Revista Nos Disparan desde el Campanario REVELACIÓN DE LA ENERGÍA DE LA VERDAD… Por Enrique Juan Box

 

 

Open Sky by Zdzislaw Beksinski

 

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Comienzo considerando que quienes lean este texto, ya tengan conciencia de que todo nuestro entorno está arquitectado y manipulado por un poder que actúa desde las sombras; que no se ve, porque prefiere no mostrar su rostro para que creamos que no existe y las culpas se repartan en otros.

Es de esperar que algunas omisiones en pos de lo sintético, detonen debates que justifiquen ampliaciones necesarias. En esta oportunidad la idea es hacer una introducción, a un tema en el que lo extenso conspiraría contra su lectura.

Esa dominación a la que me referí al comienzo, para establecerse, ha pasado por diversos estados, desde el bélico, el religioso, el esclavizante, el financiero corruptor y ahora el tecnológico, con el del conocimiento del control de las masas, como enlace de los recursos que empleara en cada momento, más las herramientas de la comunicación, como factor regulador.

El monopolio del conocimiento, fue siempre el método por el cual condujeron los rebaños de alguna manera sometidos, las elites ilustradas preferían manejar a los reyes, en vez de serlo. La monarquía era una pretensión menor para los que manejan el poder. Los poderosos de verdad, no necesitan dinero. El dinero, es la zanahoria para los inferiores.

Paradójicamente, en este mundo tecnológico donde hoy el conocimiento está al alcance de muchísima gente, nos encontramos con (tal vez) la humanidad más desinteresada en él.

Podríamos escarbar en las profundidades escabrosas de la mente humana para explicarlo, pero no. No es por allí. El poder planifica por décadas y más, con todas las jugadas alternativas para cubrir cada imponderable, como en el ajedrez. Por esta condición y en esta instancia que nos toca vivir, el poder recurre a un viejo aliado: "el factor distractivo".

Las grandes usinas del entretenimiento, antes Hollywood, hoy Netflix, sumadas a las redes, contribuyen a la creación de las sensaciones sociales convenientes. Suelo decir que Hollywood sirvió para hacerte creer que ellos son los buenos, los Simpson para que las perversiones norteamericanas te parezcan divertidas y Netflix, para saciar tu percepción contestataria, autoconsumiéndola.

Sin duda, este escenario tiene como principal componente, la fragilidad emocional provocada por la incertidumbre y la angustia, por la "amenaza de" o directamente por la miseria misma. Con menores o mayores urgencias, a la humanidad se la condujo a la reducción de los interrogantes principales, como método de dominación sutil.

Hemos sido encaminados a sustituir las ancestrales preguntas existenciales de la humanidad (¿quién soy? ¿De dónde vengo? ¿hacia dónde voy? ¿Por qué y para qué?) por una única pregunta de carácter práctico doméstico: "¿cómo hago para ganar dinero?". Conservando el "donde" de los planteos, solo para localizar la meta (el dinero) y no a uno mismo y reemplazando el "por qué y para qué" por el "cómo". Y no es que esté mal ganar dinero (*).

A esto lo consiguen también con el recurso de sustituir y devaluar afirmaciones esenciales tales como el "To be or not to be" y el "pienso, luego existo". Pero ¿Quién quiere "ser"? en tiempos en que el "tener" es socialmente hablando, muchísimo más importante... Y quién quiere perder el tiempo en "pensar", siendo que ya está todo escrito en internet...

Para la mirada práctica, es inconcebible la referencia cosmobiológica, aún cuando no estamos conectados vitalmente a las cosas y sí al cosmos. Ya para el criterio práctico que persigue el dinero como meta, la verdad (entre otras cosas) es un obstáculo sobre el que hay que pasar con cínica resignación solemne, como si se tratara de un peaje a la felicidad que sencillamente, hay que pagar.

El engaño, la simulación, la deformación, son pautas válidas para el "fashion-móbili". Inclusive cuando esa mentira o simulación sea autodestructiva. Por ejemplo: gente que restringe su alimentación para comprar ropa de marca, mostrar los accesorios que la tendencia demanda, cambiar de auto, etc, etc, etc. Para aparentar tenencias más allá de lo visible, que hagan ruido y aniden en el imaginario del circunstancial impresionado. Aunque estén minando su propia salud.

Esta desconexión de los sentidos, relegados por las apetencias, nos va sepultando en una artificialidad degradante de difícil retorno para el que no se percate. La verdad es que todos, aunque no lo notemos... vibramos en afinada sintonía con la energía, como ya vamos a comprobar.

Ahora ¿qué es la energía? la podemos ir descubriendo por principios físicos, por ejemplo: El frío es falta de calor, pero el calor no es la falta de frío. No se trata de un juego de palabras, sucede que el calor es resultante de energía, el frío no. Del mismo modo, el silencio es la falta de sonido, pero no al revés, porque es el sonido lo resultante de una energía aplicada. También la oscuridad es la falta de luz, pero la luz no es falta de oscuridad. La quietud es la falta de movimiento y ya entendemos, que es por falta de la energía que imprima el movimiento.

Así también podemos inferir que la tristeza es la falta de amor, pero el amor no es la falta de tristeza y así descubrimos al amor, como una energía brillante y la principal evidencia, de que existe una energía inteligente. Así como hay vida no inteligente y vida inteligente, también hay energía inteligente.

Entendiendo que hay energía inteligente, podremos encontrar explicaciones teológicas, si preferimos esa arista. Pero la idea es descubrir qué tiene que ver, la energía con la verdad y cómo la verdad simple y pura, nos puede resultar la principal revelación.

Pues bien, aquí va: los seres humanos no estamos preparados para mentir, porque somos el resultado de la verdad, no hay una sola célula mentirosa en nosotros y cuando la hay, es cáncer. Inclusive nuestra salud depende de la sintonía afinada entre nosotros mismos y con el entorno proyectando al universo (o poliverso), por esto, cuando mentimos, nuestro cuerpo sufre una pérdida de energía y se estresa.

No es chiste... justamente es ese estrés, el que el polígrafo capta cuando una persona miente. El polígrafo no capta la verdad (porque eso ya somos nosotros) capta la mentira cuando nuestra energía se debilita. Por esto la mentira (como cualquier otra des-sintonía) tarde o temprano enferma.

Por lo expuesto, podemos volver al punto de la concepción física: lo falso carece de autenticidad, pero lo auténtico no carece de falsedad, ergo, la energía es la autenticidad.

Y esto es algo que no hay cómo eludir, no existe forma ni existirá. Como el cristal templado: sus moléculas están en tensión armónica, pero si una sola se suelta de la otra, todo se rompe indefectiblemente en miles de pequeños pedazos.

Esta pérdida del vínculo con la energía inteligente superior, póngale Dios quien prefiera, no es nueva ni casual. Las religiones monoteístas tomaron la precaución de asumir el monopolio de Dios, interrumpiendo el contacto natural, denigrando cualquier intento de aproximación al llamarlo "oscuro", "magia negra" o "sexto sentido", amputando uno de nuestros SEIS sentidos: el sentido de la percepción, aplanado por la educación dirigida a formar funcionales, a costa de frustraciones que le cuestan muy caras a humanidad.

Lo cierto es que Dios está para todos nosotros, así como sale el sol, como el fruto asoma en el árbol, como el agua cae del cielo, sin cualquier costo, porque vivir es gratis. Solo este sistema con billetes que dicen creer en Dios (por lo tanto su religión es el mercado) ha arancelado los frutos, el agua y hasta ha impuesto el diezmo, prostituyendo hasta lo más sagrado.

Jesús expulsó a los mercaderes del templo y en venganza, ellos se apoderaron de la religión y así nos gobiernan.

A esta altura del partido... algunos se estarán preguntando si estoy proponiendo una salida individual, pero si consiguen hilar un poco más fino, notarán que parte del éxito de esta disciplina de la autenticidad, reside en resintonizar a la mayor parte de la población, para formar una gran cúpula de energía vinculada. Mucha gente practica las cadenas de oración, que como su nombre indica, son lineales, mientras que esta propuesta es en red.

De este estado de comunión con la autenticidad, alcanzado por muchas personas, devienen naturalmente otras cuestiones imprescindibles para la integridad de la red, como la justicia, la solidaridad y la evolución de la especie con el motor del relegado bien común.

Esta concepción, no ha prosperado porque no reditúa nada material, no otorga poder porque no tiene preceptores y porque en vez de dominar, libera. Así de simple, quien consigue alcanzar el estado de autenticidad no necesita ponerse ninguna etiqueta, no hay que enrolarse en ningún movimiento ni cumplir cualquier ritual, el orden poliversal sencillamente lo identifica e integra, no hay monjes ni preceptores. Quien alcanza el estado queda integrado, así de sencillo. Y quien lo pierda se pierde sin trámite, por lógica consecuencia.

Nadie es dueño de nadie y nadie lucra con nadie.

 


Enrique Juan Box. Radiodifusión y producción de medios. 

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