Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 59 Los antivalores Macrimileístas… por Eddy W. Hopper


 

Fíjense el artículo 1° de la Constitución Nacional: 

"La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal..."

Pues bien: ¿quién mejor que Macri-Milei para REPRESENTAR fielmente a nuestras mayorías degradadas, que siendo libres para elegir, han elegido eso que vemos?

Un perverso que digita a un patologizado por propia voluntad. ¿No es esta la dinámica construida deliberadamente por esas mayorías?

TODAS las ideas que fomentan los "macrimileístas" proponen una nueva moral, que pone en valor lo que "antes" era decadencia. Es decir: reivindican la vigencia de los antivalores con que fueron educados desde el seno familiar ANCESTRAL; 7 de cada 10 de los que vemos en nuestro país, justificándose y yendo por cualquier parte.

¿A qué me refiero con "antivalores"? Ejes rectores de conducta que tienden a apartarse del Bien; y aun antes: de la discusión del Bien.

Algunos ejemplos de antivalores comulgados por nuestras mayorías son: insolidaridad, exterminio del Otro, egoísmo, ignorancia voluntaria, materialismo, estándares justificativos de la violencia, relatividad de la palabra empeñada, deshonestidad intelectual, racismo, discriminación, xenofobia, homofobia, imposición por la fuerza, razón del más fuerte, adopción de determinismos deshumanizantes, avaricia, aporofobia, hipocresía, justificación de la pena de muerte, reivindicación de los genocidios, cobardía, exaltación de la mentira, ejercicio en el uso de la mentira, ocultación egoísta, exitismo, transgresión de la norma, envidia, culto por la imagen, justificación de la traición, desmesura y muchos otros que me llevaría horas transcribir.

Esos antivalores comulgan nuestras mayorías. Es odioso decirlo y es molesto aceptarlo. Pero eso es lo que me ha enseñado la vida; y particularmente lo que me ha enseñado más de medio siglo de vivir en este hermoso país.

Amo la utopía de la Comunidad Organizada, que requiere OTRO material humano para concretarse. Y ojalá, la Patria Grande.

Pero no. Macri y Milei, si es que el sistema representativo es el gobierno de las mayorías, nos representan. El hecho de que yo no me sienta sintetizado por esa caterva no significa que deba tapar la realidad con el paño negro de la mentira consensuada.

Igual, la lucha bien direccionada es válida. La valida, precisamente, el desquicio de todo orden de nuestras mayorías contaminadas.

Y qué hacemos, entonces, ¿nos rendimos? No. La militancia de base está dando una batalla de la que muchos deben aprender. Quizás esa militancia honrosa y esforzada, mientras otros especulan y aprovechan desde cómodos sillones (me incluyo, porque me gana la angustia), esté dando el primer paso para una necesaria reeducación.

Habrá que ver el modo de militar desde lo individual, dado el panorama.

 



*Eddy W. Hopper. Abogado

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