Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 56 ECONOMÍA BRICS… Desafíos, mitos y realidades… por Alejandro Marcó del Pont
Fuente: El Tábano Economista
https://eltabanoeconomista.wordpress.com/
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La integración no es cuestión de agrandar los mercados,
sino de tener una voz potente en el mundo
(José Mujica)
Los BRICS han surgido como una
poderosa alianza de economías de mercados emergentes a lo largo del siglo
XXI. Compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, como alude su
acrónimo, incluye tanto asimetrías como diversidad en cuanto a sistemas económicos.
Las crecientes tensiones geopolíticas con Rusia y China por parte de Occidente
han proyectado tanto amenazas como progreso a este grupo países.
A la espera de la Cumbre BRICS 2023
en Sudáfrica, entre el 22 y el 24 de agosto, se presume ayudará a resolver
algunos puntos clave de desafíos internos, como las sanciones internacionales,
el cambio climático, las crisis macroeconómicas, el comercio mundial, problemas
de inversión y estructura financiera, así como el ingreso de nuevos socios.
Sorprendentemente ninguno de estos puntos en el listado parecería ser el más
atractivo para las miradas mundiales. La clave para muchos en esta 15ª cumbre
BRICS girará en torno a la discusión sobre el impacto que tendría en la
arquitectura de la financiación del desarrollo la propuesta de una nueva
moneda.
El impulso de la desdolarización se
ha ido acumulando, con Rusia, China y Brasil utilizando cada vez más monedas
distintas del dólar en transacciones transfronterizas a través de tratados
bilaterales con monedas locales que avanzaron de manera sistemática. La
invasión rusa de Ucrania y las posteriores sanciones occidentales han motivado
aún más estos esfuerzos. Las naciones BRICS también han explorado la
posibilidad de una criptomoneda y la alineación estratégica de las monedas
digitales del Banco Central para impulsar más la operatividad de sus divisas y
la integración económica.
Una nueva moneda requeriría mucho más
que una simple acumulación de deseos, como veremos, más bien necesita
reformular y ampliar los componentes de su arquitectura financiera, limar las
asimetrías existentes en el establecimiento de mecanismos para los tipos de
cambio, los sistemas de pago y la regulación del mercado financiero. Sin
embargo, en el enfoque del grupo puede estar inicialmente pensado en
desarrollar un sistema de pagos integrado eficiente para transacciones
transfronterizas antes de introducir una nueva moneda.
En 2023 estamos experimentando otro
punto de inflexión económico global, uno que desafía el paradigma de
globalización existente y que afronta fundamentalmente el liderazgo económico
global de las economías occidentales. Uno de los resultados de esta renovada
“guerra fría” es la creciente fragmentación de la economía global, entre los
aliados económicos y políticos de las naciones occidentales y las naciones más
cercanas al eje de poder Rusia-China y, por extensión, las naciones
BRICS.
Si se cumple que, en 2023, los
principales actores económicos mundiales, EE.UU., la Unión Europea y
China, mostrarán signos de menores crecimiento, lo que derivará en que cerca de
un tercio de la economía mundial enfrente una recesión, podría enfatizarse aún
más la necesidad de cooperación y alineamientos económicos, como la expansión
del grupo BRICS. Está claro que en dos décadas las economías BRICS se han
convertido en actores vitales en la economía global. Desde las
exportaciones de materias primas minerales y agrícolas hasta las de productos
manufacturados y software, los BRICS son un componente integral y vital en la
configuración de la economía global y la geopolítica global actuales, como
muestra el cuadro
En junio de 2022, durante la Reunión
de Líderes de BRICS, el presidente chino, Xi Jinping, destacó la importancia de
incorporar nuevos miembros. Durante esta reunión, Argentina e Irán formalizaron
sus solicitudes para unirse al grupo. Según Bloomberg, el grupo, que se reunió en Ciudad del Cabo,
Sudáfrica, los días 2 y 3 de junio, discutió la ampliación de la
plataforma: «Como será la expansión y las modalidades de llevar a cabo las
solicitudes que se habían hecho formal e informalmente”. En la tabla están
los que pidieron formalmente su ingreso: son 25 países, aunque, según Reuters,
40 han mostrado interés.
Arabia Saudita |
Argelia |
Argentina |
Afganistán |
Bangladesh |
Bahrein |
Bielorrusia |
Egipto |
E. Árabes |
Irán |
Indonesia |
Kazakstán |
México |
Nicaragua |
Nigeria |
Pakistán |
Senegal |
Siria |
Sudán |
Tailandia |
Túnez |
Turquía |
Uruguay |
Venezuela |
Zimbabwe |
El formato de aspirantes no está
exento de competencia, una muestra se podría ejemplificar de la dura batalla en
juego, no solo por la disputa entre Occidente y los BRICS por atraer aliados,
sino también por ciertas necesidades, por ejemplo, energéticas. La idea de
liquidar las energías fósiles, así como la pérdida de su influencia en el corto
plazo, tampoco están ausentes. BlackRock anunció que sumó en su directorio
al presidente ejecutivo de la petrolera saudita Aramco, Amin Nasser.
El fondo de inversión internacional más grande del mundo pone bajo la lupa la
apuesta de BlackRock por las “inversiones sostenibles” y en tela de juicio el
desinterés occidental sobre petróleo y gas.
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Adicionar nuevos miembros es
claramente una membresía de activos estratégicos para el grupo
BRICS. Países como Argentina, Venezuela, Irán, Argelia y los Emiratos
Árabes Unidos ofrecen grandes cantidades de recursos naturales, desde agua
dulce, tierras raras, petróleo, gas, tierras de cultivo y pesca, entre otros
recursos. Estos posibles miembros también lo son de otras asociaciones
políticas y económicas, como la OPEP, la Zona de Comercio Árabe, Mercosur, el
Consejo de Cooperación del Golfo, el Área de Libre Comercio Continental
Africana, la ASEAN, entre otras. Estas membresías mejorarán la presencia
económica y la penetración de los actuales países BRICS en una serie de nuevos
mercados y aumentarán su papel global. También está claro que países como Brasil,
Rusia y Sudáfrica no se han expandido al mismo ritmo que India y China, lo que
penaliza aún más al grupo BRICS. Una inyección de “sangre fresca” en el
grupo puede revigorizar a este bloque. China ve la expansión de BRICS como
su única estrategia para aumentar su influencia económica y política globales.
No existe un proceso de solicitud
formal, ni criterios específicos para convertirse en miembro de los
BRICS. Algunos países simplemente han sido agregados a la lista de
posibles futuros miembros después de una expresión informal de
interés. Pero en la declaración de la cumbre de los BRICS del año pasado,
los países que hoy lo conforman se
comprometieron a promover “discusiones entre los miembros de los BRICS
sobre su proceso de expansión” y destacaron “la necesidad de aclarar los
principios rectores, las normas, los criterios y los procedimientos”.
Por otro lado, se encuentra el
reemplazo del dólar estadounidense, la cenicienta de la reunión. Una de las
implicaciones de una mayor proximidad económica entre Rusia y China ha sido el
reemplazo del dólar estadounidense en sus transacciones
intracomerciales. China y Rusia están liquidando su comercio utilizando
sus propias monedas, el rublo y el yuan. ¿Se está gestando un acuerdo tipo
Bretton Woods 2.0?
¿Se necesita una moneda común? Una
moneda común no solo impulsará el comercio dentro de los BRICS, sino que
también eliminará los altos costos de conversión de dólares de las
transacciones internacionales. El primer paso ya fue dado, que los países
miembros liderados por India y China hayan realizado acuerdos comerciales
mutuos en monedas nacionales, aun sin la introducción y circulación de una
moneda digital, apunta a un comienzo de desdolarización. Rusia y China están a
la vanguardia de este movimiento por sus intereses políticos. Rusia está
tratando de evitar las sanciones estadounidenses mientras que China está
promoviendo el renminbi como alternativa.
Por otro lado, India, Sudáfrica y Brasil tienen
sus propias razones pragmáticas para apoyar la medida. El dominio del
dólar en las transacciones internacionales facilitará que estas naciones se
enfrenten a la crisis del dólar, paguen sus deudas con organizaciones internacionales,
o carezcan de financiación, entre otras razones. Un estudio de
2019, realizado por Global Business Review, concluyó que una
interacción política más fuerte en la región, especialmente en la gestión
monetaria, revela la posibilidad de una unión monetaria fuerte entre los
miembros de BRICS, tema de nuestro próximo artículo.
Sin embargo, una cosa son acuerdos
comerciales en monedas locales dentro de los países que pertenecen a la alianza
y otra una moneda global. Según el Banco de Pagos Internacionales, el dólar
estadounidense es la moneda más negociada en las transacciones mundiales de
divisas. Una de las razones es que EE.UU. es la economía más
grande del mundo, con un PIB de alrededor del 24% mundial. Cuanto mayor
sea el ingreso nacional de un país, mayor será la demanda de sus activos, lo
que conduce a una mayor necesidad por mantener la moneda de ese país. El
bloque BRICS, por su parte, tiene un PIB del 31.59%
mundial. Colectivamente, los BRICS proyectan un peso económico mucho mayor
que el de EE.UU. y que la Unión Europea, lo que pone en duda los fundamentos
del Banco Internacional de Pagos.
El segundo punto, quizás el más
importante, es el alcance financiero. Estados Unidos tiene un sistema
financiero grande y sofisticado que comprende una red de bancos, firmas de
inversión, sistemas de pagos, mercados de bonos, calificadoras de riesgo, instituciones
financieras capaces de manejar transacciones internacionales complejas. Los
inversores y dueños de excedentes de todo el mundo prefieren comprar valores
denominados en dólares, bonos o moneda, por su seguridad y alta liquidez.
Aquí hay una serie de cuestiones
interesantes. En principio, que China todavía aplica controles al movimiento de
capitales, eso hace que el yuan no sea libremente convertible y, por lo tanto,
su atractivo como depósito de valor sea reducido. Según SWIFT, la moneda china
es la cuarta más usada en pagos internacionales. El uso del yuan tanto en el
comercio como en las finanzas internacionales sigue siendo limitado. En el
ámbito de las finanzas, aunque es cierto que alrededor de 70 bancos centrales
tienen moneda china en sus reservas, estas compras suelen ser guiños
diplomáticos hacia Pekín. Las cantidades son muy pequeñas, menos
del 1% de divisas mundiales.
Otro dato no menos importante son los
componentes que conforman la arquitectura financiera de los BRICS: en 2014 se
aprobó la creación de un Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, llamado también Banco
de los BRICS) y el Acuerdo de Reserva Contingente (CRA). El Nuevo Banco se creó
como alternativa a las organizaciones internacionales, como el Banco Mundial
(BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Se supone que movilizará
recursos para proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible, mientras
que el Acuerdo de Contingencia es un apoyo de liquidez a corto plazo a los
miembros a través de swaps de divisas para ayudar a mitigar la
situación de crisis de la balanza de pagos, en caso de que surja tal situación.
El Banco también ha emitido
bonos denominados en monedas locales.
Como se ve, los BRICS se encuentran
en expansión de su estructura financiera, pero aún queda reemplazo del sistema
de pago, Visa y Mastercard y afianzarlo con su sistema de pago MIR (mundo
en ruso). Para mediados de 2022 se expidieron más de 145 millones de tarjetas
MIR en más de 160 bancos. En cuanto al extranjero, hasta la fecha, las tarjetas
Mir se pueden utilizar en Vietnam, Corea del Sur, Armenia, Bielorrusia,
Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Osetia del Sur y Abjasia. China tiene su
sistema de pagos UnionPay, Alipay. En 2022, UnionPay ya había tomado la mayor
cuota de mercado de pagos con tarjeta de débito (40,03%), superando a Visa con
más de 20 millones de tiendas online fuera de China.
Reemplazar el sistema
SWIFT & CHIPS, muestran, a pesar de los esfuerzos recientes de
Rusia y China, que el sistema financiero global en magnitud sigue siendo
unipolar. Por ejemplo, en 2022 la participación del dólar estadounidense
fue cercana al 42% de las instrucciones de pago SWIFT, y el euro con el 35% y
el renminbi chino con solo el 2,1%. A pesar de esta participación dominante del
SWIFT, Rusia ha creado una alternativa el «Sistema para la Transferencia de
Mensajes Financieros (SPFS)» que es utilizado por 52 organizaciones financieras
internacionales, 23 bancos extranjeros, de 12 países, incluidos China, India e
Irán. China también ha creado su propia cámara de compensación como respuesta
bajo la forma del «Sistema de pago interbancario transfronterizo (CIPS)». La
Moneda Digital del Banco Central de China (CDBC) se introdujo en 2021. En 2022,
las transacciones alcanzaron cerca de US$ 13.700 millones.
Las opciones están comenzando a
surgir, pero falta un mercado de bonos eficiente y seductor, calificadoras de
riego que no dependan de los movimientos y la coerción de sus calificaciones de
bonos, así como los desafíos del riesgo que surge de las volatilidades del tipo
de cambio en una nación miembro. Por ejemplo, la fuerte caída en
el valor del rand sudafricano vuelve esencial establecer una banda dentro de la
cual una moneda miembro de BRICS, como el rand, debe fluctuar. Sin
embargo, es difícil determinar dicha banda de fluctuación debido a la falta de
un conjunto definido de criterios de convergencia que cada miembro
debe seguir antes de unirse a la unión monetaria BRICS.
Otro desafío es que las intenciones
políticas detrás de la desdolarización superen las razones prácticas de la
misma. En un intento por promover las monedas nacionales, Rusia tendrá una
mayor preferencia por realizar transacciones en renminbi sobre la rupia india,
por ejemplo, a pesar del
acuerdo entre la rupia y el rublo. Esto conduciría a un choque de
intereses. Por ejemplo, las importaciones de petróleo de la India desde Rusia
alcanzaron un récord de 2,2 millones de barriles por día en
junio, después de haber aumentado durante diez meses consecutivos.
Algunas refinerías indias pagaron en yuanes chinos parte de las
importaciones de petróleo que le compraron a Rusia por pedido de este último,
dado que los superávits en rupias necesitan más incentivos para que los rusos
los dejen en la India, mientras que el pago en yuanes habilita el pago de
importaciones chinas.
El comercio entre monedas locales
podría volver menos probable que los miembros del bloque exploren la
posibilidad de introducir una moneda común alternativa, donde la inversión
podría fluctuar hacia cualquiera de los miembros, sin importar los superávits
entre ellos. La pregunta sería, dada las divergencias entre los miembros de
BRICS, ¿superarían los beneficios a los costos de una moneda común? La
respuesta es que sí, y por un amplio margen, pero con el tiempo, y después de
superar los obstáculos existentes. Por lo que es posible que se anuncie la
intención de crearla, pero que tarde un poco en llevarse a cabo.
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*Alejandro Marcó del Pont, Licenciado en Economía de la UNLP. Autor y editor del sitio especializado en temas económicos El Tábano Economista, columnista radial, analista.
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