Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II nro. 32 La derecha en su laberinto y debacle a ritmo de tragedia… por Carlos Baffoni
El
General Perón dijo "Prefiero pasar por hijo de puta afuera y no en mi país".
Y se granjeó el amor por siempre de la Argentina profunda. Rodolfo Kush, filósofo
y docente argentino, que en 1976, echado de la UBA por la dictadura, se fue a
vivir a Maimará, casi en la miseria, escribió "La América profunda”.
Utilizó un término freudiano, que se refiere a lo reprimido y olvidado por el
sujeto. Su propia verdad. Lo llama "El hedor". Contrapuesto a
"Pulcritud". La América huele mal para aquéllos pulcros, bien
bañaditos, vestiditos con ropas limpitas. La pobreza huele mal. Lo sabemos
quienes trabajamos en la salud pública. Kush sostiene que hay un rechazo
visceral de muchos americanos hacia la América a la que pertenecen. Una
horrible contradicción. ¿Cómo es posible ser americano y al mismo tiempo
despreciar serlo?.-
La
derecha es eso: una pura contradicción. Un cantor popular entrerriano los denominó
así:
"Extranjeros
en su país". Agrego: El país no es sólo Argentina, es Hispanoamérica. Se
dice que el mate es "La bebida nacional". De acuerdo: pero Paraguay,
Brasil, Uruguay, consumen la bebida "nacional". Lo "nacional"
son también ellos. Lo mismo pasa con el tango y el folklore. Que no sólo tienen
raíces americanas, sino españolas, africanas...
Lo
nacional entonces incluye muchos países, sobre todos los sojuzgados por los
imperialismos, y ahí vamos con éstos loquitos: arrodillándose no ante una América
profunda hedionda, sino ante aquellos que la transformaron en la letrina del
mundo. Por caso "England" and EE UU.-
El
"hedor" para Kush es la represión, la renegación, de la acción
imperialista sobre la América. El síntoma, embajador de la Verdad inconsciente.
Pero, lo reprimido retorna dijo el maestro vienés. Lacán prefiere llamarlo
Verdad. Retorno devastador para un Yo refugiado en el narcisismo, que se llama
ofensa, herida.
La
inmolación masoquista de Bullrich y sus cómplices al dios oscuro, el Otro
imperial, que no se cansa de exigir más sacrificios, los lleva a afrontar el
repudio de esa América profunda que late en el país profundo, que no es CABA,
la perfumada ciudad europeizada.-
Como
dicen los gauchos: No les arriendo la ganancia.-
*Carlos Baffoni. Psicoanalista
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