Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 60 … Los irremplazables por Antonio Diez, El Mayolero

 

 

"De vez en cuando la vida..." nos regala cosas. No siempre se dan ciertos personajes en la historia de los pueblos, ni siempre se dan las condiciones para que esos personajes adquieran la relevancia necesaria y que sus acciones incidan para modificar situaciones que parecían inamovibles y estaban "incorporadas al paisaje". Como si fueran parte de la naturaleza, como los ríos o las montañas. Estaban ahí y basta. "Siempre" habían estado ahí, nos decían, cuando hablábamos de que muchas de ellas eran injustas, eran perjudiciales para la mayoría, y que no beneficiaban más que a los pocos. Por muchos años nos dijeron que sin capitales extranjeros no podíamos progresar, aunque supiéramos que esos capitales "extranjeros" solo eran nuestras propias riquezas que entregábamos para que nos las prestaran y pagáramos intereses por nuestro propio dinero. Los pobres eran pobres y basta; habían nacido para ser pobres. No eran pobres porque se les negara la oportunidad de dejar de serlo. Eran pobres nada más. Los ricos eran ricos porque eran ricos. Siempre había sido así. ¿Había desigualdad? Siempre habían existido desigualdades en la sociedad. ¿Para qué cuestionar lo que es natural?

Sin embargo siempre hubo quien soñara y pensara que las cosas no tenían que ser "necesariamente" así. "Empareje y largamos" decían los corredores de caballos en aquellas viejas cuadreras, invitando así al otro jinete a que pusiera su caballo en la misma línea, para poder arrancar en las mismas condiciones. Si no, "no se daba partida"; es decir había que retroceder unos metros para que ambos caballos pudieran partir iguales. Cuando se dan las condiciones necesarias esos personajes cobran relevancia, y modifican la Historia de los Pueblos y quedan marcando para siempre mojones que jalonan el camino. Esos personajes suelen abrumarnos, superarnos. Ha sido tanta la repetición de muletillas teñidas debidamente de "sentido común" que en un principio no podemos abarcar la dimensión de sus hechos, hasta que (si los dejan actuar) a través del tiempo vamos alcanzando a ponernos en onda. Pero esos personajes son seres humanos como usted y como yo, y su tiempo terrenal tiene un principio y un final. Es lógico que pensemos que nadie los podrá reemplazar, y es así. SON irreemplazables, pero la perdurabilidad de sus hechos a través del tiempo no depende de ellos, sino de la comprensión de los pueblos de sus ideas y sus métodos.

 

 

*Antonio Diez, El Mayolero, (1942-2020) Periodista, Escritor, Ensayista, columnista del programa Voces Cooperativas, autor del libro Formación y Transformación del Sujeto Agrario, ex candidato a Intendente de Tres Arroyos por el Partido Intransigente… El hombre de San Mayol es propietario de riquezas que no tienen precio, tesoro cuyo valor es imposible de cuantificar debido a que toda adjetivación resulta breve y escasa a la hora de cualificar.  Antonio Diez es dueño de un prestigio afectivo que se ha ganado a fuerza de su claridad conceptual, sus conocimientos sociopolíticos y económicos, sobre todo regionales, su generosidad para compartirlos y a su inquebrantable honestidad intelectual y convicción sentipensante a la hora de hacer una lectura histórica de nuestra Patria. No se anda con remilgos ni con meandros dialécticos, como heredero de Jauretche coloca los acentos en donde la coyuntura los necesita aun cuando los tiempos aconsejan guardar silencio, cosa que se choca de frente con su naturaleza, acaso por eso es considerado como un imprescindible.