Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro. 50 UNIVERSO 25 Experimento etológico sobre el hacinamiento… por Luis Martínez Casasola Hernández
Revista Nos Disparan desde el
Campanario Año III Nro. 50 UNIVERSO 25 Experimento etológico sobre el
hacinamiento… por Luis Martínez Casasola Hernández
Sitio: Psicología y Mente
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Universo 25: así fue el famoso
experimento sobre el hacinamiento con ratones. El proyecto de Universo 25
buscaba ver los efectos del hacinamiento en la conducta.
A lo largo de la historia, se han
realizado diferentes experimentos para estudiar el fenómeno de la
sobrepoblación. Sin embargo, es posible que el del Universo 25 sea el más
famoso de todos ellos. Por este motivo, vamos a dedicar este artículo a
estudiar en profundidad dicha investigación y todos los fenómenos asociados a
la misma, pues sus conclusiones fueron muy reveladoras.
¿Qué fue el experimento del Universo
25?
Para entender las implicaciones del
Universo 25, es necesario realizar partir de unas premisas que nos sitúen en el
contexto de este tipo de investigaciones. Por eso, antes de entrar de lleno en
el desarrollo de dicho experimento, vamos a realizar una pequeña introducción
general sobre los trabajos de esta índole.
Durante mediados del siglo XX, algunos
etólogos decidieron estudiar cuáles eran los efectos que el hacinamiento
por sobrepoblación podían tener en los individuos a largo plazo. Para ello se
desarrollaron una serie de experimentos en el que se disponía a un grupo de
animales, generalmente roedores, en un espacio con condiciones ideales para su
desarrollo y reproducción.
Se podría decir que se generaba una
utopía para dichos animales, pues contaban de antemano con todos los recursos
que podrían necesitar. Es decir, se había creado de manera artificial un
hábitat en el que los individuos no tendrían, aparentemente, ningún problema
para alimentarse y reproducirse, de cara a aumentar la población original.
Veremos más adelante que el Universo 25 era uno de estos escenarios.
Ahí es donde entró John Bumpass
Calhoun, uno de los etólogos (rama de la ciencia estudia la conducta animal con
métodos distintivos) más importantes en las investigaciones sobre la densidad
de población. Este autor fue uno de los más prolíficos en cuanto a este tipo de
estudios. De hecho, fue Calhoun el creador del llamado Universo 25, entre otros
muchos escenarios de utopías de ratas y ratones.
La hipótesis de partida a este tipo
de experimentos es que, el emplazamiento elegido debería dar cabida y sustento,
sin ningún tipo de problema, hasta que la población alcanzase un punto crítico,
que se había estimado haciendo una serie de cálculos y dependía
fundamentalmente del área del recinto, siempre teniendo en cuenta que había
comida y agua suficiente para todos los individuos y no existían amenazas
externas.
Pero los resultados eran implacables:
nunca se alcanzaba ese punto crítico, porque la población colapsaba mucho
antes. ¿Por qué?
Creación del Universo 25
Pero, ¿qué pasó en el Universo 25?
¿Por qué lo que nació como una utopía acabó convirtiéndose más bien en una
distopía apocalíptica para estos roedores? Para conocer la respuesta a estas
cuestiones, vamos a entrar de lleno en el desarrollo de este experimento.
Tendremos que remontarnos al año 1968, momento en el que John B. Calhoun
creó un nuevo mundo para un pequeño grupo de ratones.
El Universo 25 tenía una superficie
de 6,5 m2, que albergaba originalmente a una pequeña población de 8 individuos.
Si existía un paraíso en la tierra para los ratones, era desde luego este
lugar. Comida suficiente para todos, agua fresca, ningún depredador acechando…
Las condiciones eran ideales. Aparentemente. Según los cálculos, este pequeño
mundo debería haber podido dar cobijo a 3500 ratones. Pero nunca llegó a esa
cifra.
Los ocho primeros pobladores del
Universo 25 no tardaron en emparejarse y comenzar a reproducirse, provocando un
crecimiento exponencial en esta peculiar civilización. En poco más de un
año, la población se había duplicado en sucesivas ocasiones hasta alcanzar una
cifra de 620 individuos, momento en el que este crecimiento comenzó a
ralentizarse.
Hasta ese momento, la vida de los
roedores había sido prácticamente perfecta. Tenían todo lo que necesitaban y nada
ponía en peligro su vida. Pero la vida en el Universo 25 estaba a punto de
dejar de ser tan bucólica, pues, sin saberlo, estaban aproximándose a una cifra
crítica, no por la escasez de recursos, sino por otros factores, que no se
habían tenido en cuenta.
El declive del proyecto
Fue entonces cuando comenzaron a
aparecer las anomalías a nivel conductual. El comportamiento de los ratones del
Universo 25 empezó a ser errático. Parecía que los ratones ya no se sentían tan
cómodos, y aunque todos cabían físicamente en el recinto, empezaban a sentir
los efectos de una sobrepoblación. Todos se cruzaban en el camino de los otros
constantemente al ir en busca de comida o agua, o al regresar al nido.
No había amenazas externas, pero
comenzaron a generarse las de tipo interno. Los ratones estaban cada vez más
juntos y eso implicaba peleas territoriales, traslados constantes a otras zonas
del Universo 25, etc. Y surgió el problema fundamental: muchos ratones dejaron
de tener un papel en esa pequeña sociedad. No había roles para todos los
individuos.
Debido a este fenómeno, muchos
de los roedores se mostraban apáticos, dejaban de moverse e interactuar, ya que
no ocupaban un papel significativo en ese pequeño mundo. No tenían utilidad.
John B. Calhoun bautizó este fenómeno con el término de drenaje conductual, o
hundimiento conductual.
Observó que muchas hembras del
Universo 25 dejaron de tratar de reproducirse. Los machos, igualmente, se
alejaban de los nidos y simplemente se iban a la zona del recinto donde se encontraba
el alimento. Los conflictos vecinales eran constantes y era difícil encontrar
algún ratón que no contase con alguna herida o cicatriz debido a una disputa
territorial.
Se observaron conductas sexuales
anómalas. Había individuos que realizaban estos comportamientos de manera
frenética, sin discriminación de sexos, para luego pasar a no realizar cópula
alguna. Aparecieron las luchas intrafamiliares. Algunos de los ratones
acabaron con la vida de sus crías. Otros expulsaban a miembros del nido. Incluso
se llegaron a registrar comportamientos caníbales.
Hay que decir que no todos los
ratones tenían conductas violentas. Existía un grupo, al que Calhoun bautizó
como “los guapos”, cuyo comportamiento se limitaba a conductas de higiene como
atusarse el pelo, aparte de alimentarse y dormir, que es la única actividad a
la que se reducía la conducta de todos los componentes de la colonia.
El colapso
El caos en el Universo 25 era
absoluto. El paraíso de los ratones se había convertido en un infierno. En
1970, habiendo pasado menos de dos años desde que se inició el experimento,
nació la última camada de ratones de este hábitat, por lo que la población se
estancó y comenzó a caer en picado.
Los individuos habían perdido la
fertilidad, por lo que, llegados a este punto, la sociedad no tenía salvación
posible. Lo que ocurrió desde entonces hasta el año 1973 fue la progresiva e
inevitable muerte de todos y cada uno de los ratones que conformaban el
Universo 25, extinguiendo para siempre ese intento de utopía, pero dejando
cuestiones muy interesantes tras este evento.
La progresión poblacional dibujó una
parábola cuya cúspide se situó en marzo de 1970, momento en el cual la
tendencia empezó a ser negativa, hasta llegar a 1973, cuando el Universo 25
definitivamente dejó de existir. Su población máxima llegó a ser de 2200
individuos. Recordemos que, idealmente, se consideró que este espacio podría
haber albergado hasta 3500 ratones.
Pero ya hemos comprobado que, debido
al drenaje conductual, un factor que los investigadores no habían tenido en
cuenta, la población colapsó mucho antes de ni siquiera acercarse a esa cifra.
Conclusiones sobre el experimento del
Universo 25
Una de las primeras preguntas que
suelen surgir tras conocer el experimento del Universo 25 es cómo de extrapolable
son los procesos que acabaron con esa pequeña civilización a la propia sociedad
humana, o al menos a alguna de ellas. Lógicamente, cualquier conclusión en este
sentido debe tomarse con suma cautela, pues ambos escenarios distan mucho de
ser comparables.
El propio John B. Calhoun trató de
buscar esos paralelismos para intentar encajar lo que había descubierto en su
estudio sobre ratones en una sociedad humana. Otros autores, como Jonathan
Freedman, realizaron sus propias investigaciones, esta vez con personas,
pidiéndole a una serie de alumnos que realizaran diferentes tareas en unas
condiciones de sobrepoblación.
Freedman observó que las conductas
agresivas, así como el estrés y el malestar de los participantes se elevaba a
medida que la densidad de personas en el mismo espacio crecía. De hecho,
algunos autores apuntaron, acerca del del experimento del Universo 25, que la
clave no residía en cantidad de individuos que compartían un mismo área, sino
en el número de interacciones que todos esos animales se veían obligados a
realizar.
En cualquier caso, establecer
una comparativa con seres humanos es complicado, pues la sociedad humana es
sustancialmente más compleja y en ningún caso cuenta con recursos infinitos
para hacer crecer la población indefinidamente hasta que colapse por otros
factores, como el drenaje conductual.
Referencias bibliográficas:
Calhoun, J.B. (1971). Space and the
strategy of life. Behavior and environment. Springer.
Calhoun, J.B. (1973). Death squared:
the explosive growth and demise of a mouse population. Proceedings of the Royal
Society of Medicine.
Freedman, J. L. (1975). Crowding and
behavior. W. H. Freedman.
Ramsden, E., Adams, J. (2009).
Escaping the laboratory: the rodent experiments of John B. Calhoun & their
cultural influence. Journal of Social History.
Qué es la etología VER AQUÍ
Luis Martínez-Casasola (Madrid, 1988) se licenció en Psicología en la UAM
y cuenta con un máster en Psicología Forense por la URJC y el COP de Madrid,
así como con una especialización en recursos humanos. Tras varios años de
experiencia en la redacción de contenidos web, ahora colabora como divulgador
para medios especializados en el ámbito de la Psicología y la salud.
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