Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 56 Lingüística… El propósito de la educación… por Noam Chomsky
Fuente: Bloghemia
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"Si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo
que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso,
explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no
significan nada."
Análisis del Lingüista, Filósofo y
Politólogo Noam Chomsky sobre cuál debe ser el verdadero objetivo de la
educación. Transcripción realizada por Luis Rivas para la página web Rebelión
a partir de una entrevista realizada a Noam Chomsky.
Podemos preguntarnos cuál es el
propósito de un Sistema Educativo y, por supuesto, hay marcadas diferencias en
este tema. Hay la tradicional: una interpretación que proviene de la
Ilustración, que sostiene que el objetivo más alto en la vida es investigar y
crear, buscar la riqueza del pasado, tratar de interiorizar aquello que es
significativo para uno, continuar la búsqueda para comprender más, a nuestra
manera. Desde ese punto de vista, el propósito de la educación es mostrar a la
gente cómo aprender por sí mismos. Es uno mismo el aprendiz que va a realizar
logros durante la educación y, por lo tanto, depende de uno cuánto logremos
dominar, adónde lleguemos, cómo usemos ese conocimiento, cómo logremos producir
algo nuevo y excitante para nosotros mismos, y tal vez para otros. Ese un
concepto de educación.
El otro concepto es, esencialmente,
Adoctrinamiento; algunas personas tienen la idea de que, desde la infancia, los
jóvenes tienen que ser colocados dentro de un marco de referencia en el que
acatarán órdenes, aceptarán estructuras existentes sin cuestionar, etc. Y esto
resulta, con frecuencia, bastante explícito. Por ejemplo: después del activismo
de los años 60, había mucha preocupación en gran parte de la gente educada,
porque los jóvenes se estaban volviendo demasiado libres e independientes, que
el país se estaba llenando con demasiada democracia. Y de hecho hay un estudio
importante que es llamado «La crisis de la democracia», que afirma que hay
ciertas instituciones de los jóvenes -la frase es de ellos- que no están
haciendo su trabajo adecuadamente; se refieren a escuelas, universidades,
iglesias, que tienen que ser modificadas para que lleven a cabo, con más
eficiencia, esa idea, que, de hecho, proviene de liberales internacionalistas,
de gente altamente educada. En efecto, desde esos tiempos se han tomado muchas
medidas para tratar de orientar el sistema educativo hacia uno provisto de
mayor control, más adoctrinamiento, más formación vocacional, con estudios tan
costosos que endeudan a los estudiantes y los atrapan en una vida de
conformismo. Eso es exactamente lo contrario de lo que yo describo como una
tradición proveniente de la Ilustración. Y hay una lucha constante entre estos
dos enfoques, en las universidades y escuelas. En las escuelas ciertamente se
les entrena o para pasar exámenes o bien para la investigación creativa,
entendiendo esta última como dedicarse a intereses que son estimulados por los
cursos en los que se profundiza por cuenta propia o en cooperación con otros.
Esta lucha se extiende también al posgrado o a la investigación. Son dos
maneras ver el mundo. Cuando uno ve las instituciones de investigación, como
esta en la que estamos, observa que a nivel de posgrado se sigue esencialmente
la idea de la Ilustración. De hecho la Ciencia no podría progresar a menos que
esté basada en la inculcación del impulso por el desafío, por el
cuestionamiento de doctrinas o de la autoridad, a través de la búsqueda de
alternativas o del uso de la imaginación, con el trabajo cooperativo que aquí,
en esta institución, es constante. Y para verlo, solo se necesita caminar por
los pasillos. Esto es lo que, desde mi punto de vista, debe ser un sistema
educativo desde la educación preescolar. Pero hay estructuras poderosas en la
sociedad que prefieren ver a la gente adoctrinada y formateada sin que hagan
muchas preguntas, siendo obedientes, realizar la función que se les ha asignado
y no tratar de sacudir los sistemas de poder y autoridad. Son opciones que
tenemos que elegir sin importar nuestra posición en el Sistema Educativo, como
profesores, estudiantes, o gente externa que trata de ayudar a darle forma, en
la manera que ellos creen que debe hacerse.
El impacto de la tecnología
Ha habido ciertamente un crecimiento
muy sustancial en nuevas tecnologías: de comunicación, información (acceso e
intercambio) o en la naturaleza de la cultura de la Sociedad. Pero debemos
tener en cuenta que los cambios tecnológicos que están ocurriendo, a pesar de ser
significativos, no tienen, ni de lejos, el mismo impacto que los avances
tecnológicos de hace alrededor de un siglo. El cambio, si hablamos sólo de
comunicación, de una máquina de escribir a una computadora o del teléfono al
correo electrónico es significativo, pero no se puede comparar con el cambio de
barcos de vela al telégrafo: la reducción en el tiempo de comunicación, por
ejemplo entre Inglaterra y los Estados Unidos, fue extraordinaria comparada con
los cambios que están ocurriendo ahora. Lo mismo ocurre con otros tipos de
tecnología: algo tan sencillo como el agua corriente y el alcantarillado en las
ciudades tuvo enormes consecuencias para la salud; mucho más que el
descubrimiento de los antibióticos. Los cambios actuales son reales y
significativos, pero debemos reconocer otros que ocurrieron y cuyos efectos
fueron mucho más drásticos. En cuanto a la tecnología en la educación, debe
decirse que la tecnología es algo neutro. Es como un martillo: al martillo no
le importa si lo usas para construir una casa o si un torturador lo usa para
aplastarle el cráneo a alguien. El martillo puede hacer ambas cosas. Es lo
mismo con la tecnología moderna. Por ejemplo: internet es extremadamente
valiosa si se sabe lo que se está buscando; yo la uso todo el tiempo en mi
investigación. Si se sabe lo que se está buscando, si se tiene una especie de
marco de referencia, que nos dirige a temas particulares y nos permite dejar al
margen muchos otros, entonces puede ser una herramienta muy valiosa. Por
supuesto, uno debe estar siempre dispuesto a preguntarse si el marco de
referencia es el correcto: tal vez algo que encontremos cuestionará la forma en
que vemos las cosas. No se puede perseguir ningún tipo de investigación sin un
marco de referencia relativamente claro que dirija la búsqueda y que ayude a
seleccionar lo que es significativo y lo que no lo es, lo que hay de que dejar
de lado, a lo que hay que darle seguimiento, lo que merece ser cuestionado o
desarrollado. No se puede esperar que alguien llegue a ser, por así decirlo,
biólogo, nada más con darle acceso a la biblioteca de biología de la
Universidad de Harvard y diciéndole: "léela". Eso no le sirve de
nada, y el acceso a internet es lo mismo: si no se sabe lo que se está
buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse
esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar
hechos no verificables que no significan nada. Entonces, detrás de cualquier
uso significativo de la tecnología contemporánea, como internet, sistemas de
comunicación, gráficos o lo que sea, a menos que detrás de ese uso haya un
aparato conceptual bien dirigido, bien construido, es poco probable que este
resulte útil, y hasta podría ser dañino. Si se toma un hecho incierto aquí y
otro allá y alguien los refuerza, terminamos con un panorama que tiene algunas
bases objetivas, pero nada que ver con la realidad. Hay que saber cómo evaluar
e interpretar para entender. Volviendo a la biología, la persona que gana el
premio Nobel no es la que lee más artículos y toma más notas; es la persona que
sabe qué buscar. Cultivar esa capacidad para buscar lo que es significativo y
estar siempre dispuesto a cuestionar si estamos en el camino correcto, de eso
es de lo que debe tratar la educación, ya sea usando computadores e internet o
lápiz, papel y libros.
Costo o Inversión
La Educación es discutida en términos
de si es una inversión que vale la pena, de si genera un gran capital humano
que puede ser usado en el crecimiento económico, y esa es una manera muy extraña,
muy distorsionada, de cuestionarse el tema, opino. ¿Queremos tener una sociedad
de individuos libres, creativos e independientes capaces de apreciar y aprender
de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos? ¿Queremos eso o
queremos gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo. Una educación
como aquella de la que hablaban Bertrand Russell, John Dewey y otros, tiene un
valor por sí misma. Independientemente del impacto que tenga en la sociedad
tiene un valor, porque ayuda a crear seres humanos mejores. Después de todo a
eso es a lo que debe servir un sistema educativo. No obstante, si se quiere ver
en términos de costo y beneficio, tomemos por ejemplo la nueva tecnología de la
que hablábamos: ¿de dónde viene? Bueno, pues mucha de ella fue desarrollada
exactamente donde estamos sentados. En el piso de abajo había un gran
laboratorio en los años 50, donde fui empleado de hecho, y donde había muchos
científicos, ingenieros, gente con todo tipo de intereses, filósofos y otros,
que desarrollaron el carácter básico y aún las herramientas básicas de la
tecnología que es común hoy día. Las computadoras e internet estuvieron
exclusivamente en el sector público durante décadas, financiadas en lugares
como este, donde la gente exploraba nuevas posibilidades; muchas de ellas eran
impensables y desconocidas en ese momento, algunas funcionaron, otras no, pero
las que funcionaron fueron convertidas en herramientas que la gente puede usar.
Esa es la manera como el progreso científico tiene lugar. Es la manera en la
que el progreso cultural tiene lugar, generalmente. Los artistas clásicos, por
ejemplo, son el producto de las habilidades tradicionales que se desarrollaron
a lo largo del tiempo con maestros artistas, y a veces con su ayuda se crearon
cosas maravillosas. Todo eso no sale de la nada. Si no existe un sistema
cultural y educativo activo, enfocado en la estimulación de la exploración
creativa, con independencia de pensamiento, con disposición a cruzar fronteras
para desafiar las creencias aceptadas... si no se tiene eso, no obtendremos la
tecnología que lleva a obtener beneficios económicos. Beneficios, sin embargo,
que no creo que sean el objetivo principal del enriquecimiento cultural y la
educación.
Evaluación vs. Autonomía
Ha habido, en los últimos tiempos
particularmente, una estructuración cada vez mayor de la educación, que
comienza a temprana edad y continúa luego, y que funciona a través de exámenes.
Pasar exámenes puede ser de alguna utilidad tanto para la persona que está
pasando el examen -para comprobar cuánto sabe, lo que ha logrado, etc- como
para que los instructores se den cuenta qué es lo que hay que cambiar, mejorar,
en el desarrollo del curso. Pero más allá de eso no dicen mucho. Lo sé por mi
experiencia de años, he estado en comités de admisión a programas de posgrado
avanzado, tal vez uno de los programas más avanzados del mundo, y sí, desde
luego, ponemos atención a los resultados de exámenes, pero realmente no mucha.
Una persona puede tener resultados magníficos en todos los exámenes y entender
muy poco. Todos los que hemos pasado por escuelas, colegios, universidades,
sabemos eso. Se puede estar inscrito en un curso que no nos interesa para el
que existe el requerimiento de pasar un examen, y se estudia para el examen, se
logra pasarlo con la mejor nota y, dos semanas más tarde, no nos acordamos de
mucho. Estoy seguro que todos hemos tenido esa experiencia. Los exámenes pueden
ser una herramienta útil si contribuyen a los fines constructivos de la
educación, pero si sólo se tratan de una serie de obstáculos que hay que
superar pueden no tanto carecer de sentido como distraernos de lo que queremos
hacer. De hecho veo esto frecuentemente cuando hablo con profesores: hace un
par de semanas estaba yo hablando con un grupo que incluía profesores de
escuela y había una profesora de 6º grado, es decir, con alumnos de 10 a 12
años, que vino a hablar conmigo luego y me dijo que en su clase una niña le
contó que estaba realmente interesada en un tema: le pedía consejo para
aprender más al respecto, pero la maestra se vio obligada a decirle que no
podía hacer eso, porque la niña debía estudiar para un examen a nivel nacional
que se acercaba y que eso iba a determinar su futuro; la profesora no lo dijo,
pero también iba a determinar el de ella, es decir, eso influiría para que la
contrataran de nuevo. Ese sistema no es sino una preparación de los niños para
pasar obstáculos, no para aprender, entender y explorar. Esa niña hubiera
ganado mucho más si se le hubiera permitido explorar lo que le interesaba y tal
vez no sacar una muy buena calificación en un examen de algo que no le
interesaba. Buenas calificaciones vienen por sí solas si el tema coincide con
los intereses y preocupaciones del alumno. No digo que los exámenes deban
eliminarse, pueden ser una herramienta educativa útil. Pero complementaria,
algo que ayude a los estudiantes a mejorar por sí mismos, o para los
instructores u otros que necesitemos saber acerca de lo que hacemos e
indicarnos lo que debemos modificar. Pasar exámenes no se puede ni comparar con
buscar, investigar, dedicarse a temas que nos atraen y nos estimulan; esto
último es mucho más práctico que pasar exámenes. Y, de hecho, si se nos da la
oportunidad de este tipo de carrera educativa, el estudiante recordará lo que
descubrió. Un físico mundialmente famoso, aquí en el MIT daba, como muchos
catedráticos, cursos a estudiantes nuevos. Un estudiante le preguntó qué temas
se iban a cubrir durante el semestre y su respuesta fue: "No importa lo
que se cubre, sino lo que se descubre". Y es correcto: la Enseñanza debe
inspirar a los estudiantes a descubrir por sí mismos, a cuestionar cuando no
estén de acuerdo, a buscar alternativas si creen que existen otras mejores, a
revisar los grandes logros del pasado y aprenderlos porque les interesen. Si la
Enseñanza se hiciera así los estudiantes sacarían provecho de ello, y no sólo
recordarían lo que estudiaron sino que lo utilizarían como una base para
continuar aprendiendo por sí solos. Una vez más: la educación debe estar
dirigida a ayudar a los estudiantes a que lleguen a un punto en que aprendan
por sí mismos, porque eso es lo que van a hacer durante la vida, no sólo
absorber información dada por alguien y repetirla.
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