Revista Nos Disparan Desde el Campanario Año II. Nro. 30… ¿SE SABE PARA QUÉ EDUCAMOS?.. por Horacio Pili
….Las sombras siempre se apean
más rápido que la pata
nacen junto a la alpargata
y crecen hasta ande desean....
José Larralde
Cada
siglo tiene sus características, y éstas, precisamente, le han dado el punto de
inicio, que no siempre son en el primer año. A modo de ejemplo, al Siglo XVIII
lo caracterizó la aparición de la revolución industrial inglesa, que en
realidad fue a lo largo del siglo XIX que tuvo su mayor auge. El siglo XX fue marcado por ambas guerras
europeas en el año 1914 y en 1939 respectivamente. Y en este siglo XXI
decididamente esta pandemia va dejar una marca indeleble, habida cuenta que
según opiniones científicas abarcara hasta todo el año 2022. En medio de todo,
las comunidades siguen viviendo con mayor o menor penurias según del lado que
toque, pero en estos años otro aditamento es gran protagonista, es el avance de
la tecnología, que silenciosamente va subsumiendo nuestras singularidades de
manera continua y sin pausa. Esta pandemia, que como dije al principio va a
moldear este siglo, ya impuso con años de adelanto el teletrabajo. Con ello,
empiezan a ponerse en riesgo cantidad y calidad de puestos laborales. Esta
misma tecnología hará desaparecer trabajos que hoy se consideran comunes y de
fácil acceso como por ejemplo un taxi, un remisse o Uber. La instalación ya en
práctica de los pilotos automáticos, hará que este perfil en pocos años
desaparezca con la implicancia política y gremial que ello acarrea, lo que es
decir también, se empieza a ver una modificación en los cuadros de poder. Este
ejemplo es válido para decir que tendremos trabajos que ya no existirán más y
otros nuevos a los que habrá que adaptarse. Hoy una simple pulsera con un chip
permite medir nuestro pulso, los paso que caminamos a diario, nuestro ritmo
cardiaco, nuestro nivel de oxígeno, etc., etc., etc.
Si
usted quiere otra demostración más invasiva y que hace a nuestro intelecto se
puede mencionar a las Tablet para
lectura de libros. Usted lee su libro, pero como casi siempre sucede una gran
parte se olvida. Pero el sistema no olvida, al contrario graba. Graba tipo de
lectura, rapidez con que usted lo hace, los conceptos sobre lo que retorna para
releerlos, y así el famoso sistema va moldeando para ser guardado en la memoria,
su perfil inteligente. Obviamente todo orientado para que seamos partes
permanente de un sistema de consumo, ya que seguramente vía su móvil o correo
electrónico le llegara otro ejemplar con temas afines y de una lectura adaptada
su forma. Pero algo más grave aún, y que ya se está experimentando, es nuestra forma
de comunicarnos desde y hacia nuestro pensamiento mediante la PC u ordenador. Se
podrá ingresar a los pensamientos de otra persona y viceversa. Vale decir que
también esto habilita la llegada a los recuerdos del otro. Esto es el fin del
individuo. Ya no tendrá fuero íntimo. Pero si esto marca la caracterización
masiva de la población del mundo, donde todos dependeremos de robots y chips,
la diferenciación de clases absoluta hoy ya está en pruebas de laboratorio. Nuestra
salud ha dejado de ser secreto y vive en computadoras y bien se sabe que parte
de nuestro organismo es falible. Aquí se expresa que no todos nos podemos
enfermar de lo mismo. Me enfermo de lo que puedo y no de lo que quiero.
En
esto, los muchachos tecnológicos no se han quedado cortos ni muchos menos.
Están experimentando con animales de laboratorios los conservantes de órganos.
Ejemplo, si el organismo es falible en su aspecto hepático, la inoculación del
conservante respectivo asegura larga vida al mismo. De hecho están obteniendo
algo cercano a la inmortalidad en esos experimentos. A nivel teórico está desarrollando el método
para la conservación del cerebro. Todo este panorama de concretarse, llevara
para la última parte de este siglo, a que las diferencias ya no sean económicas
o sociales, sino que serán DIFERENCIAS BIOLOGICAS. Estos métodos, que serán de
altísimo costo, serán accesibles a una minoría de la población. En toda esta realidad,
es evidente que ningún país sabe para qué educa. Todo esto está en manos de
personajes que se han adueñado del futuro de la humanidad, y los estados
simplemente se han convertidos en administradores, no en planificar a 100 años
vistas como lo están haciendo estas estructuras supraestatales ya denominadas
GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple).
Ahí
lo tenemos a Bill Gates que está financiando un experimento a llevarse a cabo
en el mes de junio próximo, donde se enviara un globo aerostático a la
estratosfera para liberar polvo calcáreo, a fin de opacar la luz solar, de
manera de frenar el calentamiento global. A todas luces esta verdadera locura
no lleva otro objetivo que maximizar la tasa de ganancia. Porque bien podría
financiar el desarme de producciones e industrias que contaminan a diario. Pero
no alcanza. Sus aspiraciones son tapar el sol. Se han vuelto locos de poder. Al
igual que el epígrafe larraldiano, la pregunta es ¿hasta dónde crecerá la
sombra de esta tecnología tan deshumanizada?
Toda
la modernidad dejo de lado la dignidad de los seres vivos, tomando como objeto
en primer lugar a la naturaleza, a la cual diezmo hasta llegar a estas
instancias de pandemia, nunca vista desde que la creación apareció hace 4000
millones de años. Ahora se avanza sobre el mismo ser humano. Entonces el título
de la nota sobre para qué educamos es todo un misterio. Cabe suscribir los
conceptos de *Yuval Noah Harari, el cual profundiza todos estos temas, instando
a la juventud a intensificar la inteligencia emocional a fin de promover la
empatía para con el prójimo.- Nos salvara solo el sentimiento de amor hacia el
otro.-
*Yuval Noah Harari es un
historiador y escritor israelí, profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Entre sus obras se encuentran Sapiens: De animales a dioses, Homo Deus: Breve
historia del mañana y 21 lecciones para el siglo XXI.
*Horacio Pili Instructor de Formación Profesional, Sub jefe de área Centro de Formación Laboral N° 401 Tres Arroyos.
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