Revista Nos Disparan desde el Campanario Año III Nro. 47 Textos escogidos: Relámpagos. El Coro de la Felicidad… por María Pía López
Fuente: Sitio de Juan Salinas
y Montserrat Mestre
Fuente de Origen: AQUÍ
Relámpagos
El Coro de la Felicidad
Se
regodean, van a lo bajo, no escatiman, piensan qué lindo felicitar al que
limpia los baños. Claro. Que siga contento de limpiarlos. Nada de subir sus
pretensiones. Querer más. Imaginar un destino universitario para sus hijos. No:
el buen siervo. Orgulloso de su tarea. Viñas decía: niños y criados favoritos.
Quietito, ahí, pasando el lampazo. Alegre. ¿Sabés vieja? Hoy vino el
presidente, un señor muy bien, y me abrazó, me agradeció por los cien pesos. No
quiso probar las tortas fritas. Este sí que es un señor, no como la otra, que
abrazaba a los negros de la villa. Y la de fotógrafos que había. Cómo no voy a
estar contento. Uno trabaja todo el año. Para progresar. Nadie te regala nada.
O sólo lo que le sobra. Bien, Marcos, salió muy bien la foto. Impecable.
Nosotros en el barro del conurbano, con esas casitas a medio hacer, elogiando a
los limpiadores de baños y en Capital los universitarios marchando. Nadie se va
a enterar si eran muchos. La foto es la nuestra. Que ellos queden como vagos.
Los que no pueden leer textos y comprenderlos. Un golazo la frase de Esteban.
Matamos con esa. Ni que fuera profesor y escuchara lo que se dice en las salas
de maestros. Vagos, malentretenidos, díscolos, no estudian, los becan, nos
obligan a recibirlos, negros. Chochos van a estar los docentes. Aplazos ya,
universidades basta. Dejense de joder, que para trabajar en McDonalds no se
necesita. Se acabó la joda, que vayan a laburar. Fueron años negros. Se creían
dioses. Que podían hacer lo que querían, barril sin fondo. Que trabajen y los
felicitamos. Que muestren que se esfuerzan. Sin tanta paritaria. Que hagan las
casitas pero no derrochen en piletas. Que lleven documentos. No se puede
circular por cualquier lado, tiene razón la gente que reclama por seguridad.
Dicen que hay calles que tenés que cruzar de vereda para que no te afanen. En
el barrio nuestro no. Pero cuando salís de campaña tenés que llevar guardia. Lo
de las piletas fue un escándalo. Derroche, fiesta impaga, ahora se viene el
sacrificio. Querías zambullida para todos, ahora tenés celdita en la cárcel.
Ja, no te imaginabas querida. Dicen linchamiento. Puede ser: ejemplarizar. Que
no jodan. A Gerardo no le tiembla la mano. Ejecuta. No dejemos de mandarle
guita. Encarcelar, poner orden, pero repartir: que vean que nosotros también
tenemos buena voluntad. Con tiempo llegará la sequía, ahora momento de llamas
gordas. Evitar que la defiendan. No, querido, no son coimas. Inversión.
Entusiasmo para todos. Salir del melodrama. Mejor el folletín del gordo. O la
cueva: las montañas de verdes, lazarito contando. Hermoso. Con lo fácil que es
hacer depósitos electrónicos. Se creían que eran eternos. Ganamos en buena ley.
Con alegría y sinceridad. En Brasil salió más raro. Pero ya los felicitamos,
somos gente de bien. No discriminamos, hay quien es joven y puto, alguna
feminista y lesbiana, Buenos Aires ciudad gay friendly, una militante es pobre
y le da de comer a los pibes. Y están en el gobierno. Los que hacen las cosas
bien están con nosotros. Son los que no se dan ínfulas. Aceptan el lugar que
les tocó y son emprendedores ahí. Ínfulas: que poder político, que auto-organización,
que derechos de nuevo tipo. Merendero y a la cama. Refugio para minas golpeadas
y los tacones apuntando al techo de cristal. Si no hay alternativa, viejo. Que
el que vende tortas fritas y el que limpia los baños lo sepa. En realidad lo
sabe. Puede no gustarle mucho. Por eso, hay que sobarle el lomo. Bien, bien,
querido, qué lindo brilla el inodoro. Qué suerte que tenés, hacés un trabajo
útil, no sos un planero. Y si tu nieto tiene un promedio de diez en la escuela
te lo becamos en la universidad y ahí sí que estará por sus propios méritos y
no un derecho que si es general ya no tiene gracia. Mérito y esfuerzo,
entusiasmo y no melodrama. Todos: emprendedoristas, a full con la economía
creativa. Como vos, que hacés tortas fritas. Sos un emprendedor. Como los
viejos inmigrantes, tu abuelo, el mío. Reventaban en los conventillos y en las
fábricas, nadie les regalaba nada. No como los de ahora. Medio indios. ¡Cómo
brilla ese baño! Gracias, gracias, por el esfuerzo común. Y así es el trabajo
privado. No los estatales ñoquis. Otros que tienen ínfulas. Mi Dios, qué
difícil este país. Brasil tiene la suerte del evangelismo. Hay que insistir por
acá: mucho evangelio y respiración. Alejandro la tiene clara. Nuestro problema
es que nos gusta el melodrama, andar lloriqueando por ahí y viviendo en
conflictos. ¿O se olvidaron la voz de la otra, crispada y mandona, que sólo
hablaba de política? La grieta que hicieron, che. No tenían límites. Nosotros y
ellos. No sabían lo que querían: decían capitalismo serio pero la gente podía
vivir sin trabajar, de fiesta. Era mentira, simulacro, impostura. Como decían
muchos. Todo para que la maquinita de billetes funcione y la fiesta siga.
Capitalismo serio es el nuestro. La realidad. Cada uno en su lugar, las cosas
como son y a romperte el culo si querés otra cosa. Lindo el baño, ¿no? Pero acá
te quedó una manchita.
RELAMPAGOS. Ensayos crónicos para un instante de peligro.
Selección y producción de textos Negra Mala Testa y
La bola sin Manija. Para la APU.
Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento
Argentino de Fotógrafxs Independientes
Autoconvocadxs)
*María Pía López. Socióloga. Escritora. Docente. Investigadora
Comentarios
Publicar un comentario