Revista Nos Disparan desde el Campanario Año V… Coronel Dorrego: Crónica de una asamblea anunciada… por Favio Camargo
Imagen: La Dorrego
Entre la abandonada fuente de los daneses
y el lugar en donde tenía su sitial uno de los leones desaparecidos que donara
quien fuera el único Intendente peronista del distrito de Coronel Dorrego en su
historia, me refiero al Doctor Testani, un grupo de ciudadanos, tres decenas
aproximadamente, nos juntamos sobre el césped de la plaza central. Para quienes
no están al tanto de nuestra historia política, el mencionado funcionario
ejecutivo fue como afirmamos, el único intendente Justicialista haciéndolo por
dos períodos consecutivos, desde el año 1991 hasta el año 1999, para dar luego
paso a los 24 años de virtual acefalia que estamos transitando, idea popular
reafirmada por cuatro años más en los comicios pasados.
Coronel Dorrego, en tanto su ciudad
cabecera, es un pueblo de típico corte colonial español. La iglesia, la
escuela, el municipio y dos avenidas destruidas rodean la plaza. Tiene más o
menos 12000 habitantes y la suerte de estar a media hora de Monte Hermoso, a
donde de cuando en vez, para que no me explote el cerebro, suelo escaparme con
el objetivo de hallar allí los derechos culturales que acá se nos niegan: un cine,
un teatro, librerías, bibliotecas…..cosas de zurdo o peor, de “negro” peronista.
La razón ciudadana para reunirse en
las tardecitas estivales de los viernes es desarrollar una suerte de asamblea abierta
para debatir el DNU como formato institucional, analizar el conjunto de leyes
denominado Ómnibus que pretende imponer el Presidente Milei, y debatir al mismo
tiempo las medidas y acciones que desde un pequeño pueblo perdido en la
provincia de Buenos Aires puede realizar un grupo de personas para manifestar
su descontento.
Y se abre el debate: ¿Vamos a
acompañar el paro nacional del 24? ¿Lograremos que se sumen algunos gremios
locales? ¿Cómo nos manifestamos? ¿Marchamos? ¿Ponemos una carpa o un gazebo y
una mesita con volantes explicativos y una planilla bajo el título “los abajo
firmantes nos oponemos a…? ¿Acompañaremos la jornada con Música? ¿Alguien tocará en vivo?
Y surge de inmediato el “pero” que
nos hace aterrizar en el distrito: ¿Hasta dónde un modesto número de ciudadanos
se pueden expresar libremente en nuestro páramo sepulcral sin causar la
reacción que pueda ser usada por el municipio y su red de medios pautados para
lograr desviar o deslegitimar la protesta? Hace poco vivimos su fascista virulencia
en el HCD. Hago hincapié en la aviesa intencionalidad recurrente que sudan los
voceros rentados, y ese menosprecio hacia el pueblo para ignorar sus urgencias y en
lugar de discutir el fondo o el objetivo de la demanda y las razones profundas
por las cuales estábamos ahí, salga por la red municipal de holgazanes
mediáticos la misma nota copiada y pegada cien veces: “Grupo de inadaptados,
en su mayoría docentes, perturba la paz vespertina sin autorización oficial interrumpiendo
nuestra tranquilidad pueblerina voceado desmesuras con música de un tal Van Halen”…
¿Cómo se llega con la dialéctica a un
pueblo que además de exhibirse socialmente insensible, manipulado por la red
mediática local y que asiduamente, acaso por prejuicio, suele desechar los
relieves, la duda crítica, la información certera y la formación intelectual a
la hora de entender ciertos fenómenos políticos? No olvidemos que este burlesco
personaje que arribó a la primera magistratura a fuerza de Rivotril, el cual acaba de ridiculizar nuestras capacidades reflexivas como pueblo en Davos, obtuvo
casi el 70 por ciento a nivel local apoyado además por el oficialismo con su
falsa neutralidad.
¿Lo conmueve al dorreguense medio si
despiden, no sin antes humillarlos por casi cadena nacional, a decenas de
científicos del Conicet? Inteligencias nuevamente enviadas a lavar los platos como
hizo Cavallo durante su participación en los gobiernos de Menem y De la Rúa.
Cuando comenzó a correr el volante de
la asamblea por la red de medios municipales aparecieron muchas personas de
mala fe, en su mayoría cobardes alcahuetes escondidos detrás de fotos de niños,
perros o paisajes, con nombres falsos en algún caso (porque por aquí nos
conocemos todos), queriendo saber quiénes éramos y de qué trabajamos los que participamos en ella. En mi caso conozco a la mayoría, al menos de paso, por
referencias o de vista, con algunos estoy de acuerdo políticamente con otros
no, como yo unas cuantas personas son docentes y otras tienen sus comercios u
oficios por cuenta propia. Aquí en la aldea es muy común que la gente te
insulte en público por redes sociales, como para hacerse ver ante el señor
feudal…y luego te pida privadamente por favor que lo disculpes ¿Es extraño no?
Este tipo de juntadas son siempre estigmatizadas,
no solo minimizadas sino además deslegitimadas bajo el prejuicio imaginario a
caballo del falaz argumento de que somos vagos, inútiles e ignorantes que vamos
por un choripán. Es cierto, había un chulengo con choripanes que para las 19.30
había comenzado a humear un aroma cautivador, pero no era nuestro, era
municipal. Además yo hasta que no me opere, cero choripanes, cero chimi, cero
papitas… acaso algo de Fernet… ¡no pueden quitarme todo, soy una persona!
Esta vez no vi a los conocidos alcahuetes del éter local merodeando, haciendo como
que pasan de casualidad unas seis o siete veces…capaz la ausencia se debió al
calor. Para quienes nos leen desde otros lugares les comento que aquí es común
que cuando se desarrollan actividades políticas o culturales por fuera de lo
organizado por el gobierno municipal, conocidos alcahuetes comiencen a explorar
por los aledaños como para registrar quiénes estamos presentes y llevar alguna
lista tal vez al fascista ejecutivo de turno…
Regresando al nudo de la
problemática, las buenas ideas y las mejores intenciones quedan solo en el aire
si no se asientan sobre un paradigma político con "voluntad de poder" que permita
materializarlas en la realidad. Por lo tanto creo que si estas movilizaciones,
juntadas, asambleas o como las queramos llamar no salen de este círculo van a
terminar apagándose con el tiempo sin lograr ningún objetivo, tal cual ocurrió
con las asambleas del 2001 cuando pegó el pico de inutilidad el experimento del menemismo honesto de la alianza. “De piquete y cacerola la lucha es una sola” idea
que hubiera sido fuente de verdadera concientización social, no ha quedado nada.
Si bien este gobierno es un stand up cuyo libreto está redactado por
psicópatas conocidos, construido desde los medios de comunicación y que su
breve destino camina hacia un nuevo fracaso nuestro (no de ellos), no hay que olvidarse
que hace algo más de un mes recibió el aval de gran parte de la ciudadanía. Algunos
pocos convencidos ideológicamente, muchos otros, como en la escena local, por
odio a todo lo que suene a Peronismo, otros llevados de la nariz por los medios
y algunos hasta por la gracia de ver a un personaje delirante en el poder.
Muchos sin ser militantes orgánicos
afiliados al Partido Justicialista, siendo parte del movimiento nacional y
popular pero en otras vertientes, desde el periodismo, las artes, el deporte,
el mundo del trabajo (activo y pasivo) la ciencia, la tecnología, las
disciplinas humanísticas, el comercio, la industria, las instituciones, nos
sumamos a este tipos de intentos reflexivos desde hace años y en nuestros lugares,
ya sea escribiendo en medios independientes o hablando con las personas para
tratar de evitar esta catástrofe social en curso; pues de poco sirvió, se nos reían
en la cara, incluso algunos de los propios despreciaron y ningunearon nuestras
prevenciones y advertencias con respeto al devenir por ser demasiado crudos y directos, por lo
que es atendible que en algunos de nosotros haya todavía pocas ganas de participar
o intentar defender a un pueblo en el cual su mayoría perezosa parece desinteresarse
del dolor de los demás. La prueba de fuego va a estar en las legislativas del
año entrante, y si esta inercia continúa, mucho dolor, hasta entonces, correrá
por sus senderos.
*Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur
Cuando los piquetes del hambre y la necesidad le comenzaron a estorbar el paso a las cacerolas que comenzaron a llenarse, estás ya satisfechas, sin necesidades ni hambre, fueron atacadas por el síndrome de Doña Florinda.
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