Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 60 POLÍTICA Y PSICOANÁLISIS La Locura en la Política… por Carlos Baffoni

 

Imagen: Escena del film Calígula



Para la gran mayoría de los seres humanos que habitan el mundo contemporáneo vivir es solo un mero acto de resistencia que al resto privilegiado nada le importa..

 

La realidad es compleja. Acaba de ganar un anarco-capitalista. ¿Qué significa esto? Un fundamentalista del Mercado, eso es un anarco-capitalista. CRÉE que el mercado todo lo resuelve. Que es una entidad etérea, casi espiritual, libre de las contaminaciones humanas. Por lo tanto, todo lo humano, la democracia por ejemplo es corruptible. Oculta que el Mercado son un conjunto de personas muy humanas, digamos...

Pero, semejante religiosidad le va traer problemas, porque de qué se alimenta el Mercado: de lo más corruptor que se pueda pensar: EL DINERO. El "poderoso caballero". Todo lo que el dinero toca corrompe. Las relaciones sexuales, familiares (basta observar cuando hay una herencia en juego), amistosas. En fin, lo humano. El ahora Presidente, todo lo humano que suponen las instituciones democráticas dentro del ámbito de la salud, la educación, las empresas nacionalizadas, el aparato estatal, lo tilda de corruptible. No le falta razón, porque la centroizquierda ha sido incapaz de dar la espalda al capital financiero y sus temibles consecuencias subjetivas. Es llamativo que desde 2019 para acá lo cultural ha brillado por su ausencia. Massa no ha podido o querido promover un cambio de mentalidades. El "combatiendo al capital" no existió en su campaña. Si se nacionaliza una empresa, es imprescindible que las mentalidades que las dirigen no sean capitalistas. Sino reproducirá la lógica capitalista, y muy poco las diferenciará de las empresas privadas. La falacia del presidente - o ilusión - de que las privatizaciones en manos de espirituales capitalistas, toda gente honrada, nos llevará solución lo llevará a él y a nosotros por malos caminos. Por eso Walter Benjamin y otros, proponen que lo esencial es un cambio de las mentalidades. El dinero como fin, no como medio para, pudre los cimientos mismos comunitarios humanos.

No se sabe si Milei es un enfermo mental, como se dice. Aclaro que los enfermos mentales no hacen daño a nadie. Son los quebrados del sistema. Por lo tanto, sus víctimas. Más de una vez en el servicio de Salud Mental del hospital tuve que aceptar demandas de ciudadanos consultantes de internarlos. Yo nunca interné a nadie. Y sostengo firmemente que el encierro no cura a nadie. ¿Pero por qué solicitaban ser internados? Porque la realidad los agobiaba, los vencía. Una semana fuera de ella era como un bálsamo, una tregua para lograr cierta recuperación de fuerzas menguadas. Son los vencidos, los derrotados. Algunos aceptan ser encerrados de por vida. Ahí tienen "agua, sol y pan" como expresa la hermosa y terrible canción de Spinetta, "Las manos de Fermín". No lo veo a Milei como un derrotado. Posiblemente, en algún punto lo sea, por quebrarse y someterse al Poder. Pero se identifica con ese Poder que oprime, que destruye. Claro, se enloquece. Pero es una locura peculiar: es dañina de la condición humana, de los débiles ante todo, que corren a cualquier servicio de Salud Mental para ser contenidos, escuchados con humanidad. Prefiere ser vocero del Poder, su amanuense, para destruir a los más débiles, las víctimas del sistema. Cuando propone la derogación del artículo 14 bis del Carta Magna, inciso principal de liberalismo político el cual consagra los derechos de los trabajadores y su sindicalización, no es ningún "libertario". ES EL VOCERO DEL PATRÓN. NO EL DEL PUEBLO, A QUIÉN EN UN ACTO INCOMPRENSIBLE LE SOLICITA QUE SE LO ELIJA PRESIDENTE PARA DESPUÉS DESTRUÍR SUS DERECHOS. Claro, puede terminar internado en un loquero de lujo, donde se internan los ricos. La burguesía, o sea los patrones, destruyeron la Revolución Francesa, la experiencia más hermosa de la modernidad europea, única en la historia de la humanidad. La Revolución rusa de 1917 fue su correlato. Sabemos cómo quedó cuando Stalin, otro Patrón, puso mano en ella. Hoy Rusia es un estado mafioso, capitalista furioso. Un grupo de patrones - llamados oligarcas, como los de aquí - maneja todo. Todo lo que toca la burguesía lo destruye. Hasta el mismo suelo sobre el que pisa. Son desquiciados. Creo que la única posibilidad de que no nos volvamos locos como ellos, es tomar distancia, pasarnos a la vereda de enfrente. Que armen su propio loquero, que deliren y alucinen allí. El saber popular dice - con razón - que la locura es contagiosa. En esa vereda de enfrente podemos ser otra clase de locos: LOS LOCOS DEL AMOR, COMO PROPONE HORACIO FERRER EN SU BALADA.

 

II

 

Cuando Macri asumió la presidencia, escribí aquí que era -y es -sádico. Mi psicoanalista y maestro - quizá uno de los psicoanalistas y psiquiatras -se formó como tal en el Borda - más prominente de su época, estuvo de acuerdo. Aunque resulte raro, ese rasgo narcisista define la conducta de un presidente, más allá de su "formación", aunque sepa a Marx de memoria, y su militancia "revolucionaria", y declararse a favor de los humildes, hará que muestre la hilacha más temprano que tarde. Lenin - que no era sádico - antes de morir, tenía los días contados por tres balazos sufridos - dijo que no eligieran a Stalin - fervoroso revolucionario comunista - porque era un tipo jodido, o sea, en la jerga psicoanalítica, sádico. Tuvo razón. Ahora, aún con esa objeción, fue elegido. Cualquiera sabe la atracción que ejercen los sádicos especialmente en los masoquistas. Y los líderes sádicos, como Hitler y Mussolini, tan sólo una muestra. El sado-masoquismo es el goce narcisista por antonomasia del humano. Pasión de Yo, no del inconsciente. Por lo tanto, cualquier psicoanálisis bien conducido - siempre y cuando el psicoanalista haya puesto fin a éste goce en su propio análisis - está dirigido al abandono del goce mencionado. Tanto en sí mismo como en el de sus analizados. Nada fácil, porque cuando el analista abandona este goce - no sin un duelo, una pérdida - está en condiciones de jugarse no sólo ante la maldad sádica de los próximos analizados, sino también ANTE EL SADISMO INSTITUCIONAL que anida en juzgados, colegios, empresas capitalistas, estatales y privadas. La corrupción, por ejemplo, es expresión del goce sádico, el afán por el fetiche del dinero, que hace que se pase por encima -arrolle- miles de subjetividades.

Hace un tiempo dije que Massa, por ejemplo, no es sádico. Ha hecho denodados intentos para reparar los daños que un presidente sádico produjo en las siempre víctimas de un sádico: los débiles. Por eso Jesús proponía el amor al prójimo. La compasión es el eje de su enseñanza. La Iglesia, derrapando, puso el énfasis en la sexualidad y no la compasión. ¿A quién le importa cómo se goza sexualmente?  Allí se comporta como sádica. Al husmear en la vida sexual de los creyentes y no en su comportamiento amoroso o no con sus próximos y no próximos. Finalmente, Jesús fue víctima del feroz sadismo de los judío DEL TEMPLO, o sea de la INSTITUCIÓN religiosa. Sabido es hoy que Pilatos no quería matarlo. Pero lo presionaron hasta que el tipo aflojó. El pueblo judío no tuvo nada que ver, lo amaban. Trato de decir que si un presidente no es sádico, pone el amor - antítesis del sado-masoquismo, excelente "vacuna" contra el temible virus - el bienestar de los más débiles, no es nada raro que el sadismo individual y/o institucional intente destruirlo. Ya sabemos que las rupturas militares centraron su accionar contra presidentes no sádicos en Argentina. En este momento, el pueblo en su mayoría, sádicos hay y en abundancia, decidió por un sádico en lugar de escoger a una persona que no lo es.

LA LUZ QUE NO SE VE

“La violencia es una patología provocada por la competencia, por el miedo, por el fundamentalismo y la debilidad. La fuerza, independencia concreta de las formas de vida, los comportamientos cotidianos, de las instituciones del saber conectado. La fortaleza radica en LA ABOLICIÓN DEL DINERO EN LAS RELACIONES COTIDIANAS, en la supervivencia colectiva por fuera de la economía del lucro". (Franco Berardi. "Medio siglo contra el trabajo")

Sin dudas, sostener relaciones humanas, sean ellas amorosas, amistosas, etc.,  por fuera del dinero exige del sujeto valentía. Generalmente se piensa que la búsqueda del lucro, la obtención de beneficios económicos en los vínculos humanos, nos da seguridad, estabilidad. Porque eso vende la sociedad actual, totalmente tomada por la economía del lucro. Pero lo que no se ve, o lo que no nos dejan ver, es que los vínculos humanos son, por decirlo así, nuestra morada, nuestra casa. La simbiosis entre el mercader y el guerrero son imparables. Su saber es la miseria de sus propias vidas. Es un saber intolerable. Justamente, el psicoanálisis lacaniano propone la destrucción de éste supuesto saber, y de todos los saberes que se pretenden imponer como Verdad. La Verdad mora en el sujeto. Georges Bataille, muy cercano a Lacán, escribe en "La experiencia interior" que el sabio es quién sabe que "El no saber juzga al saber".


III


El trabajador pone su vida en el objeto, que no le pertenece, más pobre se vuelve en su vida interior, la vida que ha dado al objeto se le opone como una fuerza hostil, externa. De medio de existencia, se transforma en medio de subsistencia (y aquí, en Argentina hoy, ni siquiera esto). El trabajador se transforma en esclavo del objeto. ES "trabajador", no sujeto. Produce objetos, su humanidad es secundaria. Es una trampa en la que se cae fácilmente. "Confederación General de Trabajadores". Hasta se asume con orgullo decir "Soy un trabajador". Así quieren que te definas, explotado en tu fuerza de trabajo. Las "leyes" de la economía política, dictadas por la burguesía oligárquica, legitiman esta posición, la "autorizan". Cuánto más produce, menos tiene para consumir. Cuánto más valor crea, más se desvaloriza él mismo. El trabajo produce maravillas para los ricos, pero privaciones para el trabajador. Produce palacios para, pero también cabañas (o chozas) para el trabajador (a no ser que el Estado salga en auxilio de ellos). Produce belleza, pero deformidad para el trabajador, pero también cretinismo (antigua denominación suplida por la más civilizada y científica "deficiencia mental”)

Erich Fromm.

El corazón del hombre.

 Comentarios acerca de los Manuscritos de 1844

de Carlos Marx, el "comunista".

 

El peronismo decía que el trabajo dignifica. Pues bien, no es que no sea cierto. Pero todos los esfuerzos de Perón fueron en dirección de dignificarlo. O sea, de por sí, no dignifica. Se lo puede volver más digno, pero quién lo haga, se gana el odio eterno de los capitalistas. La esencia del "trabajador" es de ser miserable, indigno en el capitalismo.

Una persona a quién analizo, egresada de la UCA, lugar en donde suelen pasar cosas que al poder eclesial se le escapan (eso ocurre porque los curas no lo pueden controlar sus internas, las cuales nada tienen que envidarle a las de los políticos, me dijo algo sorprendente: Un cura -docente- de la Teología de la Liberación, hoy próximo a Francisco, a quién muchos están esperando que se muera, le dijo: "No es el trabajo quién debe dignificar al trabajador, sino éste al trabajo". Los enormes esfuerzos que hizo Perón para dignificar el trabajo - que casi le costaron la vida, la honra seguro - tuvieron un eco inmediato en los trabajadores, quienes lucharon por su dignidad ennobleciendo al mismo trabajo: CONDICIONES DIGNAS DE TRABAJO.

 

IV

 

El orden neoliberal que se inauguró a sangre y fuego en 1973 en Chile y fue formalizado en el "Consenso" de Washington en 1981 por Reagan y Thatcher se está cayendo a pedazos. La "globalización" es un globo pinchado y moribundo, como el globo rojo de la película premonitoria de los sesenta. Solo que esa película -creo- anticipaba la caída del orden previo, el del estado de bienestar, el desarrollismo, protector y proteccionista. Hoy esa película representa el mismo destino de la globalización neoliberal. Se le pinchó el globo. Los globos, su destino es...pincharse. O marchitarse cuando envejecen. Hoy la globalización neoliberal hace agua por todos lados. El destino maravilloso que anticipó no se cumplió. Pero como dice Linera, lo dramático es que no acaba de parirse un nuevo orden. En EE.UU ya aparecieron señales de proteccionismo económico impulsadas por Biden según señala el notable economista y pensador boliviano. Con estilo minucioso e implacable describe la rea - parición del nacionalismo económico. Profunda herida narcisista para el Yo de los neoliberales vernáculos, de la que no quieren saber nada: la "vieja" renegación freudiana reformulada por Octave Manonni en su artículo "La descolonización de mí mismo" cuando siendo funcionario francés en Argelia descubrió los horrores del imperialismo franchute -"faro" tuerto del mundo- en el norte africano. Iniciada su formación como psicoanalista - con Lacán – y en cuero propio descubrió esa defensa del Yo paradigmático de la miseria neurótica humana: "YA LO SÉ....PERO AÚN ASÍ...”. Su carrera como "diplomático" se fue al carajo. Estos que vuelven ahora aquí, son los muertos vivientes de ése orden pinchado, agónico, que se marchita lentamente como en la película, cruelmente atacado por un niño –pobre - a hondazos. Como los muertos vivos de incontables películas de los 80-90, no saben que están muertos. El "él no lo sabía", del sueño que evoca Freud de un padre que velando a su hijo se duerme mientras el cajón de aquél se incendia y sueña que le dice: ¿Padre, no ves que estoy ardiendo? Pero el hijo no sabía que estaba muerto. Vamos a ser "gobernados "por un batallón de muertos vivos sedientos de sangre. Vengativos, envidiosos de los que nos reconocemos vivos. -

 

 


 


*Carlos Baffoni. Psicoanalista

 

 

 


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