sin pagar?" Dijo Ginafranca, mostrando la boca de la bolsa de Duty
Free con sorna ilustrada.
"Es el discurso de la misma
oligarquía que mató al indio para quedarse con sus tierras", asintió
Ernesto Arnoldo. "Generan alimentos para 400 millones de personas y una
triste manzana cuesta mil pesos. ¿Quién le da de comer a quién?".
"Yo no sé ustedes", propuso
Delia. "Pero en este mismo momento cierro el negocio y me voy para la
Plaza Almagro. Me llenan el alma esas Asambleas Populares. Tomate franco el día,
Wilson; y acompañame en esta lucha por la Dignidad: ahora los protagonistas
somos todos".
Delia apartó una pila de suplementos
"Ñ" del diario Clarín y se los dio a un trabajador que pasaba
("estaría buena la metáfora de envolver perejiles con esto; pero la lucha
hoy pasa por otro lado", meditó). Como un rayo unificador, de todos los
negocios salieron miríadas de vecinos de clase media: "¿Se acuerdan de
esos grupos de Facebook que armábamos: Lanata 2.0, Me Da Vergüenza Mi
Presidenta, PPT Forever y tantos otros? Nos decíamos 'indignados', pero éramos
unos pelotudos".
Por las calles se escuchaban frases
impensadas hasta pocos días atrás: "hay otra Constitución muy interesante,
que se publicó en 1949, ¿la sumamos a la lista de lecturas?"
¡Lista de lecturas! ¡Canal Encuentro!
¡Constitución y Derechos Humanos! ¡Vínculo de igualdad y hermandad con el
adolescente boliviano que atiende en la verdulería, correctamente registrado y
con salario de convenio! ¡Silla para el justo descanso del trabajador..!
Desde diciembre de 2023, los
especialistas lo venían augurando: para marzo siguiente, la clase media tomaría
finalmente consciencia, retrotraería sus niveles de intelectualidad a la década
de 1960 y realizaría un aporte crítico, con sustento argumental fundado en información
sólida; un aporte que no podría sino derivar en un grito de justa rebelión.
Hasta el momento, la clase media
había sido funcional a sus imbecilizadores. En 2015 se había dejado llevar por
su decadencia moral programada y había votado a Macri, simplemente porque
quería un "cambio" que ni siquiera sabía definir. Ahora, arrasada su
capacidad de inteligir por acción de la televisión y de sus decisiones
ridículas de clase payasa, había elegido a un demente digitado por un cúmulo de
perversos nacionales e internacionales para dirigir los destinos de la Nación.
Pero la Hora de la Lucidez estaba
llegando. Las profecías comenzaban a cumplirse.
Porque 'Los Que Todo Lo Saben' tenían
razón: en marzo vendría la toma de consciencia y la rebelión consecuente,
imparable. La clase media advertiría en qué se había convertido, vería su
deshonra voluntaria, se arrepentiría de su pobreza moral y saldría a construir
aquel mundo de Virtud tan soñado por sus antecesores tanos, gallegos y judíos
laburantes.
¡Todos a Plaza Almagro, pues! ¡Cada
uno en la plaza de su barrio! ¡Viva la Cultura, que nos saca para siempre de la
mediocridad! ¡Viva la Constitución Nacional!
Portando las bolsas de la verdulería,
Gianfranca, Ernesto Arnoldo, Delia, William y la señora de los hijos fascistas
y lavacopas partieron a derrocar al gobierno.
Porque sentían la necesidad de
demostrar con hechos concretos su vergüenza de haber sido.
Y porque desde las cenizas de esa
vergüenza estaban dispuestos, más que nunca, a construir la Nueva Patria de los
Sanos de Espíritu.
Por ellos. Por nosotros. Y por
nuestros hijos.
..continuará
*Eddy W. Hopper. Abogado
lindo sueño, pero aun hay cegads xq no quieren ver y sords xq no quieren oir, tmb muchs tienen algún canuto q creen poder recuperar como en 2003, cosa q no va a suceder, pero q no imaginan. todavía falta, y hay demasiads q no quieren entender
ResponderEliminar2001...piquete y cacerola la lucha es una sola, la clase media hace la revolución en la plaza del barrio vendiendo tortas caseras, adhiriendo al club del trueque porque le han confiscado los dólares... cuando se los liberaron la cacerola volvió a la cocina para hacer el arroz de sushi y al piquete negro había que pasarlo por arriba. Genial relato
ResponderEliminar¿Cuál será el perro que habrá que matar para que termine esta rabia? Ya no hay dólares corraliteados para devolver por quienes protestar, ni yerba secándose al sol. ¿Parará la Revolución de los Clientes cuando el dolar deje su retraso, o parirá mileítos desindexados? No se pierda el próximo capitulo de las "Crónicas Veloces" del genial Eddy W.Hopper.
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