Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 38 La subestimación del ciudadano... por Antonio Diez, El Mayolero
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Sitio El Fusilado
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Antiguamente (bah, no tanto, hace apenas 30 años) los Partidos Políticos tenían lo que se le llamaba "plataforma". ¿Y que era la llamada plataforma?. Era un conjunto de postulados sobre la acción de gobierno que llevarían a cabo en el caso de que la ciudadanía por medio de su voto los llevara a ganar las elecciones. Abarcaban todos los temas imaginables dentro de la sociedad. Detallaban el por qué y los cómo de cada una de las acciones a desarrollar. Economía, Salud, Educación, Políticas Impositivas, Políticas Sociales, Transportes, (marítimos, terrestres y aéreos) Defensa Nacional, en fin, todo aquello que podía suscitar el interés de los ciudadanos. Generalmente eran libritos en donde se desarrollaba detalladamente cada uno de los tópicos, y eran resumidos en folletos más manuables (y más baratos también, ¿porque no?) que eran entregados junto con las boletas para el sufragio.
Por aquellos tiempos los Profesores de las
materias correspondientes pedían a sus alumnos que hicieran trabajos prácticos
comparativos entre las Plataformas Electorales de los distintos Partidos, y
allá salían los chicos de las Secundarias a recorrer los locales partidarios
recabando el material, cosa que de paso los hacía conocer las distintas
actividades propias de los Comités o Unidades Básicas, encontrándose a veces
con sorpresa que aparte de la actividad propia de un Partido, en ellos había
Bibliotecas, se daban clases de apoyo escolar, se enseñaba costura o cocina, o
se hacían actividades culturales de la más diversa índole. Había
veteranos militantes que recomendaban lecturas de aquellas bibliotecas, y
promovían discusiones posteriores en lo que en la jerga radical se conocía como
"Ateneos", donde hacíamos nuestras primeras armas en discusiones,
pulíamos nuestra oratoria para exponer nuestros pensamientos con claridad y
contundencia. Que después lo lográramos es otra historia, pero ¡vaya si lo
intentábamos! Muchos veteranos como el que suscribe canalizábamos en estas
actividades nuestras inquietudes sociales, y nuestros primeros pasos. Esto
parece historia antigua: sin embargo tenía plena vigencia treinta años atrás.
Luego, con el correr del tiempo, y tal vez por el desarrollo de los medios de
comunicación, principalmente la Televisión, que primero "concentró"
el tiempo libre de la gente al ámbito de sus domicilios, y por ahí
influenciados también por el "Homo Videns" de Giovanni Sartori, ese
personaje que frente a la pantalla ve pasar la vida que le muestran, y termina
convencido de que esa es la realidad y no la que él mismo ve cuando sale de su
casa e interactúa con el resto de la sociedad, la dirigencia política se dejó
llevar mansamente a una situación en que su contacto con el ciudadano pasa por
el estudio de TV y no por el contacto con sus presuntos votantes. Unos
menos, otros más, todos usan las herramientas comunicacionales. Y no es que
haya algo de malo intrínsecamente en eso. Son herramientas, y como tales están
para ser usadas. El nudo pasa por saber cómo. Porque el uso indiscriminado de
la herramienta comunicacional ha llevado a adquirir formatos de"marketing", y así las
"plataformas" fueron desechadas por engorrosas y poco adaptables a
los tiempos del "homo videns". Entonces por esos esfuerzos semánticos
de los "creativos" se transformaron en "propuestas", más
aptas para el consumo rápido. Esa trampa semántica tiene otra consecuencia a
saber: No es lo mismo "proponer hacer" que comprometerse por escrito
a hacer determinadas cosas que en forma implícita estaba en la antigua
plataforma. El proponer es un compromiso más laxo, más elástico, más fácil de
explicar cuando la "propuesta" resulta incumplida. La
"propuesta" carece de un componente fundamental, cual es el "cómo"
vamos a hacer para cumplirla, al margen de suponer una complicidad o compromiso
del votante con el votado en la responsabilidad de gobernar. En todo
esto subyace a mí entender una profunda subestimación del ciudadano.
Posiblemente por la aceptación a libro cerrado de los publicistas (y algunos
políticos) de pensamientos desarrollados sobre experiencias de otros pueblos y
otras culturas. Desconocen los publicistas (y algunos políticos) que
esta es la República Argentina, y que aquí se desarrolló el pensamiento de
Yrigoyen, que luego fuera retomado por Perón, y que eso ha creado algunos
anticuerpos en el pensamiento de la ciudadanía, que es mucho, pero mucho menos
gil que lo que ellos creen. No lo subestimen, se pueden llevar sorpresas
desagradables....
*Antonio Diez (El Mayolero), Periodista, Escritor, Ensayista, columnista del programa Voces Cooperativas, autor del libro Formación y Transformación del Sujeto Agrario, ex candidato a Intendente de Tres Arroyos por el Partido Intransigente
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