Devoto-Palermo
Abril,
Emilio Lamarca y Nogoya
-
Buen día amigo
-
Buen día señor…. respondí
El
anciano de impecable traje azul, ascendió con gran dificultad…
-
¡ Caramba…me costó ! Estamos yendo a una
sesión de kinesiología chofer. French y Billinghurst, me haría usted el favor. Mi hija está programando éstas
cuestiones, me aseguró los resultados, hoy van tres veces a decir verdad.
Siento alguna mejoría, problemas de artrosis en la columna particularmente, los
años no vienen solos amigo, tengo 83 acá como me ve. En mi caso los huesos me
andan maltratando; que va ‘ser.
-
Todos cargamos nanas señor, tengo menos
años que usted pero esas cosas también me ocurren. El tema es la cabeza. Si eso
anda bien el resto lo vamos tolerando.
-
Lleva razón, afortunadamente me conservo
lúcido. Hace más de veinte años que me retiré. Al principio me costó pero seguí
con lo mío, puse una consultora con mi hija, que también es ingeniera, se puede
decir que nos ha ido bien, varios proyectos se presentaron y trabajamos con un
buen número de empresas; el estudio creció y por un tiempo estuve, ahora ella
se hizo cargo con su esposo, ingeniero también, en fin, está todo encaminado.
Mis preocupaciones pasan ahora por los achaques, esto tan inevitable, el paso
del tiempo, pero allá vamos. ¿Avenida San Martín, verdad?
-
Así va a ser señor, Díaz Vélez y luego agarramos
Billinghurst derecho.
-
Muy bien chofer, usted conduce, además
vamos con tiempo. Me gusta llegar a tiempo. En mis años el tema de la
puntualidad tenía que ver entre otras cosas con el respeto al tiempo del otro. Siempre
tuve predilección por lo exacto, los números, las estructuras, las cuestiones
puntuales, las medidas, será por eso que estudié para ingeniero, mi padre
también lo era, fui muy inducido por él, en fin, el destino habrá sido, vaya a
saber.
Mi
pasajero comenzó a hablar en ese semitono en que derivan los mayores al sostener
una charla cualquiera para de pronto irse por las ramas, y seguir charlando
como hablando consigo mismo, o que estuviera solo y lo que dice viene de un
sitio que en realidad son habitados por asuntos aún irresueltos, o soluciones
que deba llevar a cabo. El viejo carraspeó, cambió sus anteojos y abrió La
Nación, el cual lo ocultó de mi vista por varios minutos.
-
¿Ha visto amigo éste tema de los rehenes?
¡Caramba, inaudito! ¿Qué dice usted?
Un
asalto con rehenes en una estación de servicio de la ruta 3 ocupaba los
noticieros y los diarios. Tres pibes armados entraron y como lograron verlos alguien
llamó a la policía y no pudieron escapar. El líder tomó a una embarazada del
cuello y la mostró amenazando con volarle la cabeza al grito de ¡ Vayansé cobanis o los matamos a todos, nosotro’ estamo’ jugado’… hablo en serio la
concha e’ su madre !
La
imagen de la televisión, tenía una elocuencia que exasperaba, la mujer tomada
por el cuello lloraba con sus manos sobre el vientre, el muchacho de los rulos
y la remera de Boca le apuntaba a la cabeza con una 9 mm, gritando ¡Traigan un auto con tanque lleno y tómensela
… .tómensela o la mato boludo, la mato !
-
Desde temprano está ocurriendo, había
hecho dos o tres viajes, prendí la radio y al ratito nomás empezó la cosa, serían
las nueve o nueve y media. Si no paran la mano se va a poner difícil, además
está el tema de la droga. La droga pudrió todo señor, tengo casi 40 años acá arriba, fui asaltado
varias veces y antes, hasta uno podía negociar con el choro; me ocurrió en dos
oportunidades, uno me dejó los documentos cuando se los pedí y me dijo más o
menos adonde me iba a dejar el auto. Otro me dejó unas monedas para el colectivo.
Se negociaba, siempre fue fácil asaltar a un tachero, estamos solos, de
espaldas, somos muy vulnerables, pasa
que un tipo que chorea un taxi no tiene pelotas para un hecho más groso. No se
precisaba violentar la cosa, no sé amigo hoy matan por unas zapatillas, por un
celular, por cualquier cosa. Tengo que pensar que no están sabiendo que ocurre,
no pueden ser tan mala gente, no saben que están haciendo, ni el daño que
producen, nosotros pensamos que además no les importa, puede ser, le deben dar
a la vida de los demás el mismo valor que a la de ellos ¡ Cero ! digo, pienso
yo.
El
viejo apartó el diario y levantó la voz, mirándome fijamente.
-
La policía debe actuar, está claro que
no la dejan.
-
¿Por qué?
-
¿Tiene alguna duda de que esto favorece
a alguien? No se explica sino. La policía debe contar con legislación y apoyo
político deben dejarlos actuar. ¿Por qué no los dejan? Esos tipos son
irrecuperables ¿Cuánta gente debe morir para que accionen? ¡Por favor!...
Estaba
claro que el anciano apostaba, por una solución violenta en circunstancias
similares
-
La gente honrada de éste lado, y los malos
allá. Es elemental. Debemos premiar y
dar paz a los honestos, y perdóneme usted, cárcel y bala a éstas fieras.
Mi
pasajero se ponía nervioso, y yo iba por otro lado además, no era la idea.
-
¿Vio que hermosa mañana?, el otoño es la
estación que prefiero, todo adquiere un tono cobre maravilloso, los calores se
aplacan, el calor es bravísimo para el taxi,
calcúlele unos cuatro grados más acá adentro.
-
Comparto amigo el otoño es el tiempo perfecto
y es verdad, los colores se intensan y se desparraman, es como se relevan. El
verde deja su lugar lentamente al bronce, un color muy bello.
Había
logrado quitar al viejo de sus comentarios, que además no compartía, se trata
también de no pasar un mal rato. El trabajo del taxi consiste en respeto, buen
trato para las personas que necesitan trasladarse, por lo general rápidamente,
a bordo de un auto en buenas condiciones de limpieza y seguridad, y un
conductor a cargo que se esmere para que todo esto ocurra, nada más. Los
distintos vaivenes socio políticos de nuestro país han acercado a la actividad
a personas que provenientes de sitios muy diferentes no comprenden del todo y
es entonces, cuando algo se complica. Soy un viejo tachero y estaba concretando
un buen viaje. Devoto a Palermo es un muy buen trayecto, está bueno también
disfrutarlo, digo yo. El semáforo de
Tres Arroyos y Avenida San Martín nos detuvo y también a una impresionante
motocicleta colorada llena de cromados y tripulada por una pareja de jóvenes.
El chico vestido de negro con botas de tacón, el pelo rubio cortado a cepillo y grandes antiparras, aceleraba en
vacío, haciendo vibrar el pavimento. La morocha a sus espaldas tomaba a su
compañero de la cintura con firmeza. Tocada con una gran trenza hasta la
cintura, los jeans muy ceñidos terminaban igualmente en botas de tacón. Una
bolsa india color ocre, de la que se asomaban cuadernos y libros le cruzaba el pecho.
Ninguno llevaba casco. Un flash de sol iluminó la escena de repente dándole
mayor envergadura al momento. Hablaban a viva voz mientras el chico miraba
atentamente el semáforo. Cuando se puso verde la moto picó, desapareciendo en
el tránsito inmediatamente. El viejo se quitó los anteojos con un ademán y acercando
el rostro a la ventanilla algo murmuró que no escuché. Se lo notaba impresionado, de inmediato la
charla derivó hacia la moto y sus ocupantes.
-
¿Qué tal señor, maravilloso, no? Anduve
mucho tiempo en moto, me apasionan, ésa era una Harley 1000, una máquina
infernal, supe tener una allá por los años cincuenta….Marlon Brando…las
camperas negras de cuero…lindos tiempos …¿sabe ud.?... ésta moto…..
Y
el viejo se despachó largamente, con una serie de detalles técnicos (no
olvidemos que era ingeniero) que en realidad poco me interesaban pero que le
había cambiado el humor, sus ojos brillaban detrás de los anteojos de carey
azul. Algo se me ocurrió atando cabos tratando de aportar.
-
Amigo, cerca del lugar que vamos hay un
gran salón de motocicleta, mire que casualidad, a usted que le gustan.
-
No me diga, es la tercera vez que voy
por allí y no estaba enterado.
El
anciano sumamente interesado, inclinó su cuerpo hacia adelante
-
Debe ser porque usted baja en la
esquina, y esto está en la mitad de cuadra. Yo lo voy a bajar en la puerta.
-
Hágame ése favor compañero, se lo voy a
agradecer.
El
anciano apoyó nuevamente la espalda mientras se frotaba las manos sonriendo de
costado con sus finos labios, murmurando. Un buen momento lo habitaba y su
semblante mejoró notablemente. Me invitó cortésmente a apurarnos y mirando el
paisaje cruzó sus largas piernas lentamente en un gesto cotidiano. Crucé French
y me detuve en la mitad de cuadra, frente al local. Puse el freno de mano y
rápidamente bajé del auto para ayudar a mi pasajero, que con alguna dificultad
ya había puesto pié a tierra. La vidriera de enormes dimensiones nos invitó a acercarnos.
El viejo, de mi brazo, avanzó lentamente poniendo el rostro sobre el vidrio haciendo
visera con ambas manos. Nos pusimos a ver….Decenas de motocicletas de varios
colores dispuestas sobre taburetes en distintas posiciones, una gran vitrina
llena de cascos, guantes, anteojos, carterones, varias personas algunas del
tipo “ángeles del infierno”, recorrían el local extasiados, una gran
gigantografía de Elvis Presley, en blanco y negro, de campera de cuero con el
cuello levantado sentado en una Harley presidía el sitio. Si algo mas pudiera
ocurrir para cerrar un vendedor ponía en marcha una 750 haciendo temblar los
ventanales. Mi viejito extasiado retiró el rostro del vidrio, me tomó del brazo
y con voz trémula mirándome fijamente exclamó:
-
¡Amigo, diga …. Que lo parió !
Jorge
Entré
de hombre en un trabajo nuevo que me consiguiera el hermano de mi Padre, tío al
cual solo había visto dos o tres veces
hasta ese momento. Hube entonces pasar por esa requisa que toleran los novatos
en cualquier sitio. Era una oficina donde había unas quince personas, tres de
ellas mujeres. Me tocó un escritorio espacioso con un pequeño mueble de chapa
ubicado detrás de mí al que tuve que echarle un candado a mi cargo. Pronto me
enteré de lo poco que les interesaba a ellos lo malo o lo bueno que pasara.
Como ensimismados, sentados en sus escritorios, trabajaban con ahínco para
sacar su tarea lo más pronto posible y salir de allí, la mayoría sin saludar.
Una de las mujeres, crispado su rostro de continuo, se quedaba mirando a la
nada, aun cuando nadie quedaba en el recinto. Toda su ropa daba detalles de que
ahora, tendría unos diez kg menos. Los cuellos podrían albergar a más de uno, las
mangas cubrían casi la totalidad de sus manos, sus faldas o pantalones excedían
mínimo cuatro talles. Una tarde decidí enterarme, a poco que todos habían huido
del lugar me acerqué hasta su escritorio. No notó mi presencia sino hasta que
me puse frente a ella
-
Ahhh, perdón - balbuceó, y luego se levantó
-
¿Molesto?
-
No, me distraje, perdóname.
-
¿Tomamos café?
De
cuerpo entero su aspecto empeoraba. No levantaba la mirada del piso y el sol de
la tarde la obligó a ponerse unos anteojos enormes. Se los quitó en cuanto nos
sentamos y me miró como si tal cosa ocurriera por primera vez
-
¿Siempre estás tan triste? – Le pregunté
mientras abría sus ojos y el mozo llegaba con nuestro pedido.
Deborah,
que así se llamaba, empezó a hablar lentamente, como consigo. Cuando sintió que
yo estaba allí, apoyó su mano en la mía y el relato se hizo más fluido.
-
Mi esposo murió hace casi un año y no he
logrado superarlo, tengo tres hijos que también lo vieron morir.
-
¿Pero, como - alcancé a decir - murió
delante de todos?
-
Se suicidó delante de su familia
-
¿Pero por qué?
-
El caso es que estaba enfermo y nadie lo
sabía excepto él y los tres médicos que lo atendían a los cuales les pidió
encarecidamente que no nos dijeran nada, por lo menos hasta que el tratamiento
que había empezado lo hiciera mejorar en su condición. Los médicos callaron,
más allá de las cuestiones legales, y siguieron adelante. Ésa noche cenamos
pizza y cuando nos acostamos, los chicos vinieron al dormitorio, se sentaron en
el suelo a los pies de la cama a mirar la serie " Lost", que por
entonces veían todos. Apagamos las luces y dejamos solo el velador de mi lado.
Jorge sacó sus pastillas de la mesa de luz y las tomó con un vaso grande de
agua. Lo miré hasta que acabó el agua y volví a la serie. Me pasó el brazo por
detrás de la cabeza, y hablo, en voz muy baja…
-
Amor quiero decirte que me has hecho muy
feliz. Hicimos una hermosa familia, me acaban de ascender, y en un par de días
nos entregan el auto nuevo. La ampliación quedó perfecta. Tu Papá es un albañil
de los mejores. ¿Viste el quincho? Entran veinte personas. La parrilla, me
contó que nunca había hecho una tan grande. En fin, no se vos pero yo estoy
pasando el tramo más feliz de mi vida. Te digo más, ni que volviera a vivir
cuarenta años u otra vida sentiría otro momento como éste, nunca más, estoy
convencido. Dicho esto nos dimos un
largo beso, luego le acaricié el pelo. Me centré en la tele y a los cinco
minutos escucho un disparo, Jorge da un salto en la cama, suelta un revolver al
piso. Y los pibes ahí. Mandé a los chicos a lo de mi vieja, y a preguntarme
todo el tiempo, ¿Qué le pasó? La respuesta la tuve cuando levantaron el cuerpo.
Debajo de él había un sobre blanco, de
los alargados. No estaba cerrado y rezaba:
-
Mi
amor, como te dijera antes de irme no volveré a vivir algo como éste presente que
nos merecimos, así sean cien años o más
de los que viviera. Prefiero irme ahora. Cuando los chicos crezcan tratá de explicarles
y vos misma enterate qué me pasó. Puedo decir que me sentí inmensamente feliz,
como nunca en la vida y me maté, quería irme con alegría, con toda nuestra
familia cerca. Te amo, mi amor…Jorge.
-
¿Viste?
La sigo peleando por los chicos, pero es muy duro. Inexplicable. Se me ve
fatal, y lo estoy. Cuando todo acabó hablé con sus
médicos y me explicaron que les costaba horrores sacar a Jorge de una demencia
que quería manifestarse, y lo hizo de la peor manera. Jorge nos pidió reserva hasta
que éste nuevo tratamiento diera señales de mejorarlo. Te vamos a pedir que nos
permitas, hacerle la autopsia, quizá podamos enterarnos de algo más, me
recomendaron los médicos. Por supuesto que accedí. Jorge tenía serios
conflictos mentales. Ahora tenés todas
las respuestas. Solamente entre vos y yo.
Tras
la confesión y luego de pagar las cuentas salimos de la confitería en
direcciones opuestas…
Dos
Capuchas
Movilero
por un canal X …
Entrevista
a dos pibes, consabidos ladrones que operaban en la zona de Chacarita y
Colegiales, ambos con el rostro oculto detrás de una gruesa bufanda, y tocados
con grandes capuchas. Imposible detectarlos. Solo podían verse sus ojos...
El
periodista se soltó con una perorata que iba por el lado de la conveniencia de
ir por otros rumbos, dentro de la Ley, pensando además en sus familias, sus
hijos si los tuvieran, vivir sin el acecho contante de la Policía, ni mudarse
dos veces por semana, en el mejor de los casos, y siendo una suerte de blanco
móvil corriendo peligros de muerte a la vuelta de cualquier esquina,
Cerró
diciendo
-
Díganme chicos: ¿No es mejor trabajar
como toda la gente común, los laburantes?
Los
dos adolescentes, lo miraban fijamente sin pestañear
- Con
toda honestidad les digo, ¿No es mejor laburar que andar todo el día por ahí,
vagueando?
El
del buzo negro, se levantó de un salto
-
¿Qué decís gil de mierda, yo no ando todo
el día boludeando, yo laburo, que te pasa?
-
Ah sí
¿y de qué laburás?
-
¡¡ Yo soy chorro!! igual que vos…
INAPROPIADAS
REFLECCIONES"- (solo para gente básica)
Claramente
estamos en el centro de un enorme cambio Mundial. Hay un discurso, sospecho,
acordado y conveniente, referido a la Unión de las personas, al perdón a los
que nos han ofendido, en ocasiones gravemente, sobre todo en este País. En mi
opinión No es posible ni nunca lo ha sido la igualdad, la hermandad de los
Pueblos, la bondad, o bajar el dinero del primer lugar. Las guerras, las
enormes matanzas siempre es la opción para destruir al otro. La obtención del
Poder siempre se dirimió en combates, masacres, guerras interminables, estas
últimas suelen ser ETERNAS, cuando la religión está en juego.
El
futuro es ilusorio, también la Piedad del hombre, con solo recordar (y sigue ocurriendo)
aquel niño boca abajo muerto en una playa donde lo arrojó la marea cuando sus padres
decidieron huir (emigrar, vivir). Me cago en los responsables del pibe y de las
Naciones del Primer Mundo que han creado batallones de gente de mierda concebidos
para detener a los desesperados que flotando aun milagrosamente habían armado
una "embarcación" con neumáticos amarrados entre sí. Y uno de los
peores hizo fabricar un muro en la frontera para no permitir el ingreso de
gente que quería dejar de ser invisible. Y la franja de Gaza, y los indeseables
que tienen acceso al botón, y el inversor descastado, carente siquiera de un
escrúpulo que compra máquinas impensadas que te talan cualquier árbol en menos
de sesenta segundos, atentando sin despeinarse, contra el ecosistema. ¿Qué opinan en Wall Street? ¿En qué pensarán
los ingenieros que diseñan nuevas armas infalibles, perfectas, de esas que no
pueden fallar, o los científicos que elaboran ignotos virus cada vez más
mortales e invencibles?
Precisaría
de un tiempo que no tengo y que me enferma enumerar las maldades IRREVERSIBLES,
responsabilidad de los hombres que de por si se les pasó, y que están a cargo
del Planeta.
Del
lado BUENO de las cosas, para resumir: EL
ARTE. Los hombres reclutados para morir, los que escapan y lo logran, las
MADRES, LOS NIÑOS MUERTOS DE INANICIÓN, LOS ANCIANOS QUE ESTÁN SOLOS y esperan morir.
La muerte denigrante para los peores ASESINOS DE LA HISTORIA, y alguno más
de mis afectos más queridos, Amadeo CARRIZO, EL DIEGO, LA VOZ DE ELVIS. Y los
que mueren solo por decir que NO (J. LARRALDE) Una mención para los suicidas y
para los que pensaban diferente y murieron por eso.
¿Escéptico,
pesimista, negativo? ... sí claro. Una vez lo perdí todo mientras el sistema
contra el que peleaba con todas mis fuerzas se hacía más fuerte. Hay quien
entrega su vida, se inmola. One more time
(Una vez más).
En
contra de la tendencia, por lo menos Occidental, donde intentan reflotar
cuestiones pretéritas y marcadamente posibles hay un discurso del NO odio, la
otra mejilla, la tolerancia. En mi
caso AMO CON TODOS MIS SENTIDOS
INVOLUCRADOS Y CON LA MISMA INTENSIDAD ODIO. Imposible dejar pasar un hecho
que te cuesta la salud y produce un quiebre en tu familia SIN RETORNO. A ESA PERSONA SE LA DEBE ODIAR CON TODAS
LAS FUERZAS QUE LE QUEDAN A UNA PERSONA DEVASTADA POR AQUÉL QUE ES INDUCIDO A PERDONAR.
No es así para mí. Será para gente con más recursos, más formada, con otra
educación. Andá a disculpar al
asesino de un hijo, o de un maldito que viola a una niña, a su cargo además. ¿Qué
mierda me están pidiendo, malditos ASESINOS?
¿Qué odiar enferma? Bueno banco, pero esa larva NO VOLVERÁ A VIOLAR A NADIE
y va a maldecir haber nacido…
Lenguas
antiguas
Comencé a soslayar
al Griego y al Latín, dos lenguas antiguas perennes, madres de otras lenguas
posteriores, pero en aquel tiempo, para mí, inoperantes, y desde mi lugar,
salvo en cuestiones académicas a las que no me interesaba arribar. Estaba ahí
por otra cosa. Ocurría también un disparador que resolvió cuestiones de cierre
con el tema: Mariano GRONDONA, reconocido golpista, reaccionario y muy cercano
a lo fáctico mlas utilizaba con una frecuencia poco común. Este miserable
formaba un rubro con un felpudo anglófilo, anti-patria y con conexiones castrenses,
en un momento donde la milicada había tomado como de su propiedad la vida de la
Población. Ejercía un gran poder en los medios y creo recordar que en un tramo
era el ÚNICO PROGRAMA "político" al aire. Otros se caían en muy poco tiempo al intentar
competir con Neustadt y el faccioso de Grondona, cuya actividad académica era,
profesor ( ¡ atención ! ) de derecho CONSTITUCIONAL EN LA UBA, ÉL, QUE ERA UN
FACCIOSO CONFESO. Por eso en éste País, en cualquier calle de Bs As vemos, con
indiferencia y naturalidad, como los árboles mean a los perros. A ESTA
REPUGNANTE DUPLA, no se la perdía ningún ciudadano golpista, al igual que las cúpulas militares asistentes a TIEMPO
NUEVO, intentando explicar lo que NO es posible explicar, como el Poder y las
conductas castrenses, tan presentes, en los tiempos a los que hago referencia.
A ésta INMUNDICIA al aire, recuerdo, se avino Magneto y alguno de los cómplices,
cuando la apropiación de PAPEL PRENSA, a la que Neustadt, calificaba de Gesta
histórica, y un cambio de 360°, en la comunicación a la Sociedad.
Dolorosamente hube
de escuchar cuando ésta larva cómplice le preguntó a un MAGNETO sano y joven,
aún libre de su cáncer, si aspiraba a ser Presidente de la Nación, a lo que el
aludido respondió: De ninguna manera… PUESTO MENOR. Luego me reconcilié con el
Griego y el Latín, que mezclo muy de vez en cuando, pecando de erudito desenado
darle un poco de volumen a mis pocas y veraces opiniones en textos intrascendentes.
¿El DISPARADOR? Sí claro,
uno de los más lúcidos cerebros:
Alejandro DOLINA.
Me olvidaba. Una
vuelta Neustadt hubo de operarse, ¿Saben quién condujo Tiempo Nuevo, mientras tanto?...
Carlos MENEM
Vivaldi
Un buen amigo de
aquellos años, tomando café en el Finlander, me contó una historia que entre
otras cosas derrumbó dos o tres intuiciones que sostuve por mucho tiempo.
Entre ellas,
aquello de que para cualquier asunto de un perfil acaso intelectual con el que
uno puede toparse se debe contar con una inteligencia formal y básica. Pascual,
que así se llamaba mi amigo, continuó:
-
Tengo una empleada jujeña, Ramona,
que está conmigo desde que llegó de su provincia, hace más de una década. Con
el tiempo y hasta aquí, solo cambió de estado civil. Por lo demás, sigue siendo
una bendición haberla encontrado. Su sensibilidad, bonhomía y honestidad, son
muy difíciles de encontrar en las personas por estos días. Anteayer completé mi
matinal rutina diaria y me fui al laburo. Una hora después llegaría ella para que
yo encontrase al regreso todo de punta en blanco. Se encarga de todo, y al irse,
me deja una vianda con la cena, encargue que ya estaba acordado. Yo como todas
las semanas lo mismo, cada día igual, además semana tras semana una cantidad de
medicación con sus respectivos horarios. Luego del accidente, me he vuelto más
previsor. Jamás vuelvo antes de las ocho de la noche, el martes fue un día de
mierda. Venían a la oficina a firmar un contrato que había olvidado en mi caja
fuerte, de manera que cuando me di cuenta hube de volver a casa a alta
velocidad. Serían las tres de la tarde. Había dejado el audio prendido, se
escuchaba Vivaldi en ese momento, al abrir la puerta el volumen estaba muy alto.
Fui hasta el dormitorio y abrí la caja fuerte retirando la carpeta azul. Llamé
a Ramona, que acaso por la música no me había escuchado, Viste Raúl, mi casa
tiene mucho recovecos… Ramona… Ramona… la llamé un par de veces. En el living
no estaba, tampoco en el estudio, ni en el baño, tampoco en el lavadero. La
encontré en el cuartito de la limpieza, debajo de la escalera, lloraba amargamente,
sentada en un banquito con sus manos entre sus muslos. Me miró con los ojos
llenos de lágrimas, hipando… ¿Dios mío Ramona que te pasó? ¿Por qué llorás? … Me
arrodillé frente a ella y la tomé de las manos. Ramona contame. Me miró a los
ojos, hizo una pausa…
-
Por la música – dijo -
*Eduardo De Vincenzi
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