Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 60 CARTA DE Juan Grabois en respuesta a las amenazas recibidas por militantes y allegados, con el aval de dirigentes de La Libertad Avanza
Algunos habrán visto un video de amplia difusión en las redes sociales dónde un señor con formación en un instituto militar, empresario de la construcción y autodefinido como integrante de La Libertad Avanza nos notificaba de manera explícita lo siguiente:
-
que me cuide porque estaba “regalado”
y “ellos” me iban a matar
-
que mis “seguidores” piensen en sus
familias porque correrían la misma suerte y los iban a “hacer cagar”
-
que iban a colocar artefactos
explosivos y disparar sobre una eventual manifestación pública.
Quiero contarles que esa persona fue
identificada, imputada por delitos no excarcelables, citada a indagatoria.
Asimismo, estamos iniciando una demanda civil porque además de responder ante
la justicia penal va a tener que pagar una indemnización económica que no le va
a salir nada barata. El que las hace, las paga. No les vamos a dejar pasar una.
No se trata del primer caso. Tenemos
ya cuatro expedientes con querellas penales y demandas civiles. Dos muy
avanzados. No son por diferencias políticas, opiniones negativas,
adjetivaciones, chicanas, ni siquiera insultos. No tenemos ningún problema con
el debate apasionado y la confrontación política: de eso se trata la democracia.
El problema aparece con las amenazas,
agresiones físicas, hostigamiento, difamación, falsas imputaciones, calumnias o
noticias falsas graves que pueden poner en riesgo la integridad de nuestros
compañeros, compañeras y sus familiares. Ahí trazamos el límite, porque esos
niveles de violencia y conatos de intimidación limitan la libertad por la que
todos decimos ¡viva! Como dice el futuro presidente parafraseando al General
Perón, dentro de la ley, todo; fuera de la ley, nada.
Sabemos que muchas personas,
agrupaciones políticas, sociales, estudiantiles, gremiales de mujeres y
derechos humanos han sufrido situaciones similares en los últimos meses por
pensar distinto a quienes hoy se sienten con impunidad para agredirnos. Por ese
motivo, hemos decidido establecer en forma inmediata junto a una cantidad
considerable de abogados comprometidos con nuestra causa y diversos organismos,
en articulación con organizaciones internacionales, un dispositivo jurídico
para ampliar esta cobertura a todos los que sufran intentos de disciplinamiento
político a través de la violencia, para lo que pueden escribirnos a argentinasinmiedo@gmail.com mientras
terminamos de diseñar la plataforma definitiva.
Yo no sé si la casta tiene miedo o en
realidad lo que tiene es empleo, a juzgar por los personajes reciclados que
integrarán el nuevo gobierno… lo que les puedo asegurar es que nosotros, miedo
no tenemos. Nos vamos a defender con uñas y dientes, dentro de los marcos de la
Constitución y las leyes, “el respeto irrestricto del proyecto de vida del
prójimo, basado en el principio de no agresión” como definió el futuro
presidente su doctrina. Ya ve que gran aliado tiene esa filosofía en los
humanistas; y que grande enemigo en los reaccionarios, videlistas,
intolerantes, ultraderechistas, neonazis, las juventudes de choque que
desfachatadamente alienta Macri o simples bandoleros que envalentonados por una
mayoría circunstancial cruzan la línea roja del respeto a la integridad del
prójimo.
Que Dios ilumine a las autoridades
democráticamente electas para que comprenda que nada bueno puede salir de
alimentar conductas semejantes y que su responsabilidad institucional es
garantizar los derechos de todas y todos los argentinos.
En relación a lo anterior, quisiera
hacer una reflexión. Se ha normalizado que las instituciones democráticas no
actúen conforme a derecho cuando se viola la ley en perjuicio de los que
tenemos determinadas ideas o pertenecemos a ciertos sectores sociales ¡Cuán
distinta hubiera sido la reacción de fuerzas de seguridad, jueces y fiscales si
las amenazas perpetradas por el sujeto precedente se hubieran dirigido a otros
colectivos o personajes! ¡Imagínense si hubiera publicado un video diciendo que
los miembros del PRO debían llevar matafuegos porque iba a incendiar su local o
que Milei debía portar chaleco antibalas porque le iban a llover municiones!
¡Cuál hubiera sido el escándalo si el objeto de la lluvia de balas no hubiese
sido una organización popular sino el Grupo Clarín o La Nación!
Sin embargo, no solo en nuestro caso
sino en muchos otros, como el intento de asesinato de la vicepresidenta, el
accionar de la patota denominada Revolución Federal, la banda de los Copitos,
entre otros, ha habido un exceso de garantismo que deja chiquito a Zaffaroni,
no se hacen los allanamientos, los celulares se borran mágicamente, el
instituto de la prisión preventiva que rige para cualquier ladrón de gallina
-en efecto, el 50% de los presos del país- desaparece como arte de magia y la
pasividad de las fuerzas de seguridad -llamativamente a cargo de un gobierno de
nuestro propio signo político- lindan la incompetencia.,.. o la complicidad a
la hora de defender a sus propios dirigentes.
Luego, a un muchacho que está fumando
en una plaza lo suben a un patrullero y lo muelen a palos; a las familias sin
techo les prenden fuego las casillas o desalojan una empresa recuperada
deteniendo a cientos de trabajadores. “Cuál es la audacia en ser fuerte con los
débiles y débil con los fuertes”... y esta inversión pusilánime en la aplicación
de la autoridad, esta sobreactuación con los que nada pueden superpuesta a una
patética pasividad con los que amenazan la democracia atentando contra nuestros
dirigentes, más allá de cualquier instigación -que las hubo-, de cualquier
discurso de odio -que también los hubo-, esa pasividad digo, nadie se lo puede
atribuir a la actual oposición/futuro gobierno.
No esperen de nosotros que
naturalicemos ningún apartheid jurídico-institucional dónde existen elfos
rubios luminosos con plenos derechos y orcos deformes sin ciudadanía. Vamos a
enfrentar la mitología iletrada e inhumana planteada por el modelo mental
macrista con la inmensa reserva moral humanista y democrática de nuestro
pueblo, con los resortes institucionales que todavía quedan en el país, con el
derecho público internacional, con la prensa no ensobrada, con la solidaridad
del mundo libre…. y vamos a ganar.
Una segunda reflexión que va más
hacia adentro de nuestro campo. Existe una suerte de regodeo en la impotencia y
el victimismo sin estrategia política ni jurídica para defender efectivamente a
nuestra gente. No se ganan las batallas posando de víctima, aunque
efectivamente haya una agresión injusta con víctimas y victimarios. Los que
quieren destruir nuestros ideales, nos quieren víctimas e impotentes. La
legítima defensa es un derecho que estamos llamados a ejercer, desde nuestro
punto de vista a partir de la premisa gandhiana de la resistencia no violenta,
pero afincada en la solidaridad del si tocan a uno nos tocan a todos.
¡Qué mezquinos nos hemos vuelto con
la solidaridad! Parece que frente a cada difamación u agresión actuamos como el
avestruz. A ver si nos damos cuenta que si dejamos que impunemente amenacen y
hostiguen a nuestros dirigentes y militantes se produce un efecto de disciplinamiento
que lleva al “no te metás” y al “sálvese quien pueda”. Los que no entendemos la
militancia como una profesión sino como una pasión por crear caminos de
esperanza orientados al bien común, tenemos la obligación de protegernos
colectivamente frente a cada acto de humillación porque el que calla otorga… y
para ellos, orcos somos todos. No se salva nadie de la deshumanización. Basta
de andar peleando con los codos con el que tengo al lado. Todos juntos, a
encarar de frente lo que nos toca.
Recordemos el poema atribuido a
Bertol Brech -escrito en realidad por un pastor cristiano alemán, Martin
Niemöller:
«Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio,
ya que no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio,
ya que no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no
protesté, ya que no era sindicalista. Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no
protesté, ya que no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más
que pudiera protestar».
No dejemos que vengan por ninguno. A
cada agresión, una respuesta, denuncia penal y sobre todo, a la víscera más
sensible de nuestros contrincantes, el bolsillo… resarcimiento económico.
En cuanto a un video que estuvo
circulando fundamentalmente en LN+ durante los últimos días para justificar a
estos criminales en el que afirmaba que estábamos dispuestos a dejar nuestra
sangre en defensa de los pobres, se trata de un video que tiene dos años, es
decir, muy anterior al cambio de gobierno, cuando la impotencia de no lograr
una medida en favor de la población indigente nos llevó a realizar una semana
de protestas pacíficas y legales. Hoy el liderazgo del sector de economía
popular está en manos de una nueva generación, mucho mejor que la nuestra, con
autoridades recientemente electas que conforman la Comisión Directiva de la
UTEP; pero quisiera reafirmar algo, más allá de aquel momento de exaltación: en
un mundo dónde hay tanta gente dispuesta a derramar sangre y causar sufrimiento
a los demás, asumir que la propia vida está al servicio de una causa -y no hay
causa más noble que la justicia social- lejos está de ser un acto de violencia.
Es una consigna profundamente cristiana. Ofrecer nuestra vida, el tiempo que se
nos dio en este mundo, nuestras ideas, esfuerzo, capacidades, talentos, grandes
o pequeños, para servir al prójimo.
Nosotros, servidores del pueblo,
aceptamos las reglas de la democracia que incluyen el derecho a ejercer una
oposición política frontal, reivindicamos el derecho a la protesta de todos los
sectores sociales que luchan por sus derechos y rechazamos cualquier intento de
cercenar los derechos sociales, económicos, culturales, las libertades y
garantías individuales que establece nuestra Constitución.
No tenemos odio, pero tampoco tenemos
miedo.
Luchando por una Argentina Humana,
Justa y Soberana, firmes en nuestras convicciones y convencidos de nuestra
causa, acá seguimos.
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