Sin
duda, El capital de Costa-Gavras viene a contestar la pregunta que
muchos de nosotros nos hacemos cada día, cada vez que nos enfrentamos a un finiquito
de la empresa, a la falta de acceder a una buena educación o sanidad, a unas
vacaciones dignas: ¿cuándo perdimos nuestra vida?, una pregunta que muchos
se afanan por contestar de forma privada, individual, llegando al único puerto
posible con esta vía: la frustración, la autoflagelación y la pérdida de la
fuerza necesaria para continuar en esta vida, que no es otra cosa que una lucha
sin cuartel. En cambio, si nuestra óptica cambia, si abrazamos la causa de
nuestro vecino, de nuestra compañera, del resto de miembros de la plantilla de
nuestras empresas, si pasamos de una posición individual a colectiva, y
definimos quiénes son ELLOS y quiénes somos NOSOTROS, nos daremos cuenta de que
la resignación o la frustración no son los únicos relatos posibles, que hay
alternativas, que tenemos la capacidad de cambiarlo todo, de superar la
precariedad y el miedo al futuro. Siendo el sostén de nuestras sociedades, el
trabajador no tiene más importancia para sus empleadores que la máquina o la
oficina donde este trabaja; siendo el centro de producción de la riqueza
social, los empleados quedan relegados socialmente a la marginalidad, a un
segundo plano. Sin embargo, la historia no vive sentada, no es estática; para
acabar con este dolor de rodillas que tiene nuestra sociedad de tanto agacharse
ante burgueses y superricos, la historia nos dice que debemos coger fuerza para
ese salto que hará de la mayoría social, sus trabajadores, el nuevo centro de
decisión, poder y gestión de la riqueza que nosotros producimos, que nosotros
transportamos, diseñamos y vendemos. (https://lamayoria.online/2019/08/27/el-capital-costa-gavras/)
Parte
1: https://vimeo.com/82860278
Parte
2: https://vimeo.com/83446120
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