Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro.49… El Peronismo, la democracia y “El grito del Sujeto”… por Carlos Baffoni

 

 

El peronismo nace de una gran movilización popular. Aunque siempre respetó y fue un ejemplo en ese sentido de las formas democráticas liberales. Pero también excede este marco estrecho y manipulado por los sectores dominantes adaptados a sus intereses de clase. La democracia para Perón era otra cosa. Ante todo es una democracia económica. La igualdad para la democracia liberal es formal, abstracta. La "igualdad ante la ley". Donde, claro, unos son más iguales que otros. Con su concepto de justicia social Perón estalla el marco liberal. Nunca se lo perdonaron. Al igual que la Vice tuvo cientos de causas judiciales inventadas por la justicia burguesa. Pero esta democracia peronista se sostiene con la movilización popular. No alcanza con el voto para sostenerla. No alcanza con ir a votar y volverte a tu casa. Las clases dominantes se olvidan del artículo 21 de la Constitución, no les conviene. Aun así, el peronismo excede, respetándola, la misma Constitución liberal. Así lo expresa la Constitución del 49, suprimida por un bando militar. Estamos asistiendo a una enorme movilización popular que defiende ésta democracia, representada por una peronista amada por el pueblo. Atacada por la justicia burguesa. También, dolorosamente, con "el diario del lunes" asistimos a una tirada de las banderas peronistas en las calles por parte de un gobierno que ha traicionado su esencia, que ha tratado de encorsetar al peronismo en la democracia liberal. No hay peronismo sin pueblo en las calles. Es odiado por las clases que sienten como una afrenta, una injuria, ésta "extraña" democracia económica. Por lo tanto, exige defenderla como propia, porque nuestra sobrevivencia depende de ello.

 

II

 

Es un poco difícil, al menos para mí, explicar, intentar aclarar, como plantea el peronismo el periodismo. La cosa empezó con los muchachos del FORJA, en los 30. El periodismo se articula a la historia. Jauretche, Scalabrini, Pereira, por nombrar algunos de ellos, tuvieron que hacerse también historiadores, pero de una manera singular: Denunciando el Poder establecido y sus miserias, desde Rivadavia para acá. Con documentación bien clara y consistente.

Scalabrini con su Historia de los ferrocarriles argentinos, inaugura ese periodismo histórico. En los sesenta y setenta sectores de una nueva generación, jóvenes volcados a la causa nacional, retoman ésa tradición. Ortega Peña, Puigross, Hernández Arregui, escriben libros de lucha y denuncia. Salen revistas alternativas como El descamisado, donde notables intelectuales con pruebas en las manos denuncian las miserias de la oligarquía y sus alianzas antinacionales, sus negociados, etc.

Lenin, no estaba de acuerdo con esperar el desarrollo de las fuerzas productivas como causa de la revolución social. ¿Qué hizo? Inventó lo que se llama "Máquina de guerra". No son cañones. Era transformar el Partido comunista en una eficaz máquina política de guerra. Ganó. Porque cuando una herramienta política se articula y entiende el proceso histórico tiene eficacia. Las clases dominantes ocultan, deforman el proceso histórico para que las masas no se aviven. Para crear una "Falsa conciencia”, lo que produce una parálisis social. Que oculta la explotación social. Cuando se desnuda este proceso, las masas empiezan a adquirir protagonismo. Recuerdo cuando alguien relataba durante la Revolución rusa, en sus comienzos, cuando las masas irrumpieron en el palacio del zar, no podían creer la riqueza, el lujo desmedido de ésa gente, mientras ellos pasaban hambre. No dejaron nada en pie. La bronca del pueblo. Mao decía que la única manera de conocer una manzana era morderla, transformándola.  O sea, una posición activa es fundamental para enfrentar el Poder. Eso es lo que está haciendo la Vice, que se formó en ésa tradición. Pero en completa soledad. En una posición autorreferencial. Es difícil armar una máquina de guerra cuando las partes en conflicto han cambiado.

A partir del fines de los sesenta, la burguesía industrial ve que la idea fordista "fifti-fifti”, 50-50 se inclina hacia 55-45, favoreciendo a la clase obrera, toma una posición ACTIVA. Empieza a desviar sus ganancias hacia la renta financiera en primer lugar. Se llama "Deslaborización de la acumulación". Los efectos los estamos sufriendo. Desempleo estructural, precarización laboral, flexibilización laboral. Pero, aquí, la cosa se le pone brava a la derecha. Macri intentó una reforma laboral y perdió las elecciones. Intentan destruir a los sindicatos. Encima la clase obrera no es la de antes. Hay movimientos de DESOCUPADOS que reclaman sus necesidades. Economías informales, que nacieron a partir de ésa maniobra. El viejo conflicto de clases ya no está. Ha cambiado. Creo que la "máquina de guerra" es necesaria a pesar de la disgregación del viejo conflicto de clases, que el peronismo tiene que ponerla en marcha ACTIVAMENTE si pretende triunfar no sólo en una elección, sino para instalar el reformismo radical que fue exitoso siempre.

 

III

 

Franz Hikelammert dice en el "El grito del sujeto" que la opción preferencial por los pobres no tiene que ver solamente con los pobres. NO es sólo el problema de un grupo parcial. La sociedad misma NO SE PUEDE REDIMIR DE SU CULPABILIDAD SI NO HACE SUYA, SI NO ACOMPAÑA, ÉSTA OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES. Donde está en juego la suerte de los pobres, TODA LA SOCIEDAD ESTÁ EN JUEGO. Esta culpabilidad no es consciente. Zizek se refiere a ésta culpabilidad no consciente también del consumidor, con un humor ácido. La culpabilidad arrasa así las subjetividades. Así se busca redimir la culpabilidad por la agresión al otro. Pero agrediendo la recrea. No hay salida, no puede redimirse jamás, porque la culpabilidad es producto de la agresión. La culpabilidad existe y se hace notar por todas partes, pero no hay conciencia del pecado. El pecado no tiene que ver con la sexualidad, como lo impuso la Iglesia católica y protestante. Jesús jamás examinó la vida de nadie. Su única preocupación eran los pobres. Y el daño que se les inflige. Es una culpabilidad flotante, sin ancla. Sin ser vinculada a la raíz de la cuál brota. Es transformada por la LEY en agresión en contra de aquéllos que se resisten a la LEY. Se lanza en contra de aquéllos que no pueden vivir sin imponer sus necesidades por encima de la ley. ESTOS SON LOS POBRES. Toda la sociedad debe tomar conciencia de éste pecado, que es haber destruido al pobre. Es la única manera de salir de ésa agresividad obsesiva que la culpabilidad desarraigada ha creado. Atacar a los pobres, denigrarlos - "planeros, vagos"- aumenta la culpabilidad no consciente, aumenta la agresividad, que se desparrama por todos los intersticios de la vida del sujeto, familiar, sexual, laboral. Crispación subjetiva, enloquecimiento emocional, culpa, agresión.

 


*Carlos Baffoni. Psicoanalista

 

 

 

 


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