Revista Nos Disparan Desde el Campanario Año II Nro. 30 PAMPA AZUL - El mar, nuestra última frontera por Guillermo F. Sala

 

A mi vieja – Marzo 2021

 

A fin de concluir la saga del agua vamos a esbozar, sólo con el ánimo de profundizar la inquietud, en un territorio que a los habitantes terrestres nos resulta incierto y enigmático. Si existiera justicia poética, el planeta Tierra debería llamarse planeta “Agua”. Aunque todas las luces apuntan a las fracciones continentales, el mar explica mucho más de la existencia humana de lo que las personas están acostumbradas a pensar.

Más del 70% de la superficie terrestre está cubierta por el mar. Los océanos sostienen una extraordinaria biodiversidad y son un factor determinante sobre la meteorología en los continentes y en el clima del planeta. La pesca, la explotación petrolera y otras actividades humanas afectan a la conservación de la biodiversidad y de los ambientes marinos. Además el cambio climático global afecta las corrientes marinas, la temperatura, las características químicas de las aguas y la estructura de las tramas alimenticias. Es fundamental contar con conocimiento científico detallado sobre el impacto de todos estos factores.

La Plataforma Continental Argentina figura entre los espacios marítimos más extensos y fértiles del Hemisferio Sur. Su Zona Económica Exclusiva abarca una superficie aproximada de 1.500.000 km2 y alberga pesquerías comerciales, cuencas hidrocarburíferas y yacimientos minerales de gran relevancia económica. Como parte de una política de estado hacia el mar, la iniciativa Pampa Azul promueve la investigación científica y los desarrollos tecnológicos que permitan preservar y explotar efectivamente estos recursos, contribuyendo así a fortalecer la soberanía nacional sobre el mar.

En virtud del derecho internacional del mar, los Estados costeros tienen, según sea el caso, soberanía, derechos de soberanía, y jurisdicción, sobre la columna de agua y el lecho y subsuelo de los espacios marítimos adyacentes a sus costas continentales e insulares. Particularmente en su Zona Económica Exclusiva, que se extiende más allá del mar territorial (desde las 12 millas marinas contadas desde las líneas de base hasta las 200 millas marinas), el Estado tiene derechos de exploración, explotación, conservación y administración sobre los recursos vivos y no vivos, como así también jurisdicción (conforme a los lineamientos establecidos en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar), para el establecimiento y la utilización de islas artificiales, instalaciones y estructuras, investigación científica marina, y protección y preservación del medio marino.

El mar territorial argentino se extiende hasta una distancia de 12 millas marinas a partir de las líneas de base que se establecen en la Ley Nº 23.968. La Nación Argentina posee y ejerce soberanía plena sobre el mar territorial, así como sobre el espacio aéreo, el lecho y el subsuelo de dicho mar.

La zona contigua argentina, por su parte, se extiende más allá del límite exterior del mar territorial, hasta una distancia de 24 millas marinas medidas a partir de las líneas de base. El país ejerce en esta zona todos sus poderes fiscales y jurisdiccionales, preventivos y represivos, en materia impositiva, aduanera, sanitaria, cambiaria e inmigratoria, sin perjuicio de las exenciones parciales o totales que legalmente se determinen.

La zona económica exclusiva argentina se extiende, más allá del límite exterior del mar territorial, hasta una distancia de 200 millas marinas a partir de las líneas de base. En esta zona, Argentina ejerce derechos de soberanía para los fines de la exploración y explotación, conservación y administración de los recursos naturales, tanto vivos como no vivos, de las aguas suprayacentes al lecho del mar y con respecto a otras actividades con miras a la exploración y explotación económicas, tal como la producción de energía derivada del agua, de las corrientes y de los vientos.

Los Estados que puedan demostrar que la prolongación natural de su territorio se extiende más allá de las 200 millas marinas, se hallan facultados para establecer el límite exterior de su plataforma continental en lo que técnicamente se denomina “borde exterior del margen continental”.

Con el Proyecto Pampa Azul, cuyo nombre surge desde el punto de comparación con la Pampa húmeda, para pensar un ambiente marítimo tan o más productivo que esta última, se busca reivindicar la soberanía argentina en la plataforma marítima ya que, entre otros factores, el mar aporta 1,5% del PBI y a partir de estos estudios se pretende llevar este aporte hasta el 15%, para eso se necesita conocer los recursos del mar con el aporte de la ciencia con estudios de mediano y largo plazo.

En forma general Pampa Azul realiza acciones dirigidas a:

Generar conocimientos científicos interdisciplinarios que sirvan como fundamento para la preservación y el manejo sustentable de los bienes marinos.

Impulsar innovaciones tecnológicas que contribuyan al fortalecimiento de las industrias vinculadas al mar y al desarrollo económico de las regiones marítimas argentinas.

Promover en la sociedad argentina mayor conciencia sobre su patrimonio marítimo y el uso responsable de sus recursos.



 

Una de las características donde se desarrolla el proyecto son las denominadas áreas geográficas prioritarias sobre la base de sus características  oceanográficas, la importancia de sus ecosistemas y el impacto potencial de las actividades humanas:

El Banco Burdwood es una meseta sumergida, extendiéndose 350 km de este a oeste. Posee una actividad relevante en la flora y fauna, así como recursos hidrocarburíferos.

El Frente del Talud Continental se encuentra ubicado a 500 km del Golfo San Jorge, posee abundantes recursos ictícolas.

El Golfo San Jorge es el de más superficie de la costa argentina, posee una reserva importante de especies de peces e invertebrados, así como es una zona de transporte para la explotación petrolera, tanto offshore como continental.

La zona de las islas subantárticas Georgias y Sandwich del Sur, se destacan por poseer abundantes especies marinas, especialmente el krill antártico.

El sistema fluvio marino, es la zona caracterizada por la presencia de agua de rio de baja salinidad, se mueven hacia el océano por la superficie, en tanto que las marinas más densas, lo hacen por el fondo en dirección contraria.  Es la zona de mayor cría de peces de la región.

 

Áreas de Desarrollo Tecnológico

 

Las áreas de desarrollo tecnológico que este vasto proyecto intenta contener y son de especial importancia para este escriba, son las referidas a energía y minería, que detallamos seguidamente, sin dejar de mencionar que se potencian análisis en temáticas como la industria naval, pesquera, instrumental de medición y detección, turismo, entre otras.

Energía Marina

La costa argentina posee un gran potencial para la obtención de energía a partir del mar, ya sea bajo de energía mareomotriz, energía undimotriz, energía de corrientes marinas, energía de gradientes térmicos y salinos o energía eólica off shore. Los desarrollos tecnológicos en este campo requieren un relevamiento detallado de parámetros oceanográficos con el fin de definir los mejores sitios para las instalaciones de generación y establecer los criterios ingenieriles adecuados en cada contexto específico. La definición de los posibles lugares de explotación debe complementarse con estudios ambientales que evalúen los posibles impactos sobre la biodiversidad. Debido a que los desarrollos en energía marina no han alcanzado aún el nivel de maduración, se prevén plazos relativamente largos para amortizar las inversiones requeridas. Ello subraya la necesidad de impulsar la constitución de alianzas público-privadas en este campo. En compensación, la energía marina es una de las formas de energía renovable que mayor potencial ofrece en el mediano y largo plazo. Los objetivos de este desarrollo son:

          Elaborar mapas de potencial energético y establecer localizaciones apropiadas para realizar ensayos piloto.

          Realizar los correspondientes estudios de impacto ambiental marino-costero en los sitios identificados.

          Consolidar capacidades ingenieriles y tecnológicas en las instituciones del sur del país impulsando la formación especializada.

          Construir prototipos de turbinas u otros artefactos para su evaluación en canales de pruebas y en condiciones de mar.

Técnicamente, se distinguen al menos seis fuentes posibles de energía asociada al mar: la energía mareomotriz, la energía undimotriz, la energía de corrientes marinas, la energía de gradiente térmico, la energía de gradiente salino y la energía eólica marina. La disponibilidad de estas fuentes depende de las características climáticas y geográficas e implica el desarrollo de conceptos ingenieriles específicos. En todos los casos, el objetivo está dirigido a la generación de electricidad.



La energía mareomotriz se deriva de del flujo y reflujo de la masa de agua generada por las mareas. La conversión en electricidad se efectúa mediante turbinas resistentes a la corrosión marina similares a los generadores utilizados en las represas hidroeléctricas.

La energía capturada a partir de las olas depende de la intensidad y frecuencia de las mismas, características que suelen ser óptimas  en zonas de entre 40 y 100 m de profundidad. Para  capturar este tipo de energía se ha propuesto una gran variedad de dispositivos, ya sea fijados a la costa pudiendo ser  flotantes o estar anclados a distintas profundidades y responden a una diversidad de diseños que incluyen estructuras articuladas, y oscilantes.

La energía obtenida de las corrientes marinas aprovecha la energía cinética proveniente de las mismas en forma análoga a la que puede derivarse del curso de los ríos.

La energía de gradiente térmico permite obtener energía a partir de la diferencia de temperatura entre las aguas superficiales (más cálidas) y las aguas profundas (más frías). Los rendimientos de energía son proporcionales a la diferencia de temperatura existente entre ambos fuentes.



 

La energía eólica marina se obtiene a partir de aerogeneradores fijados al lecho que son impulsados por la acción del viento en forma análoga a lo que sucede con los molinos eólicos terrestres. Se considera que el viento es más constante y está menos sujeto a variaciones en el mar que en la tierra, lo que se traduce en mayor estabilidad en la producción eléctrica.

Argentina cuenta con extraordinarias ventajas naturales para explotar la energía derivada de las mareas. Según los  expertos, los sitios más adecuados para explotar esta fuente de energía se encuentran en la Bahía Grande de la Provincia de Santa Cruz, cuyas costas exhiben desniveles máximos de mareas de más de 12 m, lo que las ubica entre las de mayor amplitud mundial. Además, existen condiciones favorables para la obtención de energía undimotriz en las costas de Buenos Aires y a partir de gradientes entre el agua del mar y reservorios geotérmicos costeros en varios puntos de la Patagonia austral.

 



Si bien la energía que podría derivarse del mar no está aún cuantificada con precisión en Argentina, no cabe duda que el potencial utilizable es inmenso. Los desafíos tecnológicos para explotar este potencial involucran desde el diseño de turbinas y dispositivos capaces de operar en el ambiente marino hasta el desarrollo de sistemas de conversión eléctrica, interconexión y mantenimiento. En este contexto, el esfuerzo nacional debería concentrarse inicialmente en la consolidación de grupos de investigación y desarrollo, la disponibilidad de  infraestructuras y herramientas de evaluación y el diseño de proyectos específicos que permitan ganar capacidades en las tecnologías involucradas.

Petróleo y Gas

Una meta fundamental para potenciar el desarrollo energético nacional es incrementar las actividades de exploración de hidrocarburos. La identificación de yacimientos comerciales en el Mar Argentino representa un factor importante para alcanzar este objetivo. En el caso de las cuencas off shore, las actividades de exploración están condicionadas por la adquisición de información obtenida mediante métodos geofísicos y el muestreo sistemático del subsuelo marino. Un avance en este campo ha sido la reciente incorporación a la flota argentina de investigación del buque oceanográfico «Austral», el cual está equipado con instrumental avanzado para estos fines.

Actualmente, el país carece de las tecnologías e infraestructuras específicas para emprender operaciones de exploración y explotación off shore en la plataforma, el talud continental y el océano profundo. La disponibilidad de equipamiento especializado resistente a la corrosión y apto para operar a grandes profundidades y presiones es crítica debido a los costos elevados  en el mercado internacional y a que no siempre se adapta a las condiciones operativas locales. A mediano y largo plazo, el desarrollo tecnológico propio en este campo constituirá una alternativa más redituable, ya que permitiría generar mayores grados de independencia y nuevos puestos de trabajo calificado.

 

Como objetivos se destacan:

          Equipar al buque oceanográfico «Austral» con el instrumental necesario para la adquisición sistemática de datos geológicos y de prospección sísmica.

          Desarrollar infraestructuras e instrumentos de medición para el estudio de yacimientos de gas somero y de hidratos de metano.

          Encarar el desarrollo y la fabricación nacional de instrumentos de muestreo y exploración del subsuelo marino.

 

Minería Marina

En la última década, la escasez de ciertos minerales y metales preciosos en las áreas continentales ha generado un renovado interés por la prospección minera en el lecho marino. La exploración se focaliza en la búsqueda de cobre, manganeso, cobalto, zinc y de elementos de gran valor económico como oro, plata, vanadio, molibdeno y platino, todos ellos en creciente demanda en distintos campos industriales. Estos elementos han sido identificados en los depósitos de sulfuros, nódulos polimetálicos y costras de cobalto. Son también de gran interés las fosforitas y los minerales fosfatados debido a los fuertes requerimientos de fertilizantes que se anticipan en la agricultura.

A pesar de la vasta extensión de los espacios marinos nacionales, la prospección de minerales ha tenido escaso desarrollada y no se existen antecedentes de explotación económica.

Conocer en profundidad al mar genera mejores condiciones para aprender a cuidarlo y defenderlo. Y si de territorio y soberanía se trata, las Malvinas continúa siendo un eje de esa disputa geopolítica. Esto hace particularmente estratégico el desarrollo de una iniciativa como Pampa Azul, porque no hay mejor forma que reclamar la soberanía sobre un territorio que mediante la diplomacia y el conocimiento profundo del mismo. Si nuestros científicos y tecnólogos brindan ese conocimiento, recuperaremos soberanía.


http://www.unsam.edu.ar/tss/el-reflote-de-la-pampa-azul/

https://www.pampazul.gob.ar/

https://agendarweb.com.ar/2020/12/23/la-iniciativa-pampa-azul-am-se-enfocara-en-la-ciencia-de-las-regiones-costeras/

 


*Guillermo F. Sala, Arquitecto

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