Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 56 ARQUITECTURA Castillo de Rafael Obligado – Arq. Adolfo Büttner (1896)… por Guillermo F. Sala

 

El Castillo de Rafael Obligado es una de las joyas arquitectónicas más llamativas de la zona. El Palacio está localizado en las cercanías de Vuelta de Obligado, en el límite entre el Partido de San Pedro y el de Ramallo.





El Castillo nada tuvo que ver en este conflicto armado puesto que su construcción fue medio siglo posterior pero su ubicación fue exactamente la misma.

La construcción del inmueble que fue utilizada como hogar, tiene sus inicios en el año 1896, bajo órdenes del poeta Rafael Obligado, autor del poema Santos Vega, quien mandó a erigir esta edificación en las barrancas del río Paraná, para ofrecérsela a su esposa, Isabel Gómez Langenheim.



 

El estilo en que fue erigido el castillo fue el románico, el cual presentaba detalles góticos. La idea de este diseño fue realizada en honor al escritor Walter Scott, autor de Ivahoe, de quien era fanática Isabel.

La construcción fue erigida de tres plantas, en donde se distribuyeron 24 habitaciones y 6 baños, un número nada menor para un edificio que a simple vista no parece tan grande. En la entrada se construyó un hermoso hall con tres juegos de escalera.

Las paredes exteriores del edificio están cercadas por enredaderas que le confieren un aire de misterio. Su edificación remonta a otros tiempos y desde el camino se logra divisar su figura gris oscura y atemporal, que remite a leyenda.

 



 

La propiedad pertenece a los descendientes de Obligado, aunque hace años hay controversias entre distintas ramas de la familia, ya que existía una clausula respecto a la sucesión, que ponía como requisito que haya un hijo varón en la descendencia.

 


Como buen Castillo que se precie, cuenta con una la leyenda sobre un fantasma que lo habita. El relato difundido dice que se llama "Toto" y transita el lugar haciendo desaparecer objetos o cerrando puertas para luego abrirlas misteriosamente.

El lugar es de difícil acceso y vale recordar que es una propiedad privada, por lo que no se puede ingresar sin permiso y temporalmente se encuentra vedado su ingreso, aunque se lo puede apreciar desde las riberas del río.

 

 


*Guillermo F. Sala. Arquitecto

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