Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 54 ARQUITECTURA La Colorada – Regis Pigeon (1911) por Guillermo F. Sala
Continuando con la saga de edificios
representativos, de uso civil y no gubernamental, vamos a describir a
continuación un edificio que posee características particulares, a partir del
anonimato del arquitecto responsable de su diseño.
Regis Pigeon es casi un enigma. Tal
vez lo sea para cualquier mortal sino se aclara que se trata del arquitecto e
ingeniero británico responsable de dejarle a la ciudad de Buenos Aires uno de
los edificios más singulares: La Colorada.
Ubicado en la esquina de Cabello y
República Árabe Siria, el inmueble es testigo impávido de la cosecha del neoclásico inglés en las calles
porteñas.
El estilo neoclásico inglés fue muy
usado en Gran Bretaña entre 1840 y 1915, tanto que muchas veces se lo vincula
con construcciones de la denominada Revolución Industrial. El proyecto en
Buenos Aires fue concluido el 17 de junio de 1911.
La Colorada debe el nombre a los
ladrillos a la vista –que conforman la estructura- que además lo dotan de
particularidad y fue levantado cuando la calle Cabello se llamaba Las Heras
Segunda y en la zona no había red cloacal ni traza urbana ni el rococó que
ostenta por estos días.
Esta zona de Palermo se la conocía
como la Tierra del Fuego, porque estaba la Penitenciaría de Las Heras (hoy
Parque Las Heras), el hospital de tuberculosos (Hospital Fernández) y los galpones y fábricas de
cerveza Palermo sobre la calle Scalabrini Ortíz.
Los ladrillos fueron importados de
Gran Bretaña en los barcos que volvían de llevar granos a Londres desde Buenos
Aires, al igual que las aberturas de madera; la pinotea de los pisos y todos
los hierros para montar como un mecano la estructura portante (otra
particularidad del edificio), además de los puentes/pasillos que hacen a la
circulación interna; barandas; las rejas de puertas y balcones y de la
marquesina ubicada sobre la entrada principal sobre calle Cabello.
El edificio se levanta sobre una
superficie total de 680 m² y según coincide la bibliografía fue concebido como
casa de renta para los empleados jerárquicos del incipiente Ferrocarril Central
Argentino -entonces en poder de los británicos-
Pigeon era el único dueño y los planos los
presentó el 18 de marzo de 1911 junto con José L. Barabino, quien no aparece en
la placa de mármol blanco colgada en la ochava del edificio donde figura la
fecha de terminación.
La presencia de arquitectos ingleses
en la tuvo relación con vías y trenes. Bastaría saber que la estación Retiro
del Mitre -inaugurada en 1915 es obra de un colega y coterráneo de Pigeon,
Eustace Lauriston Conder.
Sobre La Colorada, la revista
especializada Summa asegura que para
1953 los propietarios era la familia Mitre -la había comprado luego de la
crisis del 30-, que la subdividieron según el régimen de propiedad horizontal.
En la crítica de la publicación se menciona que los departamentos posteriores
dan a retiros de la medianeras donde la ventilación e iluminación es mínima y
las condiciones infrahumanas que padecía el personal doméstico y el portero, confinados
a vivir en las habitaciones de 4,50x5 ubicadas en el subsuelo (hoy recicladas
como bauleras), sin más abertura que una puerta algunas de ellas.
Los especialistas la ubican dentro de
la tradición utilitaria de raíz británica donde el ladrillo es elemento único
con puntos de contacto con las viviendas colectivas de la Inglaterra de 1850 a
1910, a diferencia de Buenos Aires donde era más frecuente encontrar
arquitectura académica francesa o el Art Noveau.
De las 20 unidades que tiene hoy, 18
están ocupadas por empresas de moda, arquitectura y/o servicios y dos por
particulares, quienes no recuerdan habitantes ilustres pero sí que fue locación
de muchas publicidades.
Fue utilizada en al menos tres películas: El vampiro negro (1953),
con Olga Zubarry ,Nathan Pinzón y Roberto Escalada; Sentimientos: Mirta de
Liniers a Estambul (1987) con Mercedes Morán, Emilia Mazer y Víctor Laplace y en
coproducción argento-norteamericana Apartment Zero (1988 protagonizado por
Colin Firth, con una importante participación de actores argentinos como Juan
Vitali, Cipe Lincovsky Federico D'Elía, Germán Palacios e Inés Estévez,
entre otros.
El protagonista en alguna de las
publicidades fue el increíble y único ascensor para tres personas que tiene el
edificio, que es el Roux-Combaluzier en hierro y madera. Esta empresa francesa
es la que aportó los elevadores de la Torre Eiffel y a la Argentina llegaron
algunos pocos exponentes, uno de ellos a la Casa Rosada.
Subir por él permite acercarse a la
lucarna central de vidrio por donde ingresa luz solar casi todo el día. En el
techo del pasillo del último piso se descuelga la escalera rebatible de madera
que lleva a la azotea, la cual no está habilitada para su uso.
Cada unidad tiene chimenea que hoy no
se utiliza; los cielorrasos también de ladrillo a la vista, que no son del tipo
bovedilla sino son rectos.
El edificio tiene desde 2007 la
categoría de edificio calificado por la ciudad de Buenos Aires y goza de la
Promoción Especial de Protección Patrimonial y un diploma enmarcado y colgado
en la recepción dice que se lo consagró "testimonio vivo de la memoria
ciudadana" el 12 de noviembre de 1987.
*Guillermo F. Sala. Arquitecto
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