Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 56… POLÍTICA El Peronismo. El hecho amoroso y sensible de un país hostil… por Carlos Baffoni

 


 


I

 

El peronismo nace de una relación de amor entre un coronel de élite, docente de la Escuela superior de guerra, funcionario en la dictadura de 1943, perteneciente a la clase media agraria el cual despuntaba para presidente, y Eva Duarte - hija ilegítima de Juan Duarte y Juana Ibarguren – la cual en ese momento era una actriz - es decir “puta” para la gazmoñería oligárquica. Sus compañeros del Gou (grupo de oficiales unidos), Farrel, Ramírez, Ávalos, que ostentaron puestos importantes en el golpe del 43 le recomendaron que no tomara en serio el romance, que le pusiera un departamento a la "putita" y la tomara como amante. Perón no sólo no les hizo caso, sino que se casó con Eva. Este acto inaugura el nacimiento del peronismo, un acto de amor, transgresivo como todo acto de amor verdadero. El acto de amor, cuando es verdadero va "más allá" del principio del placer, o sea de las mentiras y convenciones de la realidad. De ahí que ser peronista es ir contra la realidad - mentirosa, falsa apariencia -, asumir que hay otro lugar, otra manera de estar en el mundo, antitética a la impuesta por el poder. En una palabra, es vivir a contrapelo. En los márgenes de la "sociedad". De ésa manera podemos - no hay otra - hermanarnos con los oprimidos, "descamisados", los marginados, los olvidados del sistema social impuesto. Es vivir en los márgenes. En la desadaptación, la desobediencia. Se paga un precio. Pero, en ésa soledad - "atopia", no lugar - no se está solo. Créame. Hay miles, millones de almas que nos acompañan.-

 

II

 

Las Lecciones de Kwai Chang Caine… 

 

Sobre lo antes mencionado recomiendo revisitar la serie Kung Fu. De plena actualidad. Por esos tiempos estaban inspirados los guionistas y el director. Plantea algo que es la esencia misma del psicoanálisis. La serie pone al personaje, representado por el gran David Carradine en situaciones límites de riesgo de vida, y otros desafíos en un clima social sumamente violento, relato que establece una crítica muy dura a la sociedad yanqui, sucesos de las cuáles sale bien librado, recordando todo el tiempo las enseñanzas del pasado por parte de su Maestro del templo. Viaja constantemente de escenas del pasado a las de su duro presente. Incluso, ese recurso le sirve para MODIFICAR EL PRESENTE Y DEJAR HUELLAS INDELEBLES en los sitios que recorre como vagabundo. Es el pasado el que modifica el presente. Pero no se trata sólo de memoria, de recordar, de evocar un pasado que se vive como pasado, se trata de que el pasado guíe buenamente nuestros actos del presente. Es común escuchar: "Tenés que mirar para adelante, olvídate, ya pasó, soltá". Para qué, no sirve de nada. Esto es muy conveniente para las personas crueles que empujan para dejar atrás las perversiones cometidas. No se trata sólo de recordar las maldades, los genocidios de las dictaduras sádicas cada 24 de marzo, sino de actualizar todos los días esos sucesos, luchas, triunfos y derrotas, recordar a los caídos y desaparecidos, para cambiar, subvertir el orden establecido que la democracia no ha conseguido hasta ahora poner patas arriba.

Diálogo entre el maestro taoísta y sus dos discípulos adolescentes en la serie Kung Fu de 1972. Hay que tener en cuenta que éste diálogo se da en el marco del taoísmo y budismo zen:

 

Kwai Chang Caine - caminante exiliado por matar al hijo del emperador de China vagando por el oeste norteamericano durante la segunda mitad del siglo XIX, junto a un amigo del templo, regresando a éste luego de haber ido de compras a por alimentos. En el recorrido fueron asaltados por cuatro delincuentes en el camino no principal.

Diálogo entre el Maestro Shaolín y las jóvenes víctimas, Kwai y su amigo Fon:

-          Nos robaron la comida, la ropa, y el dinero, todo lo que teníamos de valor (la serie presenta una realidad de pobreza casi indigente en ése poblado)  -relata Kwai –

-          Excepto lo irremplazable: Sus vidas. – responde el Maestro -  ¿Y por qué dejaron el camino principal? – preguntó –

-          Porque fuimos tontos, confiamos en un extraño, un anciano de cara bondadosa y modales refinados - aseguró el joven Fon –

-          Traigan ropa para cubrirse  - ordenó el Maestro, para luego preguntarle a Fon - ¿Tú qué aprendiste de esto?

-          Que no hay que confiar en los extraños – sentenció el joven discípulo –

-          ¿Y tú que aprendiste? – le preguntó el Maestro a Kwai Chang Caine –

-          A esperar lo inesperado – respondió el joven –

-          Tu Fon, mañana por la mañana, cuando estés descansado deberás abandonar el templo – sentenció el Maestro –

-          ¿Podré volver? – consultó Fon –

-          No a este – dispuso el Maestro –

-         

-          ¿Estás apenado por lo de tu amigo? – le consultó el Maestro a Kwai Chang Caine –

-          Sí, porque creo que fui igualmente responsable de confiar en ése hombre. ¿Por qué él,  y no yo? – analizó Caine -

-          Aquí no castigamos por confiar –. Cuando un carpintero construye una casa, si un clavo al golpear con el martillo resulta defectuoso o se dobla y piensa que todos los clavos son defectuosos incluso los que usan otros carpinteros, deja de construir su casa – ejemplificó el Maestro –

-          Entonces necesitamos confiar. Aunque nos hablen de la existencia del mal – concluyó Caine –

-          Hay que tratar al mal con severidad. Al mismo tiempo se afirma lo bueno del hombre cuando confiamos, de esta manera nos preparamos contra el mal, aumentando el bien.- - definió el Maestro –

-          ¿Y es el bien la gran recompensa por confiar? – cuestionó Caine –

-          Al luchar por ideales no buscamos recompensa, aunque confiar nos trae a veces aún mayores recompensas que el bien – aseguró el Maestro –

-          ¿Y qué es más grande que el bien?

-          El amor  - pronunció el Maestro -

 


III

 

Parece que la sensibilidad es una patología

 

Conversando con mi hija mayor, psicoanalista, con muchos años ya de experiencia hospitalaria con niños y adolescentes, compartió conmigo su sorpresa e indignación ante una derivación "urgente" por parte de una pediatra. Se trataba de un adolescente recién operado de apendicitis. El motivo de la consulta fue que veía al joven "sensible". La médica “psicopatologizaba” la sensibilidad del sujeto. En eso estamos. Ser sensible ya es en la cultura un problema, un obstáculo, una patología. "Lo que pasa es que vos sos muy sensible"... Una urgencia hospitalaria.-

Se me viene como ocurrencia aquellas Historias del ángel gris, que escribió Dolina a fines de los  setenta, principios de los ochenta, creo, luego se hizo libro y hoy es un clásico de la literatura nacional. A sus protagonistas - un poeta, un timbero, entre otros "marginales"- los denominó "Los hombres sensibles de Flores". Hasta el Ángel gris del barrio de Flores era un marginal, una especie de atorrante que repartía milagros dudosos. La sensibilidad ya era cosa de marginales durante el auge de la peste neoliberal.

¿Bueno, y qué? ¿No es preferible ser un marginal antes que un robot, un muerto-vivo como Chaplin en la fábrica? Por lo menos el personaje tiene un síntoma, se enloquece, ante la consternación de sus compañeros que ven peligrar la estabilidad de su trabajo.

Porque de eso se trata: “pórtate bien, haz lo que dice el hijo de perra del patrón, no le des de qué quejarse ", calladito, está en juego tu trabajo”…

Claro...el síntoma - que viene del Inconsciente - no del trompa, irrumpe en la realidad fantasmática. Que es el capitalismo y sus promesas incumplidas, por lo menos en éstos pagos (y en yanquilandia también, de donde el genial mimo tuvo que rajarse). ¿Y si lo mandamos a Chaplin al psicoanalista? Y a todos los chaplines que hay en el mundo.

 


*Carlos Baffoni. Psicoanalista

 

 

 


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