Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 53 HISTORIA La RDA. Postales de un País que no existe… por Favio Camargo

 

Cuando uno piensa en la RDA lo primero que le viene a la cabeza por años de campaña es un auto de plástico con un motor de dos tiempos y las imágenes del muro cayendo. 

Para los detractores, la industria automovilística de la RDA era la demostración de la incapacidad del socialismo como sistema para fabricar automóviles, mientras que para quienes le tenían aprecio era una demostración de que a pesar de no contar con muchos de los  materiales necesarios ni recursos económicos habían logrado fabricar un automóvil. No del nivel de un Tatra Checoslovaco, pero bueno, un vehículo con techo y calefacción que protegiera del frio y de la lluvia en Alemania donde los inviernos no son muy agradables.

Para bien y para mal el Trabant era una de las imágenes del país, aunque a la Argentina llegaron productos mucho más complejos, por caso equipamiento médico para diagnóstico por imágenes y maquinaria pesada como grúas y camiones para obras viales. Un poco por la tozudez de sus funcionarios, la mayoría muy mayores, y tal vez un poco por corrupción ya que los prototipos de autos hechos en Sachsenring y Eisenach luego aparecieron fabricados por la Volkswagen o la Renault.


Este estado va a existir solo 40 años y bajo la tutela de fuerzas de ocupación que se habían dividido Alemania en dos, va a construir su vía al socialismo copiando en su mayor parte el modelo soviético, pero al contrario de la gigantesca Unión Soviética, la RDA no contaba con muchos de los recursos que podemos considerar estratégicos.

Con las limitaciones antes mencionadas este estado va a lograr cubrir lo que podemos considerar las necesidades básicas de las personas. La vivienda, la ropa, alimentación, el trabajo y la salud.

En algunos aspectos va a tener una legislación social de avanzada, como en lo respectivo a la igualdad entre el hombre y la mujer y en el respeto a las minorías sexuales, despenalizando las relaciones homosexuales antes que la vecina República Federal.

En las manifestaciones culturales la censura y muchas veces ya la autocensura estaban presentes. Las manifestaciones artísticas de todo tipo, desde la música hasta el cine debían pasar ciertos filtros antes de que se les permitiera llegar al público.

Hasta la construcción del Muro puede llegar a comprenderse. Debemos tener en cuenta que ello fue en un contexto histórico en el que se creía que la Tercera Guerra Mundial estaba a la vuelta de la esquina y que la consecuencia de ella sería la aniquilación de la humanidad a causa del armamento atómico. Lo que resulta incomprensible y por demás inhumano fue la prohibición casi total a los habitantes de viajar hacia occidente o hacia cualquier estado por fuera del pacto de Varsovia.


Esta represión al movimiento de sus ciudadanos fue una de las causas del colapso del sistema socialista, que podía ofrecer a las personas la seguridad de que no iban a pasar hambre o frio, pero no confiaba lo suficiente en que sus ciudadanos quisieran volver si tenían la posibilidad de salir del país por turismo o a visitar a un familiar que había quedado del otro lado del muro.

A lo largo de su existencia la república fue dirigida (con mayor o menor independencia de Moscú) por militantes socialistas o comunistas que habían cumplido largos años de prisión o exilio entre 1933 y 1945 : Wilhelm Pieck, Walther Ulbritch y Erich Honecker. Otros dirigentes solo se ocuparon de la transición a la reunificación entre 1989 y 1990.

Quienes se sienten nostálgicos o como con una sensación de no haberse reunificado sino de haber sido conquistados o sometidos plantean que lo que sucedió fue más una absorción de un estado por parte del otro, ya que poco o nada de la antigua sociedad quedó en pie.

En pocos meses las empresas públicas, las tierras de propiedad cooperativa y las grandes industrias que aunque fueran un poco anticuadas producían bienes de consumo de buena calidad, fueron liquidadas por una agencia llamada “Treuhand Ansalt”.

Todo esto produjo altos niveles de desempleo que se taparon con planes de asistencia para evitar un estallido social.

¿Se puede aprender algo de la experiencia de la RDA? Un país que nace destruido por la guerra y además pagando reparaciones a los países que el anterior estado alemán (el Reich) había invadido en el contexto de la segunda guerra mundial.

¿Podríamos relacionarlo con nuestro país, acogotado por la usura internacional?

Hay en su devenir histórico cosas que pueden considerarse logros y otras que sinceramente son indefendibles y causan una profunda vergüenza, como en la Historia de cualquier estado. ¿O no tenemos en nuestra Historia varias cositas que nos avergüenzan?

 


*Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur


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