Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 41 LOS HABILITADORES DE LA EVASIÓN por Alejandro Marcó del Pont
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de Origen: Sitio El Tábano Economista
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Evasión
de impuestos, fuga de capitales, flujos financieros ilícitos transfronterizos,
y una amplia gama de actividades ilegales son facilitadas por una red global de
paraísos fiscales y el central secreto financiero. Para que esto funcione de
manera coordenada se requiere de una gran infraestructura de intermediarios o
‘habilitadores’, que incluye:
Instituciones
financieras: bancos comerciales, bancos de inversión, casas de bolsa,
compañías fiduciarias. Los grandes bancos privados mundiales están particularmente
involucrados. El HSBC quizás sea el más resonado facilitador de evasión en este
rubro; de él se desprenden, de acuerdo con Swiss Leaks, unas 100 mil cuentas no
declaradas de todo el mundo, donde se encontraban 4.000 personas y sociedades
argentinas hasta 2.059 ciudadanos griegos, conocidos mundialmente como la lista
de Lagarde.
Asesores fiscales:
abogados fiscales y bufetes de abogados, contadores, firmas de auditoría. De
aquí se desprenden quizás algunas de las más resonantes y no tan conocidas estafas
fiscales: Panamá Papers, INA Paper, Football Leaks, Swiss Leaks y los
antiguos LuxLeaks, unas 350 empresas que hicieron 548 acuerdo
fiscales confidenciales encabezadas por el gigante de auditoría mundial
PriceWaterhouseCoopers (PWC).
La
estafa se tornó global cuando el Consorcio Internacional de Periodistas de
Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) publicó nuevos documentos (16
declaraciones fiscales de empresas estadunidenses) extraídos de PWC y que
involucraron a las otras grandes consultorías mundiales: Deloitte, KPMG y Ernst
& Young.
Cuando
se supo que Pepsi, Ikea, Disney, Amazon, Fiat, JP Morgan, Deutsche Bank… eran
algunas de las multinacionales que habían pactado convenciones fiscales con el
gobierno de Luxemburgo para obtener reducciones de impuestos cercanas a cero de
sus ganancias reportadas en el Gran Ducado, se puso la mira en los dos lados de
la moneda. En Luxemburgo, por una lado, y en las cuatro grandes firmas
contables, por otro.
Los
acuerdos fiscales secretos con el Ducado que evitaban impuesto a una exagerada
cantidad de multinacionales fueron negociados y consensuados con el Primer
Ministro Jean-Claude Juncker, quien, a la postre, como dijimos en el anterior
escrito, pasó a encabezar la presidencia de la Comisión Europea,
íntimamente relacionada con el seguimiento, impulso y promulgación de muchas de
las controvertidas políticas fiscales.
Lo
que se manifestó, aunque no de forma detalla, fue la sociedad existente entre
políticos, lobistas y grupos consultivos, en general relacionados con la
Comisión Europea y las cuatro grandes firmas de auditoría, que fomentaron una
refinada estrategia para controlar a nivel mundial el negocio de la asesoría
contable y tributaria, mientras realizan auditorías internas en la mayoría de
las empresas.
La
estrategia de las cuatro grandes firmas, en colaboración con Comisión Europea
consta en tres sectores, a saber: asociación de lobbies, grupos consultivos y
puertas giratorias.
Asociaciones
de lobbies. Las Cuatro Grandes tienen puestos de liderazgo en varias
asociaciones de grupos de presión que intentan influir en las respuestas
políticas de la UE destinadas a la elusión de impuestos. La European
Business Initiative on Taxation (Iniciativa Empresarial Europea sobre
Fiscalidad) está dirigida por PWC.
El
European Contact Group es una agrupación “informal” de las cuatro grandes
empresas, creada inicialmente a petición de la Comisión Europea. Accountancy
Europe es la federación de profesionales de la auditoría, con un consejo
repleto de figuras de las Cuatro Grandes.
Los
grupos consultivos. Los grupos consultivos de la Comisión Europea tienen un
historial en el que el sector de la elusión fiscal ha sido invitado a dar
consejos sobre cómo poner fin a la elusión fiscal. Por ejemplo, el Foro Común
de Precios de Transferencia ha estado dominado por grandes empresas de
auditoría e instituciones financieras. La Plataforma para la Buena Gobernanza
Fiscal, creada para ayudar a aplicar los planes de la UE para hacer frente a la
elusión fiscal, también ha sido criticada por estar dominada por los elusores
del impuesto de sociedades y sus asesores.
Las
puertas giratorias forman parte central de su estrategia. Las cuatro
grandes han establecido una cultura y han fomentado el ingreso de altos
funcionarios de la UE a su personal, normalizando la puerta giratoria como uso
común entre la Comisión Europea y las grandes consultoras. Los ejemplos van de
un lado al otro. El ex Comisionado de Finanzas Jonathan Hill se ha convertido
en asesor principal de Deloitte. Otros ejemplos van desde funcionarios de la
Dirección de Hacienda de la Comisión Europea procedentes de Deloitte, o de
cualquiera de ellas, y la inversa, de director de política fiscal a director
fiscal de Deloitte, o funcionarios de la Dirección de Finanzas que arriban procedentes
de cualquiera de las grandes consultoras.
Las
Cuatro Grandes son grupos de presión muy fuertes y tienen un rol muy influyente
incluida la Iniciativa empresarial europea sobre fiscalidad y el Grupo de
contacto europeo, que intentan influir en las respuestas de la política de la
UE a la evasión fiscal, a grado tal que las Cuatro Grandes reciben de la
Comisión Europea diez millones de euros cada año para estudios y evaluaciones
de impacto que luego se utilizan para respaldar las decisiones políticas,
incluso en el campo de la política fiscal. Esto significa que se paga a los
mayores facilitadores de la elusión fiscal por los estudios que sirven de base
para la elaboración de leyes relacionadas con la elusión fiscal.
Cuando
no están influyendo en las leyes que podrían importunar su negocio, o cobrando
para recolectar información que lo faciliten, se oponen si algunos trasnochados
se le ocurre implementar iniciativas en sentido contrario. La UE elevó una
propuesta denominada “Public Country by Country Reporting”, una especie de
informes públicos, país por país que requeriría a corporaciones informar
públicamente sus ganancias en todos los países en los que operan para evitar el
uso de lagunas para transferir las ganancias a paraísos fiscales. Ante la Propuesta
de la Comisión, las Cuatro Grandes presionaron fuertemente para impedir que la
publicación de la información sea obligatoria. EY (Ernest &Young) incluso
dijo que “la información era comercialmente sensible”.
En
2002 New
Economics Foundation publicó un informe acerca de cómo comenzaban a
amasar poder las grandes asesorías contables, en ese momento las Cinco Grandes,
ya que incluía a Arthur Andersen, quien desapareciera ese mismo año por el
escándalo Enron. En ese momento ya controlaban a nivel mundial el negocio de la
asesoría contable y tributaria. Para finales de siglo las cinco generaban más
de 65 mil millones de dólares en ingresos, tenían una planta de empleados de
más de medio millón de personas, estaban en más de 140 países y asesoraban a
las empresas más grandes del mundo.
Como
bien dice el artículo de N. Oliva, “Las
cuatro fábricas de la evasión mundial”, en pocas décadas se convirtieron en
juez y parte del negocio de la auditoría; se cristalizaron como los auditores
internos y, al mismo tiempo, eran asesores contables y tributarios de los
mismos clientes, volviendo el conflicto de intereses cada vez más evidente.
Dieciocho
años después todo se encuentra peor. Un
nuevo informe sobre la opacidad de las cuatro empresas reflota el
debate sobre su poder. Hoy se encuentran en 186 jurisdicciones alrededor del
mundo y tiene 82 oficinas en 43 de los 53 territorios considerados paraísos
fiscales o regímenes secretos. Además, para el año 2016, trabajaban más de 800
mil empleados, de los cuales la mayoría lo hacía en Luxemburgo, Islas Caimán y
las Bermudas.
Hoy
generan un ingreso anual de U$S 127MM, de los cuales un 36% se genera por
actividades de auditoría, 41% por servicios de asesoría y el 23% por asesoría
tributaria. Teniendo en cuenta toda la evidencia de la fuerza que las firmas de
contabilidad como Deloitte, EY, KPMG y PWC desempeñan como asesoras para sacar
provecho de la evasión fiscal corporativa, es sorprendente que sigan siendo
tratadas como socias objetivas y legítimas en los círculos políticos.
Latinoamérica
tiene un gran problema en cuanto a la evasión, fuga y blanqueo de sus
capitales. El 27% de su riqueza se encuentra registrada en paraísos fiscales y
es la campeona mundial del ocultamiento de riquezas; de hecho, al menos dos
presidentes, Mauricio Macri y Lenin Moreno, se encuentran en Panamá Papers uno
y en el INA Papers el otro.
Según
la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima
que entre 2004 y 2013 se fugo de la región un valor acumulado de 765 mil
millones de dólares (1,8% del PIB regional). Esta fuga se dio en el mejor
momento latinoamericano, no en el retroceso económico de América Latina, donde
solo en los tres primeros años del gobierno de Cambiemos (2016-2018) se fugaron
U$S 60.000 millones, los U$S 51.000 del gráfico 1 más remesas y utilidades.
Bancos,
bolsa , auditorías contables y la planificación fiscal como negocio,
en sí mismo, nunca se habría consolidado sin una compleja arquitectura
financiera y un aceitado engranaje, cuya reina son las cuatro grandes
consultoras en materia fiscal.
*Alejandro Marcó del Pont, Licenciado en Economía de la UNLP. Autor y editor del sitio especializado en temas económicos El Tábano Economista, columnista radial, analista.
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