Revista Nos Disparan desde el Campanario Año IV Número 53… Editorial: 20 años después, pisando las mismas huellas de nuestros horrores
A poco de cumplirse 20 años del
triunfo de Néstor Kirchner luego de la crisis terminal del neoliberalismo que
ancló con el peronismo y la alianza UCR-Frepaso a fines del siglo pasado,
ninguna duda cabe que al pueblo profundo y trabajador, y al campo nacional y
popular en general le fue extremadamente mejor confrontando con el poder real
que consensuando con él. Las estadísticas socio-económicas comparativas sobre
estudios nacionales e internacionales en todos los niveles 2003-2015 con relación
a las 2016-2023 hablan por sí. Desde el crecimiento de los sectores medios,
pasando por los niveles de consumo, el índice de desocupación y la utilización
de la capacidad instalada industrial, por solo mencionar algunos de ellos
resumen lo dicho, con niveles de inflación razonables teniendo en cuenta que
por fuera de la crisis del 2008 que provocó la quiebra del Lehman Brothers y la consecuente
falta de dólares poseemos una burguesía agroganadera e industrial que orgánica,
institucional y políticamente jamás ha
acompañado los procesos de distribución. Aun así, y gracias a esa confrontación
política se logró contener medianamente la voracidad de los sectores más
concentrados de la economía tratando de socializar el gasto mediante políticas
de subsidios de manera se transformen estos en ingresos indirectos que
automáticamente se transformaban en recursos directos, impactando tanto en los
hogares como en la pequeña y mediana industria. Por caso los subsidios a los
servicios, al combustible, al transporte público etc. Jamás ese supuesto “Estado
Populista” y acaparador puso en tela de juicio la propiedad privada de los medios de producción ni de bienes, es más, todos recordamos el freno a los remates de
tierras que efectuaban los Bancos hacia los sectores del campo los cuales comprometidos con créditos
en dólares, fueron perjudicados por la devaluación post salida de la convertibilidad, incluso con planes a tasa subsidiada para re-financiar sus deudas.
De manera que los resultados están a
la vista. El actual Presidente, si bien no fue un cuadro propio de la
plutocracia financista como su antecesor, se empeñó en el intento distensionador accediendo, aceptando y hasta flaqueando
decisiones a favor de su lógica política.
Para nuestra desventura fracasó pues «alvearizó» al kirchnerismo, lo debilitó, como
Alvear hizo con el Yrigoyenismo, única opción política real para confrontar con
poder político concreto y movilizador al establishment. Y este le respondió con la bragueta abierta muy a
pesar de los fabulosos negocios que logró desarrollar a costa de un acelerado crecimiento
post pandemia muy importante. Crecimiento que si bien se ve reflejado en un índice de desocupación en baja muy inferior
al del gobierno de Macri, aún superior al dejado por Cristina, también se
manifiesta en la extrema voracidad acumulativa de los sectores mono y
oligopólicos que manejan a voluntad la cadena alimenticita, energética y los servicios,
incisos determinantes en la vida del pueblo profundo, y desde luego en el nivel
de ingresos en general.
Lo que Alberto Fernández nunca quiso
aceptar es que más allá de sus agachadas nunca lo iban a dejar gobernar puesto
que la plutocracia desea imponer no solo sus políticas sino además sus tiempos
ya que obtiene réditos financieros descomunales tanto en los períodos de
bonanza como en las grandes crisis, ocasionando estas cuando observa que los
primeros escapan de su control, puesto que a esta altura de la modernidad el
capitalismo no requiere se productivo para multiplicar sus riquezas y su poder,
como tampoco necesita invadir con ejércitos un país para someterlo y saquearlo.
La deuda es mucho menos costosa y posee rentabilidad taxativa, solo requiere de
un grupito de cipayos a su servicio. Es probable que Alberto no tenga que
afrontar ninguna causa judicial en su contra, como lo hacen la totalidad de los luchadores populares, él no lo es, nada hizo para que el poder real
esté enojado con su persona o quiera vengarse por haber osado enfrentarlo, pero al
mismo tiempo temo Alberto aún no pensó cuál será la resultante de sus
decisiones políticas dentro del movimiento nacional y popular.
Más allá de haberlo advertido antes
de la asunción Presidencial en el año 2019 (Pulsiones 2011-2019 publicado por Artes Gráficas
Líber) en donde afirmábamos que este gobierno solo venía a blanquear y otorgarle
un marco legal a la erratas y estafas neoliberales de Cambiemos y que nada nos
hacía suponer que mantendría los paradigmas 2003-2015 debido a las
características y señales indudables que estaba manifestando el Primer
Mandatario electo, bueno es aceptar que tal cuestión recién pudo exponerse con
crudeza luego del caso Vicentín y con la aceptación en un 100% de la deuda
contraída por el gobierno anterior. Es cierto que la preocupación y ocupación
por la Pandemia dominó una gran porción de su mandato y que buena parte del
actual crecimiento se debió a las políticas distributivas estatales mediante
subsidios y exenciones que permitieron
que la caída del PBI no sea tan grave, pero lo que no tuvo voluntad de enfrentar fue a
un poder real (incluido el judicial, sin él nada malo es posible) que en medio de
las crisis nada como pez en el agua y que ha superado con creces sus niveles de
rentabilidad, sobre todo en las áreas monopólicas mencionadas, rubros que motorizaron
sin control de ninguna clase la economía diaria durante los largos períodos de
cuarentena. El error/horror de haber debilitado la secretaria de comercio fue
clave para que la cuestión hay sido de ese modo.
Por estos días detentamos uno de los
salarios medios más bajos de la región, lo mismo sucede con las asignaciones y
el sistema previsional, a pesar del buen
nivel del empleo y del crecimiento económico, sucede que la constante fuga
financiera, el nivel de endeudamiento más alto del planeta con relación al PBI,
la desdolarización que ha permitido el Estado de sus arcas a través de los
acuerdos firmados con el FMI impiden que todo ese crecimiento se vuelque a la
sociedad en su conjunto empobreciéndola y esos excedentes se constituyan como
de libre disponibilidad para el especulador financiero.
Me permito invitarlos entonces a una
columna editorial (Lectura y audio) del año 2013 que realizamos en el programa
Testigos de Privilegio el cual se emitía por la AM 1470 La Dorrego (AQUÍ)
en donde nos explayamos sobre cuestiones que por entonces parecían impensadas
pero que a la luz del presente nada tenían de inverosímiles. Fueron los tiempos
en los cuales el FR del actual ministro de economía rompe con el FPV dando el
primer paso de quiebre interno hacia la derrota del 2015, el sistema de persecuciones judiciales vía fake news y lawfare, su apoyo legislativo a las propuestas neoliberales macristas de endeudamiento, pago a los fondos buitres, blanqueo de capitales, quita de subsidios, aumento de los servicios y su final desembarco como ministro plenipotenciario del actual gobierno de quien por entonces era su escolta y vocero, Alberto Fernández.
Era hora viejo, usted es un planero. Saludos, enhorabuena
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