Revista Nos Disparan Desde el Campanario Año II Nro. 34 De enemigos, censura y protagonismo ciudadano.. por Alejandro Mosquera. Revista La Barraca.. Comparte Rubén Lamas
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Revista La Barraca
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todos los análisis de la actualidad a la puja política y judicial entre JxC y
el Frente de Todos conlleva a simplificar los conflictos reales que vive el
país. La utilización por la derecha mediática de este recurso es para ocultar a
los responsables principales de la catástrofe, a los mandantes del grupo de
políticos neoliberales. Y en nuestro campo conlleva a un debilitamiento tanto
de la capacidad pensar el país como de proponer rumbos para
transformarlo a favor de nuestro pueblo.
En
ese canon moderno de la política-con-capacidad-de-ser-exitosa, lo importante es
la velocidad y el impacto, y todos o casi todos los problemas políticos tanto
de oficialismo y como de oposición se transforman en problemas de comunicación,
con lo que se elude el conflicto real, propio y ajeno.
En
este paradigma de la política moderna se destierran palabras,
conceptos. El discurso políticamente correcto trata de desaparecer la
idea de enemigo En todo caso se reserva la designación para frases simpáticas
del estilo “…nuestros únicos enemigos son la pobreza, la ignorancia, la
desocupación, la pandemia”. Es una forma de ocultamiento porque los
responsables de esas calamidades, de esta manera se mantienen impunes o incluso
invisibles para una parte de nuestra sociedad..
¿Cómo
llamar entonces a las grandes corporaciones que dominan el mundo que
quieren quedarse con el agua, los minerales, el petróleo, las tierras de
nuestro país, deforestando y extranjerizando la mayoría del territorio a costa
de la soberanía, arrojando a la pobreza a la población, subordinando el país,
sus leyes, sus intereses a tantos jueces, políticos y periodistas? ¿Cómo
denominar a los que endeudaron al país para lograr que la deuda externa funcione
como la forma de sometimiento a los políticas de los centros del poder?
El
discurso moderno explicará que es la naturaleza del capitalismo. Y que este es
el único sistema existente, que no hay alternativa. Y dirá que quienes
sostenemos que el capitalismo es antagónico con la especie humana solo nos
emborrachamos de utopías irrealizables.
La
voz de mando es ser pragmático que en criollo es someterse a esos intereses
trasnacionales porque de esa manera lloverán inversiones. Por lo tanto
para este pensamiento colonizado el cuestionamiento y denuncia del
imperialismo y sus políticas también son parte de los restos arqueológicos de
ideológicas superadas.
El
problema que planteo (muy sucintamente en esta columna) con estos pocos
ejemplos es que la eliminación de las aristas mas agudas y punzantes del
pensamiento emancipador lo que provoca es una reducción de la capacidad de
análisis y de proponer una acción política que corresponda con los conflictos y
tensiones sociales que cruzan toda nuestra geografía.
El
país vive una tragedia. Mas de 75000 muertos por el virus, la mitad de la
población en la pobreza, ultra ricos que se niegan a pagar los impuestos,
una inflación en alimentos que destruye el sueldo de los trabajadores, capas
medias y empobrecidos. Como contracara el 1% mas poderosos sigue fugando
divisas, acumulando ganancias a costa del dolor de nuestra sociedad.
Si
el Frente de Todos no acierta con el rumbo de transformación con un plan de 5 o
10 años que cree confianza y estabilidad para las y los empresarias/os
nacionales, las pymes, las y los trabajadores, donde se ataque el hambre
y la desocupación poniendo en el centro la construcción de trabajo ante la
tragedia solo crecerá la desesperanza y el desaliento Por el contrario un plan
quinquenal y las medidas urgentes a favor de un shock de justicia social
apoyados en la movilización y el protagonismo social generaría la energía
popular necesaria, construiría la correlación de fuerzas necesaria para los
objetivos para los cuales fue creado el FdT.
Ante
las políticas dubitativas, zigzagueantes o conciliadores la derecha y
ultraderecha se envalentonan Junto al poder real, le agregan a la
situación la utilización del miedo como parte de una estrategia para
desorganizar y desesperanzar a nuestro pueblo.
El
explosivo en el local de la Cámpora en Bahía Blanca hay que inscribirlo
incluso mas allá de los perpetradores materiales- en esa estrategia del
miedo. Por esta vía intentan separar a nuestro pueblo de la política como
instrumento para mejorar la vida. Buscan crear la sensación de miedo sin
esperanza. Miedo a contraer el covid, miedo a las vacunas y miedo a no
ser vacunado, miedo a perder el trabajo o si no se tiene a no encontrarlo
El
miedo puede instar a las sociedades a paralizarse o a pasar a la acción para
poder superarlo. Un miedo sin esperanza solo paraliza.
La
estrategia del miedo no es nueva, se extiende a lo largo de toda la historia
humana. En las condiciones actuales, con la situación crítica que describíamos,
con una tensión social en aumento, la estrategia del miedo es para profundizar
y desarmar la organización popular.
¿Cómo
se rompe la estrategia del miedo, entonces? Articulando la participación
popular, abriendo canales para un protagonismo colectivo. La delegación extrema
en las elites del Frente y del gobierno, es un signo de la debilidad del
movimiento nacional y popular. Recuperando cada palabra para llamar a las
cosas por su nombre. Fortaleciendo la unidad en la diversidad y no trocarla por
una moderación en los objetivos que nos discipline e el viejo posibilismo
La
derecha y la ultraderecha no tienen nada nuevo que ofrecer a nuestro pueblo, se
podrán vestir de seda, cambiar de nombre y poner nuevas caras, pero
Larreta, Vidal, Espert, Milei, Macri, juntos o separados expresan la peor del
pasado, recetas recicladas que se aplicaron desde la dictadura hasta acá muchas
veces y el resultado siempre fue la catástrofe argentina.
Por
supuesto que es esencial develar esta situación y sus responsabilidades
políticas y penales en el cuadro penoso que vivimos.
Sin
embargo, la cuestión está en nuestro campo. ¿Seremos capaces de construir un
rumbo que dé respuesta a las necesidades de nuestro pueblo, que supere las tan
viejas versiones de la tercera vía de la socialdemocracia europea y generar un
camino propio de transformación, de recuperación de soberanía y más igualdad?
¿seremos
capaces de transformar el FdT en un instrumento democrático, participativo y
organizador de nuestro pueblo desde la base hasta las dirigencias
nacionales? ¿podremos construir un liderazgo colectivo para conducir con
éxito a nuestro pueblo?
No
hay manuales que puedan suplantar las decisiones que debemos construir. Pero si
hay memoria histórica. Hay experiencia y organización acumulada.
Siempre
esta ahí el discurso de Néstor para incomodar a los dirigentes tímidos o
miedosos y construir valores y militancia en nuestro pueblo:
“Yo les puedo asegurar de corazón
que no vine a dejar mis convicciones en la puerta de la Casa Rosada, que venido
a dar lo mejor que tengo, con mis aciertos y errores, para cambiar
profundamente el rumbo de nuestro país.”
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