Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Nro. 53 HISTORIAS .. Acá, sentado, haciendo una demanda… por Eddy W. Hopper
Hoy siento que la lucidez
es una condena
(Eddy. W. Hopper)
No sé cómo, este
año junté un puñadito de pesos. Laburando, etc., obviamente.
Ahí está,
perdiéndose. ¿Compro una camisa, zapatos, "stockeo" fideos? ¿Salgo a
levantar las banderas del peronismo por ahí? Preguntas que me hacía en el 81
(era niño y tenía una billetera con papeles sin valor), en el 89, en el 2001,
durante mi reclusión voluntaria en el campo en 2007, en diciembre de 2015
(cuando se veía venir que la derecha iba a generar las condiciones para que
todo esto sucediera). Tengo una fortuna de mediopelo (medio sueldo de los que
ganan bien) que mañana (MAÑANA) será NADA. Hay quienes no tienen nada.
Al pasar al
capítulo dos de la demanda (a mi pobre cliente lo chocó una señora que quiso
doblar desde la mitad de la calzada y le rompió TODO su auto modelo 80 y pico)
ese dinero de subsistencia que tengo valdrá menos; y a la tarde, menos; y
mañana, menos; y pasado, menos. Tiempo no renovable que he gastado para
siempre. Todo se tornará absurdamente inútil, otra vez en este medio siglo en
el que me la he pasado comenzando de nuevo.
Hago esto que
hago, para vivir y sólo para vivir. Tomo todos los casos "para luchar
contra injusticias" que puedo (no los más resonantes, sino los de lío
cotidiano); pero es claro que sin ingresos que provengan de otra fuente sería
imposible hacerlo. Y de los 40 años que llevo de vida laboral, sólo 5 fui
empleado. El resto fue salir a buscarla, embarrarse y arruinarse la vida en el
menudeo con y contra el prójimo. Seguro tu vida fue parecida, o tendrás
horrores similares.
Me he anulado
consiguiendo el sustento y lo escribo por Facebook, que es tan volátil como mí
ser individual. Para qué metaforizar, proyectar mi neurosis en libros,
películas o lo que sea. La lucha por la vida consume la vida. De verdad que no
tiene sentido.
En fin, sigamos
abrazando ideales, por fuera de cualquier kiosco. Porquería hay en todos lados,
y siempre habrá quienes desvirtúen lo que debe ser. Y siempre, también, habrá
alcahuetes para esos que desvirtúan, movidos por los intereses propios del
alcahuete, que en definitiva contribuyen a satisfacer el interés del que
desvirtúa, del que pervierte la esencia.
Mientras tanto, admiro la alegría que tienen los tipos que trabajan al lado, que están construyendo una casa, ponen a 10.000 un equipo de audio que se trajeron (esos con lucecitas) y están a puro cuarteto desde las 7:30 de la mañana, rompiendo las pelotas pero radiantes, poniendo ladrillos a los gritos, bailando cada tanto, ajenos a toda la porquería que los llevó hasta allí, sucios de felicidad, tocados con la bendición del que ni siquiera sospecha.
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