Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro. 49 El Periodismo y los Trabajadores… por Antonio Gramsci
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"El contenido de la prensa está influenciado por una idea: el
servicio de la clase dominante, lo que inevitablemente se traduce en una cosa:
luchar contra la clase trabajadora"
Artículo de Antonio Gramsci publicado
en Avanti el 22 de diciembre de 1916
Estos son los días en que los
periódicos se anuncian para captar suscriptores. Los directores de la prensa
burguesa ordenan los aparadores, le dan brillo a su logotipo y buscan llamar la
atención de los transeúntes (es decir, el lector) para vender su producto. El
producto es ese pedazo de papel de cuatro o seis páginas que cada mañana y
tarde pretende inyectar en el espíritu del lector el modo de percibir y juzgar
los hechos de la actualidad política, mismos que convienen a los intereses de
los productores y vendedores del papel impreso. Queremos discutir con los
trabajadores sobre la importancia y la relevancia del hecho, que parece tan
inocente, que es elegir el periódico al que nos suscribimos. Es una decisión
llena de mañas y peligros que se debe hacer conscientemente, con prudencia y
previa reflexión. Ante todo, el trabajador debe negarse a colaborar al
sostenimiento del periódico burgués. Tiene que recordar siempre, siempre,
siempre, que el periódico burgués (cualquiera que sea su matiz) es un instrumento
de lucha impulsada por ideas e intereses contrarios a los suyos. El contenido
de la prensa está influenciado por una idea: el servicio de la clase dominante,
lo que inevitablemente se traduce en una cosa: luchar contra la clase
trabajadora. De hecho, del primer al último renglón, el periódico burgués
adopta y revela esta preocupación. Pero lo mejor de todo, es decir lo malo,
está en el hecho de que en lugar de pedir dinero a los ricos para sostener su
propia defensa, los periódicos burgueses logran en cambio financiarse por la
misma clase a la que combaten. Y los obreros les pagan con prontitud y
generosidad. Cientos de miles de trabajadores dan todos los días sus monedas a
la prensa burguesa y por lo tanto lo fortalecen ¿Por qué? Si usted le pregunta a
un trabajador con un periódico burgués en el tram o en la calle, escucharía la
respuesta: «Porque necesito saber qué cosas están sucediendo». Jamás se le
ocurrió que las noticias son expuestas con un arte que dirige su pensamiento y
manipula su mente de una manera determinada. Pero al mismo tiempo él sabe que
este diario es conservador, que tal persona es un arribista, y que el tercero,
cuarto, y quinto están vinculados a grupos políticos que tienen intereses
directamente opuestos a los suyos. Todos los días, los trabajadores pueden ver
por sí mismos que los periódicos burgueses relatan hasta los hechos mas simples
de un modo en el que favorecen a la clase burguesa en perjuicio de la clase
obrera. ¿Si estalla una huelga? Para la prensa burguesa los trabajadores están
equivocados. ¿Hay una manifestación? Los manifestantes, simplemente porque son
trabajadores, son siempre los revoltosos, los intransigentes, los delincuentes.
¿El Gobierno aprueba una ley? Siempre
es buena, útil y justa, incluso si se trata de lo contrario. ¿Se desarrolla una
lucha electoral, política o administrativa? Los solicitantes y los mejores
programas son siempre las de los partidos burgueses.
No hablaremos de todos los hechos que
los periódicos burgueses o censuran, o tergiversan o falsifican para poder
engañar, ilusionar, y mantener en la ignorancia a sus lectores. Sin embargo, la
aprobación cómplice del trabajador al periódico burgués no tiene límites. En
necesario reaccionar a ella y mostrarle al trabajador el análisis exacto de la
realidad. Hay que decir y repetir que el dinero mal gastado que cae en las
manos del vendedor de periódicos es un proyectil más entregado al periódico
burgués que lo disparará después, en el momento oportuno, en contra de las
masas trabajadoras.
Si los trabajadores se convencieran
de esta verdad elemental, aprenderían a boicotear la prensa burguesa con la
misma firmeza y disciplina con que la burguesía boicotea las publicaciones de
los trabajadores, es decir, la prensa socialista.
No dar ayuda de dinero a la prensa burguesa
que es su enemiga: este debe ser nuestro grito de guerra en este momento
caracterizado por las campañas de suscripciones promovidas por todos los
periódicos burgueses.
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