Los
últimos años en la vida de Miguel de Unamuno estuvieron enmarcados en las
vísperas de la guerra civil y su comienzo. La manifiesta desilusión con la
República, al borde del fanatismo, cegó su mirada sobre las fuerzas
restauradoras del orden que se aventuraban para derrocar al gobierno
democrático, incluso las vio con algo de panglossiana simpatía y esperanza.
Cuando intentó reparar su enorme error político ya era muy tarde y así lo
consignan sus escritos estableciendo una suerte de precursora teoría de los dos
demonios; los fascistas se había instalado definitivamente en Salamanca, su
ciudad, y sus mejores amigos habían desaparecido, habiendo sido fusilados o
estaban detenidos, sean por rojos, masones o libertarios. Excelente película
sobre uno de los más notables pensadores de habla hispana, y como tal no exento
de las contradicciones de su tiempo. A los pocos días de su muerte Antonio
Machado escribió: "Señalemos hoy que Unamuno ha muerto repentinamente,
como el que muere en la guerra. ¿Contra quién? Quizá contra sí mismo
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