Revista Nos Disparan Desde el Campanario Año II Nro. 34 DESDE EL PRIMER LOCKOUT POR GLADYS STAGNO para El Cohete a la Luna
La Historia que el campo nos contó
… Cecilia Vitto
Fuente:
El Cohete a la Luna
https://www.elcohetealaluna.com/
Link
de Origen:
https://www.elcohetealaluna.com/desde-el-primer-lockout/
El
comunicado con el que la Mesa de Enlace anticipó el lockout que lleva
adelante hasta el próximo miércoles 2 de junio habla del “disgusto de los
productores” y de su rechazo a un cierre de exportaciones “que sin
duda perjudicará a toda la Argentina”.
La
estrategia discursiva de tomar sus intereses por los de todo el país –o
disfrazar la extorsión de consecuencia inevitable– no es nueva en el sector
agroexportador.
En
un artículo titulado “Apuntes para el estudio de las fracciones del capital
durante el tercer gobierno peronista (1973-1976)”, publicado en diciembre
último en la revista Realidad Económica, la socióloga, economista e
investigadora del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico
(IADE), Cecilia Vitto, se remonta a la historia de los
primeros lockouts patronales, que ocurrieron como respuesta al
proyecto económico de José Ber Gelbard, ministro de Economía durante la última
presidencia de Juan Domingo Perón.
“El
intento de Gelbard se dio en un momento donde había más capacidad estatal y más
control del sector, con las Juntas Nacionales de Granos y de Carnes. Así y todo
generó un conflicto que todos sabemos cómo terminó. Pero la reacción de
las entidades fue muy similar. Sobre todo se puede ver de 1974 hasta 1976,
con la conformación de la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales
Empresarias), que con la Mesa de Enlace tiene un paralelismo interesante, en
2008, con las retenciones móviles, y ahora”, sostiene Vitto.
La
ofensiva final
La
APEGE se conformó en agosto de 1975 como la instancia en la cual, según la
investigadora, “las clases dominantes pasaron a la ofensiva final” y se
volvieron protagonistas de actividades de desestabilización que propiciaron la
llegada de la dictadura militar de 1976.
Con
ciertas similitudes con la actual Mesa de Enlace, la organización nucleaba a la
Sociedad Rural Argentina (SRA), la Cámara Argentina de Comercio (CAC),
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Cámara de la Construcción (CAMARCO)
y la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y la Pampa (CARBAP),
entre otras múltiples entidades.
“Uno
de los proyectos más importantes del plan de Gelbard fue el anteproyecto de la
Ley Agraria, que era muy interesante porque consideraba la tierra como un bien
social, para el bienestar de la sociedad, y preveía la producción agrícola
comunitaria en los casos de antecedentes de cooperativas y demás. Las entidades
terminaron difundiendo que esa modalidad iba a ser obligatoria y, como todo,
cuando se empieza a difundir de cierta forma, muy poca gente se toma el trabajo
de leer con detalle la ley”, recuerda la economista.
Y
agrega: “Otra de las cuestiones que generó mucho malestar es que la ley preveía
unidades mínimas de producción para que la tierra fuera más rentable. Lo que
implicaba eso era una expropiación y posterior redistribución para que cada
minifundista tuviera una unidad de explotación adecuada. El Estado
adquiría la propiedad y luego la distribuía. Esto también se tergiversó y se
hacía entender que los productores se iban a quedar sin la tierra”.
Decididos
a ir contra el plan de Gelbard –que se proponía fomentar el desarrollo nacional
a partir de una planificación integral de la economía y para eso establecía
distintas regulaciones al sector agroexportador–, desde la APEGE los
productores rurales comenzaron las hostilidades mediante la suspensión del
envío de ganado a los mercados. “Esta ofensiva incluyó
varios lockouts patronales, que resultaron los primeros en la
historia del país”, detalla Vitto en su texto. Más tarde, el 16 de febrero
de 1976, la APEGE organizó un paro general empresario contra el gobierno de
Isabel Perón que fue promocionado como una defensa de los “intereses
generales”.
En
el medio, estamos todos
En
un intento por recuperar el control sobre el mercado de exportaciones de
carnes, granos y lácteos, la Resolución 60/2021 del Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca que fue publicada el lunes 17 dispuso la obligación de
inscribir las operaciones para posibilitar su seguimiento. La medida fue
tomada luego de varios meses en los que se detectaron múltiples casos de
subfacturación de exportaciones y de otras maniobras para eludir la liquidación
de divisas por parte del sector.
Tres
días después, el jueves 20, la cartera que conduce Luis Basterra publicó la
Resolución 60/2021 que suspende la exportación de carnes por 30 días,
luego de un aumento sostenido de los precios en las carnicerías argentinas que
llegó al 60 por ciento en un año.
La
respuesta de la Mesa de Enlace –que integran la SRA, Coninagro, la CRA y la
Federación Agraria (FAA) y que no fue acompañada por todo el sector– fue el
anuncio de un lockout desde el 20 hasta el 28 de mayo (que luego se
extendió hasta el 2 de junio), con la advertencia de que podría haber “medidas
más fuertes”.
“La
medida apunta a contener el precio interno, a poner un freno y sentarlos a la
mesa de negociación para reestructurar el sector. Pero en declaraciones que fui
encontrando aparecen cosas como ‘la ciudadanía está harta’, como si
reestructurar a una fracción o a un sector, que el Estado considera que es para
el bienestar de la mayoría de la población, fuera en contra de la ciudadanía
–analiza Vitto–. Hay un tema de cómo construir hegemonía que es lo que les
garantiza que el discurso sea exitoso. Vos querés controlar y hacer un plan de
desarrollo, que te explota porque te lo hacen explotar, pero la linealidad
discursiva es que la consecuencia va a ser una explosión de precios. Y no es la
consecuencia. La consecuencia es que va a haber actores sociales y políticos
que van a responder con determinadas medidas que van a tener como consecuencia
eso. Durante el macrismo hubo una liberación absoluta del sector y no hubo
crecimiento. No aumentó ni la cantidad de toneladas de granos ni la cantidad de
cabezas, lo que aumentaron fueron los precios. Y, por ende, las ganancias. Hay
que tomarse el trabajo de ir deconstruyendo ese discurso que se da como
natural”.
–¿Hay
posibilidad de construir una Argentina pujante sin control del sector
agroexportador?
–No,
y es parte de la tragedia nuestra. Ese sector tiene tanto poder económico
que no le gusta nada que lo regulen. Lo que se necesita, a mi entender, es
un gran apoyo social para poder regularlo y que acaten. Es la gran
debilidad del Estado frente al capital. El Estado tiene que velar por el
interés de toda la sociedad, y si tiene mayor poder estructural el que dispone
de los medios económicos es un problema para el Estado. Esa es la lucha
histórica en la cual, en el medio, estamos todos los argentinos.
El artículo fue publicado
originalmente en:
https://canalabierto.com.ar/2021/05/26/desde-el-primer-lockout-la-historia-argentina-que-el-campo-nos-conto/.
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