Revista Nos Disparan desde el Campanario Año Nro. 60 El optimismo es el opio del siglo XXI nos advertía hace tres años Eddy W. Hopper
Afirmaba por entonces Eddy...
De verdad no me parece NI UN POCO que
de la pandemia vayamos a salir mejores. Me refiero a las relaciones humanas. No
van a tender más al bien que antes, ni va a disminuir la frecuencia del mal. No
va a haber más conmiseración ni piedad; no se van a estructurar carriles de
contemplación del Otro en su entera dimensión humana; nadie va a evitar las
emergencias de su propia miseria, que son las que motorizan el egoísmo esencial
que en ejemplos generales (y abarrotantes) nos constituyen.
El mayor engaño de 1918 fue echar a
circular a los 200 vientos la idea de que aquélla había sido "la última
gran guerra". Los pueblos "civilizados" se juramentaron mantener
la dinámica del poder en los términos en que había quedado "a partir de
ahora". Con Alemania encarcelada como prevención general, no habría nada
que temer.
Y no: nazismo, fascismo, falangismo,
stalinismo, entre muchos otros. Orden sistematizado de desaparición, tortura y
muerte, sólo desarticulado a partir de... ¡armas nucleares!
Entonces, sí: entre los escombros y
la tierra levantada por los gases de la descomposición, ¡nunca más violaciones
a la dignidad inmanente los seres humanos! Es más: ¡creemos una nueva categoría
de derechos: los DERECHOS HUMANOS, internacionalmente protegidos! La Sociedad
de las Naciones trocó en la Organización Naciones Unidas con la misma
inutilidad, mientras en los pantanos caribeños la Escuela de las Américas
preparaba su plan de exterminio y los antiguos campos de concentración alojaban
ahora presos políticos.
Hay mucho más. Ni hablemos de África:
me faltan TANTOS datos que no puedo dar ejemplos, pero baste ver lo que vemos
en el cine y la televisión.
Siempre repito esto que me parece
genial: Cervantes le hizo decir al Quijote que la historia es la MADRE de la
verdad. Y la verdad es que somos esto. No va a haber NADA mejor a la salida de
la pandemia, no le guste a quien no le guste.
¿Lo quieren GROTESCO? Acabo de
escuchar que en Mar del Plata la docena de empanadas tiene el costo de la
indignación. Hay miles del mediopelo Pyme que no le pagaron a sus trabajadores
"la otra mitad" del sueldo que sí le pago el Estado. No te cuento los
desalojos "de hecho", a las patadas, fogoneados por la clase media
pequeña propietaria. La carne, a tantos mangos de indignación. En el chiquitaje
se ve la porquería. Ahí quedamos todos pintados como por Michelángelo
dell'Orto. El optimismo es el opio del siglo XXI. Vengan de a uno.
*Eddy W. Hopper, Abogado
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