Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro. 48 EL DÍA EN QUE LOS PUESTEROS SOÑARON QUE ERAN PATRONES… por Antonio Diez El Mayolero
Fuente: El Fusilado
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Allá casi en la prehistoria, en
tiempos de Yrigoyen y Alvear, cuando los Radicales eran Radicales en serio, el
Estado volcó sus esfuerzos en consolidar una clase media agropecuaria, poniendo
los recursos a su alcance (Banco Nación, Banco Provincia, Banco Hipotecario)
para ir convirtiendo al colono inmigrante en propietario de su tierra. Al mismo
tiempo, fomentó el Cooperativismo Agrario, para que esa clase media en
formación forjara sus propios instrumentos comerciales que la fuera
independizando de las Grandes Exportadoras de Granos y los Frigoríficos
Ingleses. Todo esto hizo que con el tiempo, una buena cantidad de "gringos
patasucia" (como llamaban los Estancieros de la SRA a sus colonos)
accediera a la propiedad de la tierra. Y fueron progresando, y con el tiempo
sus hijos accedieran a mayores y mejores niveles de educación, y en general
fueran adquiriendo hábitos de vida y consumo a los que sus abuelos inmigrantes
jamás hubieran soñado. Ya para la década del '40, empezaron a creer que la cosa
siempre había sido así. La memoria de los abuelos inmigrantes fue a parar al
baúl de los recuerdos, y muchos de ellos hasta se avergonzaban y trataban de
soslayar sus raíces y sus orígenes.
Como existía una barrera invisible pero presente, no podían acceder a ser
socios de la SRA como era su anhelo, y se conformaron con un sucedáneo: las
Sociedades Rurales del interior, suerte de barniz aristocrático que los distinguía
de los chacareros y arrendatarios a quienes miraban por sobre el hombro. Como
los tiempos fueron cambiando, hoy día, (Consenso de Washington mediante) esas
medianas unidades de explotación han comenzado a ser puestas en camino a la
inviabilidad económica, avasalladas por el crecimiento de la mega-agricultura.
Ya la agricultura por equipos propios va pasando a la historia, y son los
contratistas de los pooles de siembra
los que mueven el negocio, y la ganadería entra en pérdida frente a la
competencia de los arrendamientos de las mejores tierras para agricultura. Como
en el juego de la oca, se ven en la disyuntiva de retroceder varios casilleros.
Aún no han caído en la cuenta que ya no les resultan útiles al establishment. Y
que, o vuelven a sus orígenes, o están condenados a desaparecer en corto y
mediano plazo, tal como en 1968 desaparecieron los chacareros
arrendatarios.
Aún no se han enfriado las brasas de los asados en las banquinas de 2008, donde se prestaron, junto a algunos aventureros de la FAA y ConInAgro, a hacerle de infantería a la SRA. Persistieron en su esfuerzo, y lograron finalmente el "cambio" que les vendieron como su camino a la felicidad. En ese camino se desentendieron de las economías regionales, que recién ahora descubre ConInAgro y que la quita de retenciones que les vendieran como la panacea universal fue inmediatamente absorbida por la devaluación y la suba de los combustibles. Y de pronto recuerdan que hay una cosa que se llama "mercado interno", y que ese mercado interno de más de 40 millones de habitantes les cubría el costo fijo de sus empresitas agropecuarias y que la exportación era un ingreso extra. Además, en el año 2017, les incrementaron en un promedio del 50% el Inmobiliario Rural, y no son los "populistas" los que lo hicieron, si no los que ellos consideraban sus amigos, los que los venían a "salvar".
Son las cinco de la mañana: sonó el
despertador, y el puestero se despertó de su sueño de patrón de estancia....
*Antonio Diez (El
Mayolero) (1942-2020) Hijo de San Mayol, partido de Tres Arroyos. Periodista,
Escritor, Ensayista, columnista del programa Voces Cooperativas, autor del
libro Formación y Transformación del Sujeto Agrario, ex candidato a Intendente
de Tres Arroyos por el Partido Intransigente.
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