Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 39 Glosas preelectorales… por Gustavo Marcelo Sala

 

 

ENTRE POCILLOS

 

 

Café Tortoni – Avenida de Mayo y Piedras– Buenos Aires –

 

Personajes:

 

Cronista

Lisandro De la Torre: Senador Nacional

Leandro N. Alem: Caudillo Fundador de la UCR

Juan B. Maciel: Caudillo Radical Dorreguense asesinado el 5 de Septiembre de 1937

 

 

 

Cronista

 

En una mesa alejada

y fuera de todo lujo

Satán con azar produjo

la distinguida velada.

La vanidad, la celada

eran motivo de verba

la astucia de los infieles

la infamia y la alevosía

son arpegios y armonías

laberinto y felonía.

 

Pudieron bien evitarse

argumentando lectura

prefirieron sin premura

darse la mano, pensarse.

Someter la inteligencia

al épico recorrido

que marca ser requerido

a una verbena informal

cuidando que lo normal

guarde lógica y sentido.

 

 

Maciel

 

Común denominador

esconden nuestros pecados

fuimos tres los ultrajados

por orden Conservador.

Más no nos faltó valor

ni nos intimidó la huesa

el poder sobre la mesa

impuso altivo su hedor

desde un viejo campanario

dispararon sin pudor.

 

En la plaza de mi pago

un dolmen luce presencia

de mí se exalta la ausencia

siendo tilingo el halago.

La apología no aclara

de traidores y venales

títulos han de sobrarles

si quisieran reseñar

se sabe que al evocar

hay silentes y cobardes.

 

Los célebres pabellones

escurrieron sus valores

sobrevivir sin dolores

afinaron sus pendones.

Prefirieron omitir

el convite recibido

el partido esclavizado

fingió y silenció mi reto

la precisa carabina

hizo blanco y fue decreto.

 

De momento y mi relato

descansan por un instante

un derrotero lindante

escoge atender un rato.

Estimo que debo ser

de lo más afortunado,

mi mano no me ha matado

ni me seduce la miel

el precio por lo pactado

se paga cuando se es fiel.

 

De La Torre

 

Acampe Maciel, le advierto,

no me tiente a sostener

la presencia de pecados

de villanos y de inciertos.

Mejor es aprovechar

este tiempo de descuento

y aportar por el momento

aquello por sopesar

proponiéndonos crear

a favor del pensamiento.

 

Estimo dejar de lado

por un rato nuestra suerte

fuimos sólo consecuencia

del equilibrio presente.

La infamia que por entonces

no pudimos derrotar

hoy está documentada

y citada por cronistas

la sangre y las cicatrices

son acordes de solistas.

 

Maciel

No puedo más Senador

que obligarme a su consejo

ante su impronta yo dejo

las cuestiones del dolor.

Maldecir lo sucedido

sería gastar chirolas

abaratando la instancia

de tan alta comitiva

será que Dios no ha podido

ayudarme con la herida.

 

Alem

 

Fundé un partido pensando

en valor y alta moral

civismo y jurisprudencia

fue consigna Radical.

Mi ciencia fue utilizada

para matar al obrero

perseguir al jornalero

tratándolo de malvado,

la Patagonia y Vasena

no son cuitas del pasado.

 

Nadie argumentó indecencia

por tamaña atrocidad

mi sobrino y su ruindad

ocultaron su existencia.

Cómo pudo su codicia

apostar por la carencia

avalando la malicia

y omitiendo la decencia

la historia bien lo indultó

brindándole su clemencia.

 

De La Torre

Más allá de su disgusto

quedan hombres de valor,

aquí tenemos un mártir

que cayó con pundonor.

Su partido supo armar

gente proba y de talento

sin afiliarme al intento

de sobarle es espinazo

le cuento que Juan Maciel

cumple reglas de pingazo.

 

Maciel

Le agradezco sus halagos

y tamaña redención

no busqué ser meritorio

de conceptos elevados.

Yo sólo seguí las pautas

que marcara nuestro líder

ética y conducta firme

para enfrentar al tirano

inteligencia y coraje

no siempre van de la mano.

 

De La Torre

Lo doliente es que la horma

del manual no forme parte

nadie sigue su estandarte

como buen sendero y norma.

Obsérvense mis legados

han quedado adormecidos

baratamente escondidos

por lucros y negociados

una muerte en el Senado

y traidores reciclados.

 

Demócrata y Progresista

llamaban a mi cuadrilla

era una torpe gavilla

con disfraz de reformista.

La sangre de Bordabehere

sirvió sólo de pretexto

para que Roca y su pacto

continúen con el trato,

el bloque de mi caterva

se retiró timorato.

 

Circulando los noventa

se aliaron a la inmundicia

brillantes en reeditar

sus afanes de codicia.

Menos mal que por entonces

el olvidar importaba

la evolución cercenaba

toda clase de reproche

la asociación ya no existe

fue enterrada aquella noche.

 

Confundido y obligado

decidí mi porvenir

supongo pude asumir

un derrotero agobiado.

El suicidio no es rentable

si es que vale mi opinión

no mejora el ascendente

ni prospera la versión,

me han tildado de cobarde

los ruines con intención.

 

Alem

Si me permite intentar

y meterme en el asunto

muchas veces me pregunto

qué quisimos demostrar.

Se debe tener en cuenta

el destino del mensaje

a dónde va la oración

y quién nos está indagando,

un auditorio oponente

negará estar escuchando.

 

Maciel

La sordera voluntaria

de quien no quiere escuchar

es sordera enmascarada

que prefiere usufructuar.

Esta suprema arrogancia

del soberbio intolerante

es vista con buen agrado

por el vulgo sometido

que se acoda en mostradores

bien mamados y curtidos.

 

De La Torre

Disculpe Don Juan Maciel,

sin ánimo de ofenderlo

sospecho guarda recelo

y cierta debilidad.

No está en mí subestimar

al pueblo y su reflexión

le pido fije su acción

en aquello trascendental:

Necesidades humanas

lo básico elemental.

 

No está mal el aspirar

a un mundo de entendimiento

invocar conocimiento

y crecer para anhelar.

Es justamente por eso

que nos debemos prudencia

y entender que es una ciencia

la razón particular,

por la vida y sus matices

no es pertinente juzgar.

 

Alem

 

Señores no cabe duda

la leyenda ha condenado

somos sólo un monolito

y un discurso desplumado.

Aspirar ser emulado

es cuestión de la inocencia

no encuentro ni una conciencia

que busque similitud

se persigue el dividendo

untando a la multitud.

 

Allá en el cuarenta y cinco

vi un albor en el camino

la bandada intelectual

no entendió su recorrido.

Las humildes mayorías

portaron protagonismo

dejaron de ser objeto

de oligarcas y hedonismo

la esperanza, y el fulano

moldearon al peronismo.

 

Algunos de nuestros hombres

abrevaron sus canteras

de Jauretche a Scalabrini

de Forja rompieron filas

aburridos de discursos

y ausencias de valentías.

Las traiciones no se olvidan

cuando de historia se habla

las razones y los hechos

valen más que mil palabras.

 

Maciel

 

De acuerdo a su parecer

los Nacionales de ayer

no debieron rechazar

el convite populista.

La propuesta peronista

hablaba de la inclusión

sostenía la ilusión

de miles de desplazados

usados por ese entonces

como leña pa´el asado.

 

Tengo alguna prevención

por su cosmética intrusa

a veces y con excusas

la libertad no es mención.

De todas formas le cuento

que comulgo sometido

al concepto de las clases

su combate y su intención.

Confieso no ser tilingo

ni medio pelo fisgón.

 

 

De La Torre

 

El hallarme en minoría

desafía el intelecto

no debo subestimar

el buen juicio y su concepto.

Es verdad que de elegir

mi marcada vocación

señalaría senderos

a favor de la Nación,

aunque a veces su perfume

huela a barata loción.

 

Del hombre no me agradó

su demagógica traza,

esa forma esa cadencia

y el manejo de las masas.

Sabido que es mal menor

ante tantas injusticias,

que por fin el jornalero

aguinaldo iba a gozar

vacación remunerada

y educación popular.

 

Obra social, sindicato

y un firme amparo legal,

la salud era privilegio

para su prole y su mal.

De todas formas yo dejo

librado para el azar

esos modos que sirvieron

a los maulas del corriente

que utilizaron su suerte

para su sombra frenar.

 

Para colmo lo rodeó

cierta banda de ordinarios

que cumplieron sus horarios

y el poder escamoteó.

Le ratearon al obrero

aquellos bienes ganados

sus derechos impugnaron

y lastimaron su cuero,

hoy su nombre suena artero

por sus nobles entenados.

 

Alem

 

Si ansina fuera la cosa

y espero guarde licencia

no le quiero ni contar

lo que dejé como herencia.

Golpistas y estafadores

del vil cohecho profesores.

Prefiero dejar de lado

la crítica inconsistente

evaluando su gestión

con justicia omnipresente.

 

Ocultan a De La Rua

y la turba de su hogar

guardan bien enmascarado

al pituco de Alvear.

Los cívicos copulamos

más de una vez con el mal,

abandonamos a Illia

cuando no pudo enfrentar

al poder del enemigo

y su anhelo de lucrar.

 

Maciel

¡Pucha el cinismo el viejo!

Silencio y honestidad

demasiada felonía

para un mundo sin piedad.

Apuesto que su conjunto

tampoco lo valoró

que tarde le reservó

homenajes y respetos,

la duda y el desconcierto

invaden estos momentos.

 

De La Torre

 

Haragana y discursiva

sospecho a la democracia

la libertad, la desgracia

sopesan su ley nociva.

Razonan las mayorías

a fuerza de la prebenda

la justicia corre vendas

cuando debe decidir

perseguir a un jornalero

o detener a un visir.

 

Alem

 

De la Torre observo duda

y crítica del sistema

le comento en esta mesa

alguna visión absurda.

Se dice que es lo mejor

de lo peor que se conoce

pero nadie se descose

por ascender el tenor

la vagancia intelectual

rinde culto superior.

 

De La Torre

 

Nada podemos cambiar

y menos en nuestro estado

el morir equivocado

es cuestión a razonar.

Tal vez el error partió

de suponer que el sentido

por común y prometido

conserva leyes de honor,

vaya entonces la ocasión

y asumir nuestro dolor.

 

Cronista

 

El mozo marcó la cuenta

y se dio por bien pagado

atender lo razonado

era motivo de renta.

La taberna es un lugar

de mágica geografía

fantasmas y celosías

velan prosas y talentos,

los próceres hilvanaron

el mejor de los momentos.

 

 

·         Del libro Maciel, cuando el descuido nos omite. Llanura y Empedrado (Artes Gráficas Líber 2018)

 

 

 

El Prometeo Fabrice

 


 

Sin prevenciones Fabrice encadenó su decoro al escritorio en donde reposaba desde hacía varios meses el vetusto ordenador personal, incluyó los épicos cronopios que durante los últimos cinco años apuntara al margen del texto cardinal y comenzó a bocetar su íntimo culto a Prometeo, acaso una peculiar metamorfosis, procurar reconocerse como invención y novedad. Dejó parcialmente de lado las vulgaridades ligadas al sentido común como ser ordenar prendas en las maletas, viajar sin carta cierta, modificar su estética, cambiar de sexo, hasta desaprender el idioma para reemplazarlo por uno extranjero, por el momento ellas no formaban parte de la fórmula. La transmutación debía incluir incisos nunca antes sometidos al escarnio que proponen tanto la controversia como la incompetencia. Por caso la memoria y la cultura, y ésta desde lo antropológico, es decir hábitos y costumbres, desde luego que las bellas artes y la ciencia no podían ni debían ser omitidas. La necesidad de deconstruirse para destruirse con eficacia sin llegar al absurdo límite de un no retorno, para más tarde y como final de juego volver a construirse metódicamente sin dejar párrafo de lado.

Durante las primeras semanas Fabrice inició el proceso escrutando su moral y su ética. El asunto no hendía por exhibirse banalmente despiadado, era necesario internalizar la perversión hasta ubicarse dentro de los mundos de la psicopatía más extrema, ausente de toda conciencia y vergüenza. Cada acción debía ser minuciosamente pensada, desde el sabotaje a las instalaciones de las viviendas linderas, pasando por la desaparición de las mascotas de sus vecinos hasta la propia muerte de algún parroquiano de la cuadra. Y siempre, como eficaz coartada, exponiendo su agradable imagen como auxilio y testimonio del acertijo a descifrar. Una vez concluida la primera etapa el devenir fue más sencillo debido a que la moral, usualmente, acostumbra a podar nuestros más bajos instintos. Sin su onerosa carga la espontaneidad afloraría naturalmente.

Los seis meses siguientes los invirtió para proveerse de una dosis terminal de sentido común. Para ello y al igual que el señor Chance en el film Desde el Jardín confió en la capacidad de la televisión para que la transfusión se llevara a cabo completa y sin interrupciones. Luego de colegir sus alternativas estimó que los canales de aire de los medios corporativos serían las herramientas más adecuadas. Su calidad de rentista e inversionista bursátil le daba la posibilidad para dedicarle tiempo completo a la empresa de modo que dividido el día en cuatro cuartos de seis horas utilizaba tres de ellos en su instrucción destinando el restante para el descanso, detalle que se reservaba a partir de las dos de la madrugada. La dieta alimenticia y el tabaco en cigarrillos armonizaban su praxis en función de la tarea debido a que había acordado con  Médéric, en su doble rol de primo y vecino, para encargarse de la diaria provisión según horarios preestablecidos, a cambio de una suculenta gratificación semanal, cuestión exigida por el servidor más allá de los lazos sanguíneos. El joven solo debía dejar la vianda en el segundo recinto del compartimentado zaguán de la casa, sitio en donde Fabrice disponía de una elegante hornacina religiosa que, debido a su agnosticismo, usufructuaba como buzón de correspondencia. De la bebida se hacía cargo su recoleta bodega personal, cava que supo atesorar durante los últimos diez años a razón de cinco unidades semanales, existencia sobrada si la administraba con delicadeza y moderación. Descartaba en este punto la posibilidad de una mínima claudicación gourmet.

Ser acreedor de raíces francesas extremadamente incorporadas debido a una formación muy cerrada por parte de su familia, en latitudes tan distantes como encontradas culturalmente, no dejaba de ser un dilema que Fabrice debía resolver con idéntico afán. La poética de Artaud y de Éluard, la filosofía de Sartre y de Camus, la música de Debussy y de Berlioz, la pintura de Delacroix y de Proudhon, la escultura de Rodin y de Claudel, debían ser borradas de su consciente y acaso lo más complejo, de su inconsciente. Sus lugares en la preferencia debían ser ocupados por expresiones de limitada complejidad, por caso literatura de exiguo vuelo poético, siendo los textos de autoayuda los más aconsejables, música de rítmica no pensada, cumbia, acaso cuarteto, plástica paisajística sin doble lectura, formarían el índice de su nuevo catálogo.

Finalizó los dos últimos meses de su primer año de abjuración individual mutando sus linajes y elegancias por prendas rústicas y de avería, pero sin exagerar. Aun así sentía que no estaba preparado, intuía que apenas había cubierto menos de la mitad de la asignatura, cuestión que lo ponía bastante incómodo debido a que su nivel de exigencia consigo era de una escala muy superior que para con los demás. De manera que su cuerpo Prometeo continuaba encadenado al escritorio en donde seguía reposando su vetusto ordenador personal, lo cierto es que pactó no incomodarse tratando de recordar el destino de las llaves libertarias, optó por seguir pensando las fórmulas más adecuadas y convincentes para llegar con éxito al final de su sucio sendero.

El segundo año de su programa de desleimiento personal lo comenzó soliviantando su lenguaje, tanto el oral como el escrito. En este punto estaba convencido que su misión era obtener el beneplácito interpretativo del mundo con el cual iba a interactuar, de manera que necesitaba urgentemente allanar la totalidad de sus complejidades dialécticas y si era posible derrocarlas desde todos los planos sanchopancescos posibles de modo evitar cualquier tipo de renacimiento o insurgencia imprevista. Lo que Fabrice desconocía era que dicha empresa le llevaría treinta meses de constante y esforzado estancamiento intelectual debido a que previamente era menester derretir su raciocinio hasta la mínima expresión ya que el lenguaje en gran medida es el vocero del pensamiento.

Pasados casi cuatro años consideraba que la contrahecha obra ya estaba coronada desde la praxis. El Prometeo Fabrice gozaba de las mieles de la vulgaridad sin corduras tal cual el plan que había proyectado cuando varios adherentes encumbrados del distrito ligados a la Unión Cívica Republicana y Liberal le habían ofrecido ser candidato a la intendencia en los venideros comicios. Conforme todas las pericias efectuadas y garantizadas, el Prometeo se desencadenó de su escritorio, se miró con detalle al espejo, acomodo el teclado de su vetusto ordenador, bebió la enésima copa de vino del día y comenzó a redactar en Arial 16 y a doble espacio su primer discurso de campaña.

 

·         Del libro el Sendero de los Extremos Sucios (Artes Gráficas Líber 2019)


Alguna vez escribió Tato Pavlovsky en Rojos Globos Rojos

 "Era un país curioso, la mayoría de la gente inteligente dependía de un grupo de idiotas, era asombroso observar cómo este grupo de idiotas supervisaba la suerte de los talentosos. Lo increíble es que el sector de los inteligentes, para contentar a los idiotas, comenzaron a empobrecer sus ideas y comprendieron que la única manera de progresar en esa comarca era tratar de contentar a los idiotas transformándose poco a poco en idiotas. La idiotización de la comarca llegó lenta e inexorablemente. Lo curioso es que este proceso no fue percibido por los talentosos. Las ideas cada vez más idiotas de los talentosos producían una enorme aceptación de parte de los idiotas, que premiaban a los talentosos idiotizados con cargos cada vez más prestigiosos."



 


*Gustavo Marcelo Sala. Editor Escritor

 

 

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