Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro 47 Siempre hay mediocres, son perennes. Lo que varía es su prestigio y su influencia…

 



Cada cierto tiempo el equilibrio social se rompe a favor de la mediocridad, en nuestro caso, Coronel Dorrego, llevamos 23 años.

El ambiente se torna refractario a todo afán de perfección, los ideales se debilitan y la dignidad se ausenta; los hombres acomodaticios tienen su primavera florida, nuestros honorable concejo deliberante lo demuestra ante cada renovación.

Los gobernantes no crean ese estado de cosas; lo representan. El mediocre ignora el justo medio, nunca hace un juicio sobre sí, desconoce la autocrítica, está condenado a permanecer en su módico refugio, la reciente entrevista pautada en un medio regional, como siempre, por el Intendente Raúl Reyes es una clara demostración. 

El mediocre rechaza el diálogo, no se atreve a confrontar, con el que piensa distinto. Es fundamentalmente inseguro y busca excusas que siempre se apoyan en la descalificación del otro, censurando la reacción de ese otro. Carece de coraje para expresar o debatir públicamente sus ideas, propósitos y proyectos, por eso necesita de un sistema de voceros que no refuten sus aseveraciones que a la par se comprometan a no darle lugar a aquellos que pueden diluir con argumentos sólidos y políticos sus falsificaciones dialécticas.

Se comunica mediante el monologo y el aplauso de una mass cooptada, subsumisa y obediente, generalmente baratamente adquirida. No gasta demasiado en propinas. Esta actitud lo encierra en la convicción de que él posee la verdad, la luz, y su adversario el error, la oscuridad. 

Los que piensan y actúan así integran una comunidad enferma y más grave aún, la dirigen, o pretenden hacerlo. El mediocre no logra liberarse de sus resentimientos, viejísimo problema que siempre desnaturaliza a la Justicia. No soporta las formas, las confunde con formalidades, por lo cual desconoce la cortesía, que es una forma de respeto por los demás. Se siente libre de culpa y serena su conciencia si disposiciones legales lo liberan de las sanciones por las faltas que cometió. La impunidad lo tranquiliza. Es la Ullmanmoral de los fiscales Foglia, Zorzano y el resto de la banda judicial de la región que los protege. 

Siempre hay mediocres, son perennes. Lo que varía es su prestigio y su influencia. Y aquí en nuestros distrito parece que han encontrado su ecosistema ideal. Hay más presencias personales que proyectos. La declinación de la “educación” y su confusión con “enseñanza” permiten una sociedad sin ideales y sin cultura, lo que facilita la existencia de políticos ignorantes y rapaces", no tenemos más que repasar las capacidades, la eficiencia y los resultados a la hora de atender a la cosa pública de los funcionarios y los concejales  oficialistas durante esta dos últimas décadas 

Para su beneficio vamos a reconocer que Reyes, en su entrevista a la Voz del Pueblo tresarroyense acierta en algo, el gobierno ha perdido el rumbo económico, lo que no habla es del contexto en el cual está inmersa esa confusión, una deuda criminal generada por Cambiemos, más la fuga de esos activos por la misma plutocracia con la obligación de tener que cumplir los compromisos adquiridos, la pérdida de empleo, la caída de la capacidad productiva instalada, una inflación ya asentada desde el 2019, además de la pandemia, en fin cuestiones que por conocidas parecen olvidadas. Va de suyo que las ideas y programas que él representa, tal cual asegura José Ingenieros en su escrito, texto el cual protagoniza este esqueleto racional, tienen muy en claro su rumbo, y no duda. Y ese rumbo lo sufrimos los dorreguenses desde hace más de dos décadas, con exclusión, pobreza, pauperización, ausencia de servicios esenciales, y una gestión en estado de agresión permanente, censura y beligerancia, contra el pueblo profundo.


* Basado en textos de José Ingenieros - Editorial

Comentarios

  1. No hay manera que Coronel Dorrego tenga en el gobierno gente capaz, honesta y buenas personas cuando la mayoría de sus habitantes no lo son. Esta mayoría fascista, sectaria y prejuiciosa que como vecino se sufre a diario en los comercios, en el municipio, en las instituciones, en la calle, se identifica con gente como Reyes, Nomdedeu, Zorzano y el resto. Coronel Dorrego es el monólogo de Luppi cuando está con el hijo en el restaurant en la película Martin H.

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