Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro. 50… EL RESPETO QUE DEBEMOS y LOS TOTALITARISMOS por Eddy W. Hopper

 

I


Cuánta basura nos rodea. Perdón, puede que mi discurso sea también de odio. No lo puedo reprimir.

Me desperté pensando: ¿qué hace Larreta en Buenos Aires, sino canalizar por vía de acción el deseo de cientos de miles de miserables?

¿Quién no ha estado en una fila, en un micro, en un taxi, en alguna de esas relaciones efímeras en las que el desconocido se sincera porque esa especie de anonimato le confiere impunidad? Entonces, somos receptores forzados de porquerías sumamente caldeadas en inmoralidades transmitidas de abuelos a padres, de padres a hijos, de hijos a nietos y así desde y hacia el infinito.

"Yo te viás plicar", dicen esos que han elegido no saber hablar porque creen que esas formas paganas y roñosas les confieren razón. "Yo te viás plicar. Agá lo gue hace falda es alguien gue ponga lo gue hay gue poner y se lleve a todos estos h1j0s de re 1000 put.4, que en vez de laburar rompen las pelotas a la gente".

¿Adónde se los tendría que llevar?, preguntaría uno.

"Gue los metan preso, gue les saquen la casa, el auto y a uno lo manden a la gordillera a picar piedra y al otro a la patagonia a cag4rse de frío. No gue salgan por la misma puerta gue entraron".

Ahá.

"En Estado Sunido los matan, pero ante de cobran la bala, hisdórigamente fue siempre un dólar. Primero me pagás un dólar gue es de lo contribuyente, despué de mato. VAS A VER GÓMO EN GUARENTICINCO DÍA SE DEJAN DE J0D3R".

Entonces, ¿qué hace Larreta, conociendo ese paño mugriento que nos constituye y condiciona?

Manda enjuiciar penalmente a los padres de los chicos organizados (desconozco en la vida muchas cosas; entre ellas, en qué delito se encuadra esa denuncia; es decir, qué delito cometieron padres y madres). Va a demandarlos en el fuero civil, para que le abonen a la Ciudad un millón y medio de pesos por día de toma. Va a expulsar a los alumnos que participaron de las tomas. Expuso e intentó escarnecer mediáticamente a menores de edad. Baby Etchecopar, sin cadenas por orden de sus copuladores, dijo, respecto de una mujer que se manifestaba a favor de las reivindicaciones: "Una madre de mi3rda, con un hijo de mi3rda".

Inició sumarios a los docentes que dan clases con sueldos de hambre, mientras paga una maceta de esas que llenan los ojos de los imbéciles a precio de usura.

Por lo demás, el Jefe de Gobierno ha enviado a su policía corrupta y evangelizada en la satisfacción del amo a las casas mismas de los chicos, para amedrentar a las familias y hacer tareas de inteligencia y también de violencia.

No dudo de que, en un contexto todavía más autoritario, hubiera encargado asesinar a los niños y a sus familias, como enseña la Historia que ha ocurrido aquí y allá.

Todo esto (incluso el eventual fusilamiento de los "revoltosos" y sus padres y madres) tiene el consenso de una población mayoritaria sumida en la ignorancia voluntaria y en una decadencia iniciada, al menos en este continente, con el primer paso de sus mayores en los puertos del Plata.

En especial, la aprobación tiene su centro sensible en una clase media que interpreta la desviación centralista porteña como el centro mismo de la existencia universal; y que se encabalga en un berretín de ilusiones de supremacía, absolutamente ligado a sus defectos de educación y a los deterioros ancestrales de su malformada constitución espiritual.

La cuestión trae al recuerdo otros tiempos, también desiguales. En 1918 hubo en Argentina un movimiento estudiantil poderosísimo, que logró para siempre la autonomía universitaria, la renovación de cátedras, etc. Aquella gente fue acusada hasta de sedición; pero el poder terminó transando, por la fuerza del movimiento y -digámoslo- por la composición mayormente cajetilla del grueso revolucionario.

Estaba Yrigoyen y no los mandó a fusilar, como hizo con los obreros del Sur a pedido de los Braun, o en los talleres Vasena por orden del establishment empresarial.

La Reforma Universitaria en Argentina terminó siendo un modelo a seguir en toda Latinoamérica y sus principios hoy -con problemas y tuercas para ajustar a través de las décadas- continúan vigentes; en especial, el derecho de los estudiantes a participar y movilizarse.

Los chicos de hoy están haciendo historia, jalonando un terreno degradado por acción y silencio de sus mayores, en una actitud que podría significar un adiós siquiera temporal a todo el desperdicio ético prevaleciente, hoy consagrado en el escenario individual, social y político que nos define como personas, como comunidad y como país.

Los chicos de hoy son mucho más valientes que nosotros, los revolucionarios de las redes.

Yo mismo soy un cobarde en este momento, porque no tengo el coraje de esos adolescentes, a quienes debemos profundo respeto y de quienes quedamos obligados, por exigencia de virtud, a aprender, a valorar y, especialmente, a disculparnos.

 


II


EVOLUCIÓN HACIA TOTALITARISMOS CON BASE EN CONCEPCIONES DE SUPREMACÍA


Estoy convencido de que la década de 2020 tiene puntos de contacto con la de 1920. En especial, por la emergencia a niveles continentales de instancias holísticas fundadas tanto en la generación de enemigos ficticios como en ideas de consagración de "destinos de grandeza", "orden y trabajo", supremacía de supuestas categorías "limpias" ("el vecino honesto"; "el político apolítico") sobre otras que han elegido, en esas teorías, su propio presente de degradación ("el kirchnerista", "el piquetero", "el planero" y muchas otras). También, por el derribo de todo límite hasta el momento consensuado.

Sin embargo, la tecnología y la fluidez de las comunicaciones parecen acelerar los tiempos históricos, y ya se aprecian algunos avances sobre la década de 1930.

Por ejemplo, este: al estilo de la "Kristallnacht" (la fatídica Noche de los Cristales Rotos en la Alemania nazi), el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha actuado durante la madrugada de hoy en forma organizada, premeditada y militarizada sobre instalaciones de un centro en el que los habitantes de Villa Ortúzar (una zona del barrio porteño de Villa Urquiza) realizaban actividades de participación, como expresa la imagen.

Con fundamento en que el espacio se encontraba ocupando un sector de una plaza pública, el procedimiento nocturno de la ciudad tuvo por objetivo DEMOLER (destruir) las instalaciones y desalojar a las personas que allí se encontraban.

Acompañados de la Policía de la Ciudad (como las SS, como las Juventudes Hitlerianas, evangelizadas para satisfacer la perversión del amo), los ejecutores "cuidan" el recinto y esperan con pertrechos de guerra obscena a los manifestantes que hoy a las 18 horas harán un abrazo simbólico.

Finalmente, en un acto de clara violencia simbólica y de disvalor de la condición humana, se ha dispuesto que el lugar sea destinado para esparcimiento, defecación, micción y cópula de los perros de los "vecinos" del lugar, que aplauden la iniciativa.

Un día será demasiado tarde. ¿En qué nos transportarán, 80 años después, hacia los campos de exterminio? ¿En Cabify? ¿En Flybondi?

El tiempo, si uno es paciente, trae todas las respuestas.

 

 


*Eddy W. Hopper. Abogado


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