Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 40 Surgimientos y resurgimientos del Movimiento Nacional y Popular.. Ensayo … por Antonio Diez, El Mayolero
Fuente: Sitio El Fusilado
I
Sin
irnos demasiado atrás en nuestra historia, luego del derrocamiento de Rosas,
unos 35 años después, surge la primera manifestación de un movimiento de masas
que aún perdura, bajo distintos rótulos. Su primera reivindicación, puerta de
entrada para los cambios que la sociedad requería, fue materializada con el
Voto Secreto en 1912, fue la que llevó a la Unión Cívica Radical al
Gobierno en 1916, donde comenzó la disputa por el poder. (Ya sabemos que el
poder es fruto de una secular disputa entre "el poder" formal, el que
la Constitución describe, y lo que llamamos "el poder fáctico" o sea aquel
que no se ve formalmente pero todos sabemos que existe). Cuando el poder
popular se constituye en poder formal, comienza la pugna, que no es ni más ni
menos que un conflicto de intereses sobre cómo se distribuye "la
torta". Torta que está en su mayor porción en manos de los poderes
fácticos, que obviamente no la quieren largar por nada. Y entonces comienza a
hacer notar su presencia de formas más o menos sutiles según se presente la
ocasión. Al margen de "medidas extraordinarias" como golpes de estado
por parte de las FFAA, una de las tácticas habituales es la cooptación de
dirigentes de ese Movimiento Nacional y Popular. Así, a la conducción de
Hipólito Yrigoyen, surgió una tendencia dentro del mismo Radicalismo, el
"Antipersonalismo", al cual me referí acá,
dándose así el caso de que fueran dos fórmulas Radicales las que se enfrentaran
en las elecciones nacionales de 1928. Como parte de la táctica, los poderes
fácticos, una vez encontrado el candidato apto para trabajar desde adentro,
proceden a desactivar a las restantes fuerzas políticas que puedan restar o
dividir el voto opositor, sumándolas a "su" propio candidato, a los
efectos de tratar de hacer que los poderes formales, coincidan con los poderes
fácticos. El daño ya está hecho, el Movimiento Nacional y Popular, comienza a
alejarse de su simbiosis pueblo-gobierno, y pasará mucho tiempo para que esa
sinergia se vuelva a producir. Así la UCR lenta e imperceptiblemente a la
muerte de su líder, fue sufriendo un fenómeno que se llamó
"Alvearización" que no es otro que su paso de Movimiento a Partido
Político, perdiendo así su esencia de cambio, impulsado por una clase
media que el mismo movimiento había creado, y que ya iba olvidando sus miserias
pasadas. No obstante, ese fenómeno no melló el sentimiento popular, que al no
encontrar en la UCR quien la interpretara, nutrió otro fenómeno, que encontró
otros carriles, y así en 1945 nutrió un renacimiento del Nacionalismo Popular.
El para algunos, aún incomprensible fenómeno, del Peronismo. ¡Y vuelta la burra
al pasto! Otra vez a empezar de nuevo. El Peronismo (o Justicialismo) también
es un Movimiento, y en cuanto movimiento, tiene las mismas virtudes y defectos
de todo movimiento. Los movimientos de por sí son amplios y abarcativos; un
amplio paraguas bajo el cual en épocas de mal tiempo se cobijan sectores de la
sociedad que suelen tener intereses disímiles, que pasado el chaparrón
comienzan a mostrar sus diferencias. Pero los movimientos cambian la historia,
aunque para gobernar necesitan algo más apto y ágil. Por eso esas simbiosis
entre movimiento y partido que desconcierta a los poco avisados. El Peronismo
como continuación histórica de Movimiento Nacional y Popular también ha
padecido (y padece) los mismos problemas que el Radicalismo.
II
Para
fines del a década del '30 y principios del los '40 el Partido Radical se había
subsumido en lo que se llamó la "Concordancia" junto a sus históricos
enemigos los Conservadores que a través del "fraude patriótico" en
1937, habían impuesto la fórmula presidencial integrada por el Dr. Roberto M.
Ortiz, radical (antipersonalista) y el Dr. Ramón S. Castillo, conservador,
sobre la formula integrada por Marcelo T. Alvear-Enrique Mosca. Alvear esperaba
pacientemente la decadencia de la concordancia, y tenía esperanzas en que Ortiz
sanearía un poco el desembozado y brutal fraude, para llegar a la presidencia,
pero, Ortiz por razones de salud debió tomarse largas licencias en su cargo, y
finalmente falleció en 1942. Ambos, Alvear y Ortiz fallecerían en 1942. Ni
Alvear tuvo su segunda oportunidad, ni Ortiz pudo "sanear" aquel
régimen fraudulento y entreguista subordinado totalmente a los intereses
Británicos desde el Tratado Roca-Runciman de 1934. La Unión Cívica Radical como
movimiento nacional y popular había entregado sus banderas. Unos pocos
Radicales refugiados en aquella maravillosa usina de ideas (hoy le llamarían
"think tank") que fuera FORJA (Frente Orientador Radical de la Joven
Argentina) mantenía las brasitas de aquel fuego sagrado. Jauretche, Scalabrini
Ortiz, Manzi, Dellepiane, con la terquedad de aquellos que están convencidos de
su pensamiento, formaban cuadros, "avivaban zonzos", y luchaban por
un futuro que no sabían cuándo, pero confiaban que llegaría. Dentro de la UCR
(partido) también se empezaban a oír voces discordantes con la conducción
anquilosada y cooptada. Tímidamente se armaba lo que fuera el MIR (Movimiento
de Intransigencia y Renovación) Moises Lebensohn, Crisólogo Larralde, Ricardo
Balbín, Arturo Frondizi, Oscar Alende eran nombres que desde la Juventud
Radical comenzaban a presagiar nuevos aires.
Pero
estas cosas se manejaban dentro del limitado ámbito partidario. Mientras tanto
el Pueblo, miraba desde afuera el festín de unos pocos, sin encontrar quien lo
interpretara en sus necesidades como lo había hecho el Yrigoyenismo, cuando el
Radicalismo era Movimiento y no Partido. La 2ª Guerra mundial transcurría, y
"aliadófilos" contra "germanófilos" distraían a la opinión
pública de nuestra propia situación interna, tal como unos cuantos años
después, el conflicto entre oriente y occidente obraría como elemento de
distracción de nuestros y acuciantes conflictos internos. Pero lo real es
que el Movimiento Nacional y Popular, a la muerte de Yrigoyen quedó huérfano
del aglutinante necesario para disputar el poder, ya fuera el formal, o el
real. La cooptación de la dirigencia había dado resultado. Las fórmulas
Presidenciales eran proclamadas por la Cámara de Comercio Argentino-Británica
donde residía el poder real, y luego impuestas por el "fraude
patriótico". Así ocurrió en 1942, siendo ese el lugar desde donde
Robustiano Patrón Costas, Senador Nacional por la Provincia de Salta lanzó su candidatura,
como seis años antes lo habían hecho Ortiz y Castillo. Tanta desvergüenza colmó
la paciencia de las FFAA, que el 4 de junio de 1943, derrocaron el gobierno de
Ramón Castillo, y se abrió una nueva página, de un libro que aún seguimos
escribiendo.
III
Los
poderes fácticos, (o sus pensadores) siempre cometen el mismo error, y siempre
los lleva al mismo punto de partida. No conciben la existencia de los
Movimientos Populares, y de ahí llegan a la errónea conclusión de que estos
movimientos dependen exclusivamente de personas a las que llaman
"caudillos", y que desaparecido el caudillo, el movimiento
desaparece. "Muerto el perro, se acabó la rabia", y ahí es cuando le
yerran medio a medio. Los caudillos existen, es cierto y se verifica a lo largo
de la historia, pero existen como consecuencia de un estado de cosas y no al
revés. Son los Movimientos los que generan a sus cabezas. Cuando por una u otra
circunstancia la cabeza desaparece, puede que el movimiento tarde un tiempo en
encontrar quien lo represente, pero lo encuentra. Y allí aparece de nuevo el
fenómeno inexplicable, para el cual el "marketing" no tiene
explicación posible. Pese a todo, el movimiento reaparece. Esa construcción que
viene de abajo hacia arriba es incomprensible para los que tienen imbuido en su
pensamiento el funcionamiento empresarial, donde se construye de arriba hacia
abajo de la pirámide. No vale el Golpe de Estado, hecho en función de esa
mentalidad, de que la cosa se construyó desde el Poder del Estado, no vale el
fraude y la cooptación de dirigentes (como cuando una empresa tienta al Gerente
exitoso de su competidora con un mejor sueldo). No valen los bombardeos, las
proscripciones, y en una escalada de violencia horrorosa, tampoco vale el
genocidio. (Hay un dicho popular que no repetiré acá pero que comienza
diciendo: "Es inútil empujar, etc. etc.). Y esto también debe
interpretarse en clave de Pensamiento Nacional. Muchas mentes colonizadas por
el pensamiento europeizante han pretendido, y siguen pretendiendo interpretar
estos fenómenos de masas, traspolando experiencias de otros pueblos, etnias o
naciones. Y contribuyen voluntaria o involuntariamente a agregar elementos de
confusión al tema. Aquí en América Latina somos así, y esta es nuestra
realidad, y cualquier análisis que no comience por admitir la realidad,
inevitablemente terminará siendo desechado. El Movimiento Nacional y Popular
inexorablemente reaparecerá, como reaparece una mancha de aceite en una pared.
Usted la rasquetea, la pinta, y cree que ya está. Pasa un tiempo, y la mancha
reaparece, porque los ladrillos que están ocultos bajo el revoque, el enduído y
la pintura, tienen ya el aceite incorporado.
Scalabrini Ortiz, el 17 de octubre de 1945, lo describe así:
Fuente:
Raúl Scalabrini Ortiz, Tierra sin nada, tierra de profetas, Buenos Aires,
Plus Ultra, 1973, pág. 55.
“Corría el mes de octubre de 1945.
El sol caía a plomo sobre la Plaza de Mayo, cuando inesperadamente enormes
columnas de obreros comenzaron a llegar. Venían con su traje de fajina, porque
acudían directamente desde sus fábricas y talleres. (...) Frente a mis
ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con
las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pringues, de resto de
brea, de grasas y de aceites. Llegaban cantando y vociferando unidos en una
sola fe (…) Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad (...) Era el
subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la nación que
asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto
(...) Éramos briznas de multitud y el alma de todos nos redimía. Presentía que
la historia estaba pasando junto a nosotros y nos acariciaba suavemente como la
brisa fresca del río. Lo que yo había soñado e intuido durante muchos años,
estaba allí, presente, corpóreo, tenso, multifacetado, pero único en el
espíritu conjunto. Eran los hombres que están solos y esperan que
iniciaban sus tareas de reivindicación. El espíritu de la tierra estaba
presente como nunca creí verlo.”
Desde la otra vereda, Crisólogo Larralde, por entonces un joven abogado Radical
de extracción muy humilde, de los fundadores del MIR (Movimiento de
Intransigencia y Liberación) hacía esta lectura de los sucesos del 17 de
Octubre:
Asistimos a la condenación de las
manifestaciones populares del 17 y 18 de octubre; observamos que diarios,
gremios, instituciones y partidos se empeñan en demostrar que los manifestantes
no fueron el pueblo ni los obreros auténticos. El ciudadano que escribe este
artículo, hijo de una inmigrante que trabajó como sirvienta y de un obrero que
perdió hace 8 años su vida mientras conducía un carro, declara que en esa
multitud que desfilo encontró gente del pueblo. El autor de este artículo se
encontró a sí mismo en los niños de zapatillas rotas y mal vestidos; en muchos
casos o en todos los que fueron tildados de descamisados. Él también conoció,
con sus 5 hermanos, el hacinamiento de una sola habitación y la promiscuidad de
los inquilinatos; supo que es carecer de medias, ropas, botines y -alguna vez-
comenzó sus estudios secundarios poniéndose los pantalones largos de su padre,
un saco rehecho por su madre, camisa y sombrero usados, provistos por algún
generoso vecino.
El 17 de octubre salió el pueblo a
la calle y produjo un acto de adhesión al coronel Perón. Creyó que las llamadas
conquistas sociales corrían peligro de desaparecer y afirmó su derecho a
mantenerlas, vivando al coronel Perón. En este apellido la gente joven ve al
realizador de un programa social. El pueblo habló, gritó, desfiló, realizó agresiones,
llenó de inscripciones las paredes, dijo lo que le parecía justo.
...................................................................................................................................................
El pueblo había encontrado quien lo interpretara. Y como el agua de un torrente
que vence a un obstáculo que se le interponía, salió a buscar su cauce natural.
IV
Producidos
los acontecimientos del 17 de Octubre de 1945, en que el Movimiento salió a la
luz, había que implementar la forma de institucionalizar el asunto, para que
aquello dejara de ser una pueblada (sin connotaciones peyorativas, por favor)
para encuadrarse en un instrumento electoral apto para enfrentar la coyuntura
electoral prevista para el 24 de Febrero de 1946. Porque no solo se trata de
interpretar voluntades y sentimientos, sino que también hay que transformarlas
en votos, y como dice un amigo, a los votos hay que juntarlos, y además
contarlos...
Comenzó
así la génesis del Partido Peronista, que en un principio no fue así, si no un
frente electoral, adonde el Partido Laborista de Cipriano Reyes, confluyó con
parte del Radicalismo, parte del Socialismo, Conservadores Populares y otras
fuerzas menores, algunos comunistas incluidos, que brindaron la adecuada
cobertura territorial. Por si alguno se horroriza, recordemos que el
"Tío" Cámpora venía del conservadorismo, y que en 1973, Perón retornó
bajo la Presidencia de Cámpora, y la Vicepresidencia de Vicente Solano Lima,
Conservador Popular. Que Perón tuvo su primer Vice Presidente en Hortensio
Quijano, Radical, que el padre del "Bebe" Cooke también era radical,
que entre sus Ministros hubo Socialistas como Borlenghi y Bramuglia (en
Interior y Relaciones Exteriores ¡qué tal!). Ministros Radicales y
Conservadores de origen también integraron ese gabinete. Hace un tiempo (5
años atrás) escribí:
http://elblogdelfusilado.blogspot.com.ar/2010/03/del-arte-de-legislar-y-del-arte-de_26.html
como
parte de una serie de posteos sobre la diferencia entre Legislar y Ejecutar
sobre el tema. Perón no "inventó" las leyes laborales; muchas de
ellas ya existían, pero el Ejecutivo Nacional no las aplicaba, y ahí está la
diferencia. Contaba también con algo que había dejado Yrigoyen, la clase media.
El Radicalismo Yrigoyenista "creó" por así decirlo a la clase media,
de la que se nutren los cuadros de carrera e intermedios de la Administración
Pública. No solo la creó sino que le dio conciencia de clase, lo que le trajo
no pocos dolores de cabeza a los poderes fácticos que se vieron obligados a
armar un entrampado mediático, para desactivarla transformándola en
"mediopelo". Es conveniente recordar la nota de Mario Rappaport que
está en:
http://elblogdelfusilado.blogspot.com.ar/2010/04/un-deja-vu-los-proyectos-economicos-de.html
para
recordar cuál era el "Proyecto" Yrigoyenista, ya que a veces parece
que su gobierno se limitó a la Semana Trágica y la represión de las Huelgas en
la Patagonia... Perón ya tenía los cuadros necesarios para gobernar, sin el
concurso de los cuales hubiera sido imposible cumplir con las expectativas del
Movimiento Nacional que lo había erigido en Conductor de sus expectativas. Entonces,
como en 1928 con Melo-Gallo bajo la experta batuta del Embajador Inglés, se
agrupó todo el espectro partidario tradicional, se volvió a repetir la receta,
esta vez dirigidos por el Embajador de los EEUU, Spruille Braden. Había
terminado la 2ª Guerra Mundial, el León Británico comenzaba su declinación, y
el cipayaje vernáculo se apresuró a cambiar de collar para seguir siendo perro.
Cualquier parecido con situaciones actuales NO es casualidad. Convendría que
algunos recordaran que en las dos ocasiones anteriores fracasaron con esa
estrategia...
V
El
primer peronismo, a la hora de respaldar su acción de gobierno, se respaldó en
el sindicalismo (la columna vertebral...), priorizando su capacidad de
movilización por sobre una movilización popular con base más amplia. Así al
irse burocratizando el sindicalismo y su dirigencia, resultó que sobre el fin
de su ciclo no tenía un movimiento de masas que lo respaldara. Al fallar el
puntal principal, el resto del peronismo no atinó a reaccionar y los poderes
facticos encontraron la brecha para recuperar el gobierno. Una característica
de aquellos tiempos era la poca participación juvenil en el Movimiento Nacional
y Popular. Tal vez esa burocratización del movimiento, ya más en función de
gobierno, descuidó la formación de cuadros, o por ahí no era el momento aún.
Como quiera que sea, el Peronismo en el poder gubernamental, sacó a la luz y
consideración pensadores e intelectuales del Movimiento, que habían permanecido
fuera de la consideración de los que precisamente debían ser sus destinatarios.
Esto traería consecuencias posteriores, ya que a raíz de los cambios que se
daban en el mundo, amanecían otras formas de pensar. Los ecos de los movimientos
de descolonización, Vietnam, la Revolución Cubana, Mayo del '68 llegaban, si
bien atenuados por las agencias internacionales de noticias, no podían ocultar
la participación de una nueva generación en ese hervidero. Perón, relevado de
las responsabilidades de gobierno, también lo entendía así y consecuentemente
filosofaba sobre el tema acentuando su aliento a la participación juvenil. La
conducción formal del Movimiento continuaba con su impronta burocrática
heredada de la época anterior, y esto trajo una lucha entre la nueva generación
que reclamaba su lugar, ya fuera en los sindicatos, o en las organizaciones de
base. Ya no era un movimiento instintivo, era un movimiento que leía, que
discutía, que aprendía y a la vez enseñaba. Fueron épocas de introspección, al
margen de los tejes y manejes electorales a los que obligaba la proscripción
del Peronismo. Finalmente, tal como Roque Sáenz Peña en 1912 ante Yrigoyen, el
poder fáctico debió capitular ante Perón en 1973, permitiendo así que el
Peronismo volviera a ganar las elecciones, tal como en 1946, con una
construcción frentista, donde como dije antes, el Frejuli llevó a una fórmula
integrada por un Peronista de neta raíz conservadora, Hector J. Cámpora (el
"Tío") y un Conservador Popular, Vicente Solano Lima. Estamos
acostumbrados a asociar a los Conservadores colectivamente al liberalismo
económico, pero, dentro del conservadorismo existieron vertientes
nacionalistas, y tampoco hay que olvidar que los grandes instrumentos estatales
del control de la Economía (como la Junta nacional de Granos, la de Carnes y
otros similares) fueron obra de los Gobiernos conservadores de la década del
'30. De este lado venía Cámpora, y unos cuantos Ministros de los primeros
Gabinetes del Peronismo.
VI
Luego
del triunfo de la "Libertadora", con la aplicación de la violencia
contra el pueblo (bombardeo a Plaza de Mayo, previo, pero dentro del mismo
contexto, como para ir adelantando como iba a ser la cosa. Tal como la acción
de la Triple A en los '70 ). Los fusilamientos del 9 de Junio de 1956,
http://elblogdelfusilado.blogspot.com.ar/2012/06/un-9-de-junio-de-2004.html
y
la represión en muchos lugares a cargo de los "Comandos Civiles Revolucionarios",
y las FFAA y de Seguridad, dieron la pauta de que los poderes facticos
nuevamente habían ocupado el poder Gubernamental. Comenzó entonces el período
de la "Resistencia" donde se empezó a clarificar quien era cada
quien. Dirigentes sindicales como Andrés Framini, Armando Cabo y otros
comenzaron a vertebrar una lucha que duró unos 20 años. El Movimiento Nacional
y Popular debió entonces aprehender tácticas casi olvidadas de las épocas de
Yrigoyen y Além, allá por 1890. Pero siguió en el alma del pueblo. Yo recuerdo
claramente que en las casas de mis amigos peronistas, siempre estaban en algún
lugar discreto las fotos de Perón y Evita. El Movimiento había encontrado
su caudillo, y no lo olvidaba ni lo olvidaría. Parecía que el fuego estaba
apagado, pero en cada casa se conservaban algunas brasitas, a veces
cuidadosamente cubiertas con ceniza, pero prestas a levantar llama ni bien se
le arrimaran unas leñitas secas. También entre las filas de los que no adherían
(adheríamos) al Peronismo como expresión del movimiento, pero que estábamos del
mismo lado de la grieta, se daba un proceso de decantación. Cuando la Dictadura
llamó a elecciones para 1957, y 1958 (Constituyentes y Elecciones Generales) se
produjo la escisión de la UCR. Ya había pasado a la historia la conducción
Alvearista que luego del fracaso de la Unión Democrática en 1946, había sido
desplazada de la conducción del Partido por el MIR. Los relictos del Alvearismo
conservaban la minoría, pero ya la conducción había pasado a otras manos. Si
vemos la "Declaración de Avellaneda" de 1945 en:
http://www.leopoldomoreau.com.ar/pdf/Declaracion_Avellaneda.pdf
y
el Programa de Avellaneda de 1948 vemos que se revela una corriente dentro del
Radicalismo que reivindica sus orígenes. Lamentablemente llegaron tarde; ya el
pueblo había encontrado su conductor. De 1946 a 1955 se produjo una simbiosis
entre Radicalismo y antiperonismo que lo alejó definitivamente de sus orígenes Nacionales
y Populares para transformarse en la expresión ideológica y política del medio
pelo. Parte del Radicalismo prestó sus hombres a los cuadros de la Revolución
Libertadora, y en 1957 la situación llegó a la división entre la UCRP y UCRI.
No es el motivo de esta serie ahondar sobre estos avatares, sí, el de
desmadejar las idas y vueltas de un Movimiento que por la fuerza de las armas
había perdido a su caudillo. Sin embargo, la campaña electoral de 1958 produjo
un acercamiento entre el Peronisno y el Radicalismo Intransigente por aquel tan
meneado "Pacto" Peron-Frondizi. Este acercamiento se dio a nivel de
bases donde comenzamos a compartir (experiencia personal de mis 16/17 años) las
humildes actividades del comité reservadas a los que andábamos arrimándonos a
la política "espiando por la rendija de la puerta" con dirigentes
peronistas de base, a los que empezamos a escuchar con atención. Allí tal vez
se empezaron a gestar relaciones y amistades que a lo largo de los años a
todos, de un lado y otro, nos hicieron comprender que habíamos sido objeto de
una manipulación para mantenernos divididos. Que ese error en que habían caído
nuestros padres, no debíamos cometerlo nosotros.
VII
Con
el peronismo proscripto, y el Partido Militar funcionado a pleno, se entró en
una etapa de "democracia" ficticia, tutelada por el poder fáctico, e
instrumentada por las FFAA que obedientemente, sacaban los tanques a las
calles, cada vez que a sus mandantes les resultaba necesario. El periodismo no
necesitaba crear zozobra. El recuerdo del bombardeo a Plaza de Mayo y los
fusilamientos del 9 de Jnio de 1956, pesaba en el "ciudadano de a
pié". No obstante, por los resquicios de esa democracia tutelada, la
Resistencia Peronista se iba vertebrando. Y por otra parte, la reglamentación
del art. 28 del decreto-ley de Educación de la Revolución Libertadora:
http://es.wikipedia.org/wiki/Laica_o_libre
desató
un clima de discusión en que la juventud, (no ya la universitaria solamente)
arrancó una etapa que aún se siente, aunque se hayan olvidado sus orígenes, de
participación no solo activa, sino en foros de discusión. También por esos
resquicios se comenzaron a colar las obras de Scalabrini Ortiz, Jauretche,
Hernández Arregui, Abelardo Ramos, Milicíades Peña, José María Rosa, que nos
ayudaban a comprender que había una distinta forma de ver las cosas por fuera
de la historia y el relato que los poderes nos habían impuesto. El sindicalismo
también hacía su introspección. A raíz de un "congreso normalizador"
se forman las "62 organizaciones":
http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-96289-2007-12-17.html
Entre
otros aparecen por primera vez dos líderes sindicales, aún muy pichones, pero
que tendrían gran protagonismo en los 20 años siguientes. Agustín Tosco y José
Ignacio Rucci. Con su líder ausente (por ausencia forzosa) el Movimiento
Nacional comenzaba a reestructurarse. En 1962/1963, el Partido Militar
evidenció una importante fisura, que se trasuntó en la llamada "Guerra de
Azules y Colorados" que con mayor o menos intensidad duró desde septiembre
de 1962 hasta Abril de 1963, guerra cuidadosamente "borrada" de la
historia, de la que fui involuntario protagonista como soldado conscripto:
http://elblogdelfusilado.blogspot.com.ar/2013/04/un-2-de-abril.html
Ya
entonces, el Movimiento Nacional había finalmente encontrado un común
denominador. Se debilitaba el Partido Militar, y entonces, el retorno de Perón,
comenzó a ser un objetivo cada vez mas cercano, pero que atravesaba
diagonalmente a muchos sectores (especialmente los mas jóvenes) que se fueron
movilizando en ese sentido, aún los que no veníamos del Peronismo, pero que
reivindicando nuestra pertenencia al Movimiento Nacional desde el primigenio
Radicalismo de Yrigoyen, reconocíamos en el peronismo su continuación bajo
otras circunstancias históricas.
VIII
Era
obvio: desde el triunfo de la Revolución Cubana, y luego la derrota de Vietnam
en los EEUU, la juventud comenzó a mirar con simpatía a los movimientos
armados. Ambas derrotas parecieron mostrar que algunas cosas eran posibles. La
fallida experiencia del Che Guevara en Bolivia, por otra parte hizo pensar que
no era tan fácil traspolar experiencias de otros pueblos. Había una diferencia
de fondo; nosotros atesorábamos la experiencia de un Movimiento Nacional y
Popular, que había demostrado acabadamente que no solo por la vía armada se
hacían revoluciones. Y eso trajo no pocas discusiones internas, sobre todo en
el momento en que se recuperó el poder estatal el 25 de Mayo de 1973. La gente
mas comprometida con la Resistencia Peronista depuso las armas, (Montoneros)
considerando que el objetivo se había alcanzado. Sin embargo, la fracción mas
radicalizada continuó la lucha armada y el ERP marchó a la selva tucumana. La
derecha peronista y la burocracia sindical estaban aterradas por aquel avance
que parecía imparable de aquello que venía a "subvertir" su cómoda
existencia de "gerentes" de otra empresa como dije en la parte III de
esta serie. Y se desató la furia y la violencia. No resulta extraño que las
principales víctimas de aquellos diez años de 1973 a 1983 fueran menores de 35
años. Los poderes fácticos habían detectado a su enemigo principal, y mandaron
proceder en consecuencia. Pero, aquel horror fue retemplando los ánimos. Fueron
las Madres de Plaza de Mayo que pacientemente, sobreponiéndose al dolor de la
incertidumbre de la suerte corrida por sus hijos, mantuvieron las brasitas...
El despropósito de la Guerra de Malvinas, aceleró el derrumbe de la Dictadura,
y el Movimiento Nacional renació con mas fuerzas aún. Un Raúl Alfonsín contra
viento y marea, levantó el estandarte Yrigoyenista, pese a que sus principales
oponentes provenían de su propio partido, pero destapó las brasitas, y les fue
arrimando astillas hasta reavivar el fuego. El viejo Caudillo había muerto, y
sobraban herederos al abrirse el juicio sucesorio, por lo que entra las peleas
de los presuntos herederos, y el raleo producido por la represión en los
cuadros medios, no pudo reaccionar. "Participar" se puso de moda, y
era "bien visto" afiliarse a algún partido Político. Los poderes
fácticos parecían en retirada, y les "sacaron la escalera" a los
Golpes Militares. No obstante, consiguieron (por la fuerza) algunos logros con
el levantamiento de Semana Santa. Al margen de lo que podamos analizar sobre la
actitud de Raúl Alfonsín, hay una imagen que para mi es determinante. El
Presidente de la Nación, en el balcón de la Casa Rosada, flanqueado en esa
grave circunstancia por Antonio Cafiero, principal dirigente de la fuerza de
oposición a su gobierno, marcó la pauta de que la dirigencia política había
aprendido de la experiencia vivida. El Movimiento Nacional y Popular se había
puesto en marcha, y los poderes fácticos se verían obligados a emplear otro
tipo de tácticas si no querían perder el poder.
IX
La
recuperación de la Democracia en 1983, trajo como dijimos un renacer de la
participación política. Tranquilizado el ambiente "finoli" por el
triunfo Radical, que demostró que al Peronismo se le podían ganar elecciones
Era un resurgir del Movimiento Nacional, esta vez en manos Radicales, ya
que Raúl Alfonsín, ya superada su etapa de gorilismo acérrimo (los que lo
conocimos como Diputado Provincial, allá por 1960/62, recordamos muy bien
aquella faceta), había seguramente ganado experiencia, (como cualquier persona
medianamente inteligente, va modificando sus pensamientos de acuerdo al
contexto en que los tiene aplicar), y recuperaba banderas Yrigoyenistas. El
peronismo, muy golpeado durante la Dictadura, había perdido muchos de sus
cuadros mas lúcidos y pensantes, en sus cuadros sindicales, políticos,
estudiantiles y de base y barrio. Sus cuadros dirigentes eran los mismos de
1976, mientras que en el Radicalismo se había producido una renovación.
Comoquiera que fuera, se empezó a mover de nuevo el engranaje de la
participación popular, y eso prendió luces de alarma entre los poderes
fácticos. Impedidos de usar las desprestigiadas FFAA para sus objetivos,
debieron apelar a otros resortes de su poder para hacerse notar y marcar la
cancha. El primero y fundamental; desprestigiar la política. Habida cuenta que
salvo el breve interregno de Grinspun en el Ministerio de Economía, los
resortes fundamentales seguían en manos de los mismos equipos que venían de
1976 y la Escuela de Chicago. (Es interesante ver como los funcionarios de
tercera y cuarta línea de los tiempos de Martínez de Hoz, reaparecen tiempo
después, ya en democracia, en las primeras líneas de la conducción económica).
Lógicamente las políticas económicas que aplicaron eran las mismas, y con las
mismas consecuencias, y el poder político era el que recibía las cachetadas.
Ergo: los políticos no pueden arreglar nada, aquí hay que saber administrar y
nada más.
Los
golpes de mercado, y el trabajo diario de la "prensa independiente",
actuaban de consuno, enfriando aquel peligroso entusiasmo del '83/'84. Mientras
tanto el Movimiento Nacional andaba huérfano. Muerto su caudillo, los
capitanejos se disputaban la herencia. Rescato aquí dentro del Peronismo, la
lucidez histórica de Don Antonio Cafiero, que no tuvo mayor suerte en tratar de
impulsar la Renovación. Y entró a jugar otra técnica empresarial; buscar al
Gerente exitoso de nuestro competidor, estudiarlo bien en sus puntos débiles,
darle trascendencia, ayudarlo a crecer, y tentarlo con una oferta "que no
podría rechazar". Así como Federico Pinedo (el abuelo) lo
"convenció" a Alvear de levantar la abstención del Radicalismo en la
década del '30, iniciando así una lenta pero segura destrucción del Radicalismo
que aún continúa como ya dijimos, apareció Carlos Menem, para cumplir el
mismo destino para el Peronismo. Ya dijimos que son persistentes en el error.
El Movimiento Nacional no es algo que dependa del que lo dirige. No es una
empresa comercial o industrial, que al morir su fundador puede extinguirse. El
Movimiento es un colectivo que "produce" sus propios conductores, aun
a pesar de que haya momentos o tiempos en que parezca haber perdido el rumbo.
Las brasitas se mantienen bajo la capa de ceniza, y la foto de Perón y Evita
como inspiración siguen estando en muchas casas.
X
Las
condiciones a que fueron llevando a la sociedad, tanto el menemismo, bien en su
papel de destructor del Movimiento desde adentro, como otrora lo había hecho
Alvear, trajeron un resurgimiento de la base, "del subsuelo de la
patria" diría Scalabrini. Había que empezar a levantar los heridos que el
sistema iba dejando en las banquinas. Aparecieron comedores, roperitos, se
comenzaron a vertebrar organizaciones de desocupados, apareció el piquete como
respuesta espontánea de un pueblo que buscaba un destino mejor, porque ya sabía
que se había podido antes. Obviamente que en esas reuniones y trabajos
comunitarios, se hablaba de política, pero en la mayoría de la sociedad se
había implantado el desaliento. El trabajo de destrucción de la voluntad
popular iba dando resultado. Hasta que el 2001 se pudrió todo. En un hecho
inédito en nuestra Historia, en una situación de crisis, ya no aparecieron las
FFAA para "poner orden". (Siempre nos enseñaron en Historia Argentina
aquel 20 de Junio de 1820, "el día de los tres Gobernadores", como
algo condenable: bueno, tuvimos la "Semana de los Cinco
Presidentes"). Como quiera que sea, aún a los tumbos, la civilidad
demostró que era capaz de arreglarse. Aún con 39 muertos en la calle... La
salida (forzada por algunos hechos de violencia, donde fueron víctimas miembros
de esas organizaciones de base que se habían ido constituyendo para paliar la
situación) finalmente se dio en 2003.
Convengamos,
(parafraseando a Eduardo Sacheri) que por el flaco nadie daba ni dos pesos. En
realidad lo poco que sabíamos, era que gobernaba Santa Cruz, que tenía una
pinta bastante alejada del estereotipo del "político". Más la
conocíamos a ella, a Cristina por su labor en el Congreso Nacional, que a él.
Tratando de conservar alguna carta en la manga, los poderes lo "bajaron"
a Menem de la segunda vuelta, tratando de que ese 22% de votos de Kirchner no
se transformara en un aluvión imparable, y lo pudieran domesticar. Pero de
pronto, el pueblo empezó a ver como venía la mano; el tipo resultó más duro que
gallo al horno a la hora de resistir las presiones del poder. Y poquito a poco
demostró con hechos que no había dejado las convicciones en la puerta de la
Casa Rosada. Y a cada intento de presión respondía con la misma firmeza. Y así
de a poco el Movimiento Nacional encontró un nuevo conductor, que de yapa venía
con un valor agregado. Ya no era uno, eran dos... A la muerte de Néstor,
algunos pensaron que otra vez el Movimiento quedaba acéfalo, y fieles a su
pensamiento, creyeron que podrían volver a recuperar las porciones de poder que
habían perdido. Una vez más pecaron de soberbia, el pueblo había encontrado su
rumbo. Todo esto trajo un reavivamiento de los sectores juveniles, que ya sin
tanta presión de andar levantando a los heridos que el sistema tiraba en las
banquinas, entraron firmemente en la tan condenada "política",
movilizando, estudiando, discutiendo, y por qué no, asumiendo responsabilidades
en todos los órdenes de la Administración Pública, con la "prepotencia del
trabajo". El Movimiento Nacional y Popular, aquel que esbozaran Alem e
Yrigoyen, que luego retomara Perón, y ahora, tal como estamos, ha demostrado
que independientemente de quienes designe como sus "caudillos", no se
puede detener. Ya es hora de que algunos vayan tomando nota.
*Antonio Diez (El Mayolero), Periodista, Escritor, Ensayista, columnista del programa Voces Cooperativas, autor del libro Formación y Transformación del Sujeto Agrario, ex candidato a Intendente de Tres Arroyos por el Partido Intransigente
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