Revista Nos Disparan Desde el Campanario Año II Nro. 33 Las suertes.. por Gustavo Marcelo Sala

 


En tiempos en donde la gente se postula, se mide, se propone y hasta se impone..  digo..



“Las suertes que la vida me ha regalado. Como en toda suerte ni siquiera cabe la responsabilidad. Por suerte no soy periodista, de manera que nadie va tomar en serio mis pensamientos, análisis, informaciones y menos aún seré invitado a tediosos encuentros que apenas finalizados quedarán en el olvido. Por suerte no soy escritor. Por eso mis novelas, cuentos y poemas no tienen la obligación de llevar el fatigoso peso de una firma sospechosa. Si uno se choca casualmente con alguno de ellos no se verá forzado a saber quién es el autor. Además uno se ahorra vida al no sentirse parte de tertulias y convites en donde generalmente la literatura queda a un costado, como en estado de espera, hasta que vuelva a recuperar su rol fundamental. Por suerte uno no es inteligente ni sagaz, cuestión que me permite obtener licencias de modo no molestar a mis cercanos y lejanos con postulados fundantes y frases de almanaque. Por suerte no tengo ni la ambición ni el desvelo de superarme y menos aún de superar a mis linderos. Por suerte no estoy en ningún listado cuando de valorizaciones se trata. Por suerte nadie cuenta conmigo en su imaginario. Es una excelente forma de no defraudar y a la vez le permite a uno dar la sorpresa inesperada sobre algún inciso no pensado. Por suerte no me esfuerzo por agradar. En ocasiones dicha carga conlleva cierta dosis de hipocresía que lacera, y mucho, a medida que los años avanzan. Por suerte ni el deber ser, ni ser políticamente correcto, cuentan en mi vademécum. 

Por suerte no creo en supersticiones y frases hechas: El amor para toda la vida, el amigo incondicional, la verdad revelada, la credibilidad, los pueblos nunca se equivocan, el hombre es bueno, el olvido, la memoria, Dios existe, Dios no existe, la existencia de los imprescindibles, la vida es muerte que viene, la muerte es vida vivida o que cada día que pasa nos parecemos más a ese cadáver que alguna vez seremos. No creo tampoco en los aniversarios, son la puerta de entrada a la estupidez afirmó Cortázar, y menos en los finalizados en cero y ser sometido al embuste afectivo de ser un permanente y merecido cero, pero a la izquierda.

De todas maneras llevar las maletas cargadas con semejantes fortunas por este sendero de los extremos sucios es el precio que uno debe asumir y pagar para tratar de ser, como decía el recordado Osvaldo Ardizzone, un hombre común, sin aspiraciones extraordinarias ni ordinarias, de ser una persona fácil, sin limitaciones formales, sin que pese el veto o la aprobación exterior, sin ser invasor ni ser invadido, de ser feliz de a ratos, de hacer feliz de a ratos...”


* Del libro de cuentos breves El sendero de los extremos Sucios (Artes Gráfica Líber - 2018)



Por todo lo expuesto creo hay que leer y escuchar a los sabios, a aquellos que con simpleza nos iluminan, los que nos abren su corazón humanista y su honestidad intelectual al mismo tiempo. Este texto, este ruego omnipresente, lo tomé del muro de nuestra amiga marplatense Emilce Vuyovich

 

Renuncia la vicerrectora del Nicolás Avellaneda CABA

Estimados Supervisores de la Región VIII:

Por la presente quiero informar mi declinación a acceder a la rectoría del colegio Nicolás Avellaneda.

Quiero aprovechar esta oportunidad para expresar algunos fundamentos de esta renuncia más allá de situaciones personales que me impedirían cumplir dicha labor en el horario ofrecido.

Por un lado, el contexto de pandemia nos ha obligado a un altísimo esfuerzo a todos los docentes, sean profesores, preceptores o autoridades quienes durante el 2020 no pusimos más que empeño, esfuerzo y creatividad -además de nuestros recursos- para sostener la continuidad pedagógica y las instituciones escolares en funcionamiento aún desde la virtualidad. No obstante lo realizado, injustamente, ello finalizó con el menosprecio por la labor docente y lo realizado expresado por las máximas autoridades del Ministerio de Educación.

En este 2021, el adelantamiento forzado de la presencialidad nos obligó nuevamente a organizar múltiples cuestiones cotidianas acorde a los protocolos y al contexto de pandemia que continúa. Una vez más, a pesar de los esfuerzos por cumplir los protocolos, el aumento de casos con la segunda ola tuvo su repercusión en la comunidad escolar que vio de a poco cómo las burbujas y los diferentes actores escolares eran afectados por el aislamiento preventivo o el covid positivo cuando no por el sabio resquemor de las familias a enviar sus hijos e hijas a un posible contagio. A ello se le sumó lo acontecido luego del conflicto interjurisdiccional en torno a la presencialidad. Esto operó sólo negativamente sobre la ya exangüe presencialidad. En nuestra institución educativa y pese a la falta de entrega de dispositivos, la virtualidad nos permitió operar como un andamio de la fallida presencialidad en este contexto, permitiéndonos garantizar la continuidad pedagógica; Sin embargo esto fue recibido de manera muy diversa por las familias al calor de la disputa política externa y ajena a la institución. He padecido yo misma el aislamiento y el duelo por la muerte de mi padre producto de un virus letal que incrementa los números de muertos en todo el país y en nuestra ciudad cuya situación corresponde actualmente a la de alerta epidemiológica con un sistema sanitario muy tensionado. Es de señalar que crece el número de docentes fallecidos enlutando las comunidades escolares y no he escuchado que esto constituya la menor preocupación por las autoridades del Ministerio o de la Ciudad.

Por el contrario, pareciera que el Ministerio de Educación de CABA banaliza y naturaliza esto y sólo puede insistir en el retorno a la presencialidad aún cuando se acercan los días fríos y muchos de los sistemas de calefacción no se podrán encender así como tampoco se podrán cerrar las puertas y ventanas. En contexto de pandemia esto es de una gravedad para la salud pública que es tan negado como el riesgo que trae el traslado y movimiento de personas en la proliferación y contagio del virus.

No importan ni los informes científicos ni las argumentaciones que esgrimimos desde las escuelas para mitigar la presencialidad en este momento. Y sólo se responsabiliza a las conducciones escolares a la vez que se las carga de la obligación de tomar medidas que a las claras son resistidas por todos los gremios docentes puesto que afectan la salud , las condiciones laborales y violentan la conciencia de la gran mayoría de los trabajadores de la educación.

Estos argumentos aquí expresados son sólo testimoniales puesto que lejos de mí está pensar que puedan mejorar en algo las condiciones dentro de las escuelas en este contexto, pero no quiero dejar de expresar como trabajadora de la educación y como docente de vocación, mi desolación y tristeza por lo que está ocurriendo en el sistema educativo que ensaya en estos días su experiencia más cruel y está muy lejos de buscar defender y enseñar el valor de la vida y los Derechos Humanos que son los valores más preciados que desde el retorno a la Democracia ha sabido transmitir nuestra comunidad educativa.

Sin otro particular

Atte.

Leticia Guindi

VRTM

Colegio Nicolás Avellaneda

 






*Gustavo Marcelo Sala, Editor. Escritor


Comentarios