Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 36 HONRAR LA VIDA por Horacio Pili

 

Cuando en 1983 Eladia Blázquez grabo la canción Honrar la Vida, según cuenta la historia, no tuvo el eco esperado. Recién años después la popularizo Marilina Ross, y tiempo más acá, fueron Mercedes Sosa y Sandra Mihanovich quienes definitivamente le abrieron la puerta para que esa letra fuera del pueblo y se eternizara. Quizás en el principio, como gran parte de la sociedad venia de sufrir las atrocidades del proceso, una especie de aturdimiento no le permitió ver la profundidad de la letra, pero el transcurrir de los años y el tomar verdadera dimensión de lo pasado, hizo que se produjera ese maridaje fantástico que se da entre la canción y el sentimiento popular. Honrar deriva del griego TIMAO, que se refiere a la estima o consideración hacia algo o alguien. La letra dice en una parte:


“.. Es una virtud, es dignidad, Y es la actitud de identidad más definida”


El hombre ha olvidado la costumbre de mirarse el ombligo, para poder reflexionar que hubo una madre y que por lo tanto hubo una familia, y esa familia estaba dentro de una comunidad. Lo esencial es que esa comunidad está ubicada en la naturaleza, por lo tanto todo conforma una subjetividad, junto a animales y vegetales. Esto hace que todos seamos DIGNOS por poseer vida. Pero el hombre en su desmedido afán de tasa de ganancia se salió del marco expuesto, y resolvió tomar a la naturaleza como un objeto y explotarla sin medir consecuencias. Nada nos da derecho ni prerrogativa para eliminarla bajo ningún concepto, tanto entre los hombres como tampoco entre todo lo vivo que nos rodea. Vivimos en una ética de la vida, que es el marco dentro del cual todas las políticas ya sean económicas, culturales, de salud, sociales etc., deben remitir a priorizarla. Nada se puede hacer si no se establece este final principal. Y es aquí donde encaja la palabra IDENTIDAD. Todo y todos somos sujetos de reconocimiento en el más estricto sentido de respetar la singularidad. Cuando el afán de una máxima producción hace que se generalice el uso de agroquímicos, estos se filtran contaminando las napas freáticas. El agua es el vital elemento que sirve para la recuperación de energía perdida, tanto de los seres humanos como de los animales y vegetales. Por lo tanto esa contaminación afecta directamente esa ética de la que hablamos. Los desmontes del norte de Rusia a manos de los chinos luego de la caída de la URSS, el verdadero desastre ecológico que aun hoy se está produciendo en el Amazona, prohijado por un gobierno neoliberal para ampliar la frontera agropecuaria, y los cuantiosos incendios de bosques desde California hasta la Patagonia, no tienen otra consecuencia que afectar la producción de oxígeno, componente esencial en los procesos de respiración de la mayor parte de las células vivas. Por lo tanto su escasez destruye lo vivo. El dióxido de carbono (CO2), principal gas del efecto invernadero, que se emite a raíz de las actividades industriales, ha  producido que la capa de ozono quedara diezmada, posibilitando de esta manera el aumento de la temperatura de la corteza terrestre y por añadidura el deshielo de los glaciares. A esto debemos sumarle El CFC-11, que es parte de una familia de gases llamados CFC, que es la abreviatura de clorofluorocarbono. Todo conforma un acto criminal. El movimiento pseudo-familiar prohijado a todas luces por la principal fuerza opositora y que batalla constantemente para la continuidad de las clases presenciales, sin interesarles absolutamente que a mayor movimiento de personas se produce mayor circulación del virus Covid 19 no registran que dentro de las alternativas esta la muerte de personas. No les interesa nada de nadie, incluso la de ellos mismos. El mismísimo Mauricio Macri no tuvo empacho, luego de haber participado de una reunión junto a un diputado que presentaba síntomas de Covid (luego confirmado a las 24 hs), en tomarse un vuelo de línea e irse a Europa, no sin antes haber insultado a las familias de los 90000 muertos diciendo que este virus, un poco más bravo que la gripe, no le sacaba el sueño. Todos estos ejemplos, desde la acción o conducta colectiva o individual, afectan la ética de la vida. Su naturaleza les lleva a no sentir interés por ella como así tampoco a provocar la afectación de la misma. Y he aquí donde surge el que hacer. No hay lugar para la discusión ya que esta puede llevar después del proceso a encontrar algún punto de contacto donde las partes resignan algo de sus pretensiones u objetivos en nombre de lo común. De ninguna manera cabe esta posibilidad. Debemos repudiarlos a todos y condenarlos, al menos, al ostracismo social. Todo un objetivo que se debe conseguir librando la batalla cultural aún pendiente. Una mujer Tutsi, abogada ella y sobreviviente del genocidio acaecido en Ruanda desde Abril a Julio de 1994, se propuso llegar a encontrar y llevar ante la justicia, al mentor y financista de la barbarie, Patrice Ganimana. El poder ejercido por los Franceses aun después de finalizada la matanza era muy fuerte, lo que hizo que las dificultades constituyeran su alimento diario. Igualmente logro llegar a él. En la primera charla y considerándolo con una humanidad increíble ante el cáncer de cerebro que afectaba al asesino le explico detalladamente su objetivo. El criminal, a modo de defensa, argumentó que los Hutus eran el 85 % de la población ruandesa y que ellos, los tutsi siendo minoría, no se avenían a los lineamentos políticos, sociales y económicos que marcaba la mayoría. Ella, a modo de lacónica respuesta dijo: NO EXISTE MAYORIA DE NADA NI DE NADIE EN EL MUNDO, QUE CONVALIDE LA MUERTE.

 


 


*Horacio Pili Instructor de Formación Profesional, Sub jefe de área Centro de Formación Laboral N° 401 Tres Arroyos.

 

 

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