Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 58 ARQUITECTURA Villa Ortiz Basualdo (Arquitectos Luis Dubois y Pablo Pater – 1909)… por Guillermo F. Sala

 

Esta residencia veraniega emplazada en Av. Colón 1189 en un lugar elevado de la ciudad, donde actualmente se inicia la barranca o loma Stella Maris, constituye uno de los últimos testimonios de la arquitectura pintoresquista de principios del siglo XX en Mar del Plata. Lleva el nombre de la familia propietaria, los Ortiz Basualdo, originaria de la Capital Federal, que la habitara cada verano entre 1910 y 1970. Se encuentra en una zona de alto valor patrimonial, junto a la Villa Blaquier y cerca de la Villa Normandy, la Torre Tanque, la Iglesia Stella Maris y el Torreón del Monje.

Su recorrido en la actualidad sobre todo en la exposición permanente que se realiza del primer piso, evoca los usos y costumbres de los primeros veraneantes, 

El edificio fue proyectado en 1909 por los arquitectos Luis Dubois y Pablo Pater y construido por Leandro Bianchini, siguiendo las corrientes estilísticas inspiradas en los castillos de Loire (Francia).

En 1919 se encaró una ampliación y remodelación a cargo del arquitecto G. Camus y del constructor Alula Baldassarini, aumentando considerablemente la cantidad de ambientes y variando el estilo “manoir francés” hacia el “anglonormando”.

La irregularidad volumétrica lograda, los diseños geométricos de “pan de bois” para la fachada y los techos de tejas de zinc con cresterías y pináculos, le otorgaron un mayor efecto pintoresco y la jerarquización entre las distintas casonas del lugar.

La relevancia de los diversos profesionales que actuaron en esta Villa, así como el hecho de configurar una muestra del marco arquitectónico de la vida y las costumbres en los orígenes del balneario marplatense, le otorgan un alto grado de interés cultural.

La Municipalidad se ha hecho cargo de su tenencia y salvaguarda en el año 1980 y forma parte del listado de bienes de interés patrimonial protegido por la Ordenanza 10075/95.

 



Diseño y equipamiento interior

 

En el primer piso se exhibe una selección del mobiliario y equipamiento original de la residencia en distintos ambientes: el oratorio, las salas de música y de lectura, el comedor principal, el comedor de niños, el office para mozos, tres dormitorios, un hall central con balcón para músicos, un toilette y ascensor.

El mobiliario (de roble) y equipamiento (carpintería, vitrales, luminarias, telas pintadas, cerámicas) fue diseñado por encargo de los Ortiz Basualdo, al arquitecto Gustave Serrurier y realizado en los talleres de su empresa, Serrurier-Bovy, en Lieja (Bélgica). El estilo corresponde al “art-nouveau”, secesión vienesa, del cual este diseñador fue un exquisito exponente.

Otros estilos representados son: el neogótico (hall de planta baja, escalera de acceso al primer piso y oratorio) y el francés (sala de música), que corresponden a la remodelación de 1919. Originariamente, en la planta baja estaban distribuidas las dependencias de servicio (cocina, comedor de empleados y cuartos de labores domésticas), en el primer piso los ambientes de estar y reunión, en el segundo y tercero se ubicaban los dormitorios y baños, y en el cuarto nivel (ático) habitaciones para el personal y depósitos.

La escalera principal conecta los pisos que utilizaba la familia y sus invitados. La escalera auxiliar, que llega hasta el ático y los entrepisos era usada por el personal. En el sector posterior del edificio e integrado a éste en el primer piso, se observa la vivienda que alojara a los caseros (dos plantas) con salida independiente.

El parque llegaba hasta la esquina de Viamonte y contaba con un sector de canchas de tenis.

La Villa Ortiz Basualdo es otro de los edificios emblemáticos de la ciudad y ha sido declarada por Ley 13494, Monumento Histórico Arquitectónico Provincial y Bien de Interés Patrimonial Municipal por varias Ordenanzas. Se encuentra en una zona de alto valor patrimonial, en la Loma de Stella Maris, junto a la Villa Blaquier y cerca de la Villa Normandy, la Torre Tanque, la Iglesia Stella Maris y el Torreón del Monje.

 

LA CASA

 



 

La villa fue implantada en forma exenta y con su eje de simetría principal a 45º respecto de las líneas de veredas. Originalmente el predio abarcaba hasta la calle Viamonte y contaba con un sector de canchas de tenis. Hoy el terreno abarca un cuarto de manzana y en la remodelación de sumaron áreas de servicio que rompieron este eje de simetría y se acomodaron a los ejes ortogonales de las medianeras. La parte ampliada también contenía la casa de los caseros (en dos niveles) con salida independiente.

En cuanto a la distribución interna, originalmente la planta baja estaba dedicada a las áreas de servicio: cocina, comedor de empleados, cuartos de labores domésticas, etc. El primer nivel correspondía a los ambientes de estar y reunión, en el 2º y 3º piso se ubicaban las habitaciones y baños y en el último nivel las habitaciones de servicio y depósitos. La escalera principal conecta los niveles de uso de la familia e invitados. La escalera de servicio conecta a todos los niveles y entrepisos y era usada por el personal doméstico.

Exteriormente su acceso está formado por un porche semicubierto, con arcos rebajados y grandes contrafuertes de piedra, techado independientemente. Las fachadas se componen mediante la combinación de diferentes materiales, así en planta[+] baja los muros son de piedra, con cadenas revocadas. En el primer piso se presentan franjas horizontales de ladrillo visto y revoque pintadas en dos colores. Y en los niveles superiores se presentan falsos entramados pintados de distintos diseños, con predominio de líneas verticales.

Las cubiertas son de tejas galvanizadas pintadas (originalmente de zinc) colocadas en diagonal. Los voladizos de los techos se sostienen con infinidad de ménsulas de madera. El esquema de las cubiertas[+] es muy complejo y se destacan algunos volúmenes con techos a cuatro aguas, de pendientes muy pronunciadas y rematadas en pináculos.

En cuanto a los interiores, responden esencialmente al modernismo y especialmente al denominado "Art Nouveau". En las remodelaciones se incluyeron algunos lugares con características neogóticas como el oratorio, el hall de planta[+] baja y la escalera de acceso al primer piso, o con características típicamente francesas como la sala de música.

Vale destacar, como dato curioso, que la Villa Ortiz Basualdo es la primera residencias privada con ascensor en la ciudad de Mar del Plata.


LOS DUEÑOS


La familia Ortiz Basualdo dueña de la propiedad, emparentada en una de sus ramas con los Anchorena, era poseedora de grandes extensiones de campo y pertenecía a la clase aristocrática de la ciudad de Buenos Aires. Es imposible abarcar todas sus posesiones, pero a modo de ejemplo se citarán dos edificios ejemplares:

1- Palacio Ortíz Basualdo (construido en 1912) de los mismos arquitectos que la villa marplatense original, hoy es sede de la Embajada de Francia en la Capital Federal. 

2- El Palacio Ortíz Basualdo Anchorena, que estaba ubicado frente a la Plaza San Martín de Buenos Aires (hoy demolido) cuyo arquitecto fue Jules Dormal, el mismo que en Mar del Plata diseñara la Estación Sur del Ferrocarril Sud, que luego fuera la Estación de Ómnibus y que actualmente es el denominado Paseo Aldrey, reconvertido en centro comercial.

La villa de Mar del Plata fue encargada por el matrimonio compuesto por Ana Elía de Ortíz Basualdo y Manuel Ortíz Basualdo Dorrego. Para amoblar la casa viajaron a Europa a entrevistarse con un diseñador de renombre (Serrurier Bovy) y pedir la totalidad de los muebles y elementos de decoración. En ese momento también los planos de proyección y los materiales de construcción venían vía marítima a Buenos Aires y vía tren a Mar del Plata.

Todo el esplendor que podemos imaginar al visitar la casa debía mantenerse y esta acción no fue fácil, debido a litigios familiares y juicios sucesorios. Los descendientes no se ponían de acuerdo en cuanto al destino final para la casa. Incluso llegó a pensarse en su venta y posterior demolición, debido a que en ese momento la presión inmobiliaria era muy fuerte y las ofertas muy jugosas.

En esta pulseada aparecerá una de las dueñas Teodolina de Alvear y Ortíz Basualdo, quién fue su última moradora y autoproclamada defensora del patrimonio arquitectónico, que decidió donar la propiedad al gobierno municipal. Esta señora impuso algunas reglas para que la donación fuese efectiva: la propiedad pasaría a la Municipalidad luego de su fallecimiento y además la casa debía ser usada con fines culturales. En esto estuvo asesorada por la familia Mitre, quien donó de esta manera otra de las mansiones, hoy de la Municipalidad, Villa Mitre, Archivo Histórico Municipal.

 


*Guillermo F. Sala. Arquitecto


 

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