Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 41 LA IRA DIVINA por Horacio Pili

 

John Martín y su visión sobre la ira divina

 

Rodolfo Kusch afirmó que el hombre occidental ha construido el miedo a la ira del hombre en reemplazo de la ira divina. Ese miedo se traduce en buena conducta y trabajo. Si se lo lee detenidamente es el más acabado concepto INDIVIDUALISTA – PATRONAL.  Así se dedica a hacer cosas y objetos, conducta que lo llevo a construir ciudades donde recrea la naturaleza. Se ha preocupado y ocupado de nutrirse de las más diversas defensas para guarecerse de los avatares de la naturaleza creada por Dios.  Es decir, Dios creo el mundo y los hombres crearon las ciudades.

Hemos votado días pasado y los resultados dan una peligrosa tendencia o giro a la derecha, en sintonía con lo que pasa en varios países del mundo.- Es evidente que la sociedad Argentina tiene una matriz cultural que por el momento,  no le permite ver lo peligrosísimo que es darle posibilidades de gobierno a un sector,  que no reconoce derechos, que tiene como objetivo la tasa de ganancia más allá de los medios y que hace de la exclusión la columna vertebral de su existencia. Obviamente, que estos objetivos no se logran sin un estado represivo, que  ante el más mínimo reclamo, no duda en responder con feroz y contundente represión.-

La humanidad tiene una gran historia, pero se ha encargado a lo largo de toda su existencia de crear una historia pequeña, donde lo que se podría denominar sublime sucumbe ante lo cotidiano o lo anecdótico.

Y es precisamente en la observación de lo cotidiano donde se puede comprobar, en tanto nos comportamos como individuos o comunidad.-

Días pasados en pleno centro de Tres Arroyos un no vidente solicitaba ayuda para poder cruzar la arteria más transitada de la ciudad.  El tono de su voz era elevado por lo que nadie pudo aducir no escucharlo.-  Tomado de mi hombro caminamos unos cuantos metros, los suficientes para poder intercambiar opiniones, habida cuenta que junto a su agradecimiento,  me hacía referencia de lo insolidaria de la población, que no solo carecía de empatía por la persona, sino que tampoco era capaz de teñir su raído recipiente de plástico, con algún billete que le ayude a su sobrevivir, por cierto limitadísimo.

Seguramente alguien con conocimiento del tema,  nos podría ilustrar sobre el ser y el estar.- Quede a modo planteo para poder adentrarnos en el tema. 

Pero la conducta individual, el famoso “ser alguien” ha ganado desde lo cultural, y acá esta lo grave. No es concebible desde ningún punto de vista la indiferencia, la frialdad, la distancia que nos ponemos unos a otros.-

Estamos convencidos de nuestros esfuerzos como si hubiésemos nacido autosuficientes,  no toleramos un asistido sin reciprocidad laboral. Nos surge un espíritu de amo – esclavo, no obstante ser un dependiente más,  o un independiente con ingresos medios,  que lo siguen ubicando entre la población con insatisfacciones de todo tipo.-  ¿Por qué forma de ver y ser, opinamos en contra del menesteroso,  sin tomarnos o darnos el tiempo de analizar el porqué de su situación?

La misma es así y así queda, por lo tanto desde un reduccionismo simplón, se lanza el ataque despiadado, profundizando el canal que separa al pueblo entre si.-

No podemos olvidar de mirarnos el ombligo, para poder reflexionar,  que antes hubo un cordón umbilical y por lo tanto una madre. Si existió tal madre hubo un padre, por lo tanto familia y a su vez comunidad. El hecho biológico del nacimiento, no nos  libera de ser seres humanos dentro de una comunidad siendo interdependientes.-

En él mientras tanto observan la escena los satisfechos de toda satisfacción, disfrutando del ariete con que hace siglos golpearon al pueblo.-  Nada les preocupa. Saben que la matriz cultural por ahora está a resguardo y que los vientos del mundo les inflan las velas, los que le permite disfrutar del viaje hacia el puerto, donde las arcas llenas están cada vez más llenas.-  No les interesa tampoco si el viento calma. Tienen un buen número de remeros que harán que el viaje continúe.

Ante su olvido o acostumbramiento,  puede que Poseidón los sorprenda en alta mar con un fenomenal temporal, y ante el sálvese quien pueda,  el zafarrancho sea tan fastuoso, que el impacto les propine la sorpresa de la ira divina. Quizás así,  estaríamos volviendo a ser comunidad y no población.

 

 


*Horacio Pili Instructor de Formación Profesional, Subjefe de área Centro de Formación Laboral N° 401 Tres Arroyos.

 


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