Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro. 49 TIENEN QUE SABER ALGO por Eddy W. Hopper

 

Cuando matan, no les importa.

Cuando torturan, le echan la culpa del dolor o de la muerte al torturado ("no aguantó").

Cuando pegan, disfrutan. Se burlan de las reacciones del dolor y del miedo que ellos provocan en otros.

Cuando insultan, creen que el insultado merece el insulto por ser como es y no por algo que específicamente haya hecho.

Cuando destruyen, están convencidos de que eso que destruyen no debe ni debió existir, y que ellos están llamados por orden superior a destruirlo.

No tienen capacidad de remordimiento. No harán jamás un "mea culpa", porque sus estructuras psíquicas no tienen registro de culpa ni capacidad de generar culpa.

Son sumamente inteligentes, o sumamente obedientes. Cumplen su tarea a la perfección.

Los que son sumamente inteligentes, construyen lógicas y razonamientos cuyas conclusiones son lo que nosotros percibimos como mal. Los que son sumamente obedientes, construyen una lógica de la "obediencia profesional" que descalifica todo cuestionamiento moral.

Tienen una voluntad desmedida: sus esperas para hacer daño son tensas, ansiosas y les ocasionan mal humor e inestabilidad emocional. Muchas veces, cuando no pueden proyectar sus perversiones en cuerpos ajenos, se dañan o lastiman a los de su entorno, y tampoco les importa.

Se regodean con sus "logros", porque su desviación les genera la consciencia de que es "el otro" quien "provocó" que ellos hayan "tenido que producir" esos "resultados".

Menosprecian y de todas las formas posibles agobian o eliminan a quienes les señalan la verdad.

No tienen límites (NO TIENEN LÍMITES) a la hora de hacer daño, m4ta4r, t0r.t-ur4r, exterminar. Ni límites de niveles de crueldad, ni límites de "organización logística" para dañar, ni límites de víctimas.

Solo se enojan (y solo se los puede atrapar) cuando se equivocan; pero es muy difícil que se equivoquen.


NO SÉ SI ESTO QUE VOY A DECIR ES DISCURSO DE ODIO O ES MERA DESCRIPCIÓN


Los vecinos de mi barrio (y de esta vecindad virtual) se quejan de que hoy es feriado. No reclaman justicia ni se duelen por el crimen perpetrado contra la Vicepresidenta: protestan porque entienden que este feriado es "inútil", "fomenta la vagancia" y otras emergencias.

Pero, además, el grupo de whatsapp de "vecinos" -al que no pertenezco y que mi compañera hoy abandonó- se pobló de expresiones tributarias de esa sorna de dos pesos tan cara al placer por la ironía fácil que cultiva la clase media a la que le alcanza para vivir:

"Estuvimos a una bala de..."

"Paremos con la farsa: si la mataban, la mataban; y si no..."

"Si en vez de una bala le tiraban una pala..."

y otras manifestaciones de ese mismo mediopelo que se autopercibe digno.

Estoy sumamente convencido de que esa basura -la gente que festeja la muerte, el imbecilizado y la imbecilizada que creen que el feriado atenta contra sus pobres intereses- es parte mayoritaria y esencial de lo que nos constituye.

Somos un guiso hecho con un importante componente de carne podrida, irreversible como toda podredumbre. Decime biologicista, decime determinista o autoritario: no es de otra manera.

Los optimismos fáciles no nos van a ayudar para paliar esta tragedia de nuestra esencia; tampoco la falsa arenga de los dueños de los kioscos o de sus serviles interesados.

Solo cabe seguir las convicciones, sin esperanza alguna, en el pantano, entre la porquería que nos rodea y domina. Sabiendo que las crías de este material degradado están creciendo al calor de las limitaciones voluntarias y del espíritu abyecto de sus mayores, que ya definitivamente han marcado a fuego todas sus desvirtudes en su deplorable información genética.

Debemos enfrentar una tarea de domesticación de millones de personas, de adecuación a valores de toda una ecúmene deteriorada, un moldeo de desviados y desviadas que no llevará menos de dos generaciones.

Siento mucho, me lastima mucho que esta sea mi real certidumbre. Porque el Otro nos completa; pero no hay un Otro, hay otra cosa.

 




*Eddy W. Hopper. Abogado


Comentarios