Revista Nos Disparan desde el Campanario Año II Nro. 29 Reencuentro con el “ameo” Childe, por Favio Camargo

 

Tal vez como forma de tratar de frenar un poco mis travesuras me enseñaron a leer antes de los 4 años, el material disponible tal vez no era el mejor; se trataba de un pasquín bahiense apologista de la dictadura….pero era lo que llegaba todos los días al lugar de trabajo de mi viejo por ser este un servicio a la comunidad… creo que lo donaban. Era y es al día de hoy una porquería como lectura, pero cumplía la función de que un niño muy “hinchapelotas” pudiera aprender a unir letras para formar palabras.

Con los libros de pintar mi relación era más complicada, me salía de las líneas, demasiada expresividad, prefería los crayones y el piso o las paredes…me sigue pasando todavía…la semana pasada pinté el portón de casa y aunque le puse cintas…la pared ligó un poco de convertidor – sintético – anti óxido.

Parece que hablo de 1910, no había canales infantiles de televisión, la televisión solo funcionaba unas horas y la programación para niños era muy poca. De la tele me encantaba Benny Hill, al que me dejaban ver con cinco años, para sorpresa de la gente pacata. Tal vez eso explique un poco mi gusto por el cine mudo, porque tenían mucha comedia de ese tipo…y también mi locura, pero eso es otro tema.

Pero volviendo a los libros y a las lecturas disponibles para un niño en esa época en Coronel Dorrego (1989 – 90), las historietas eran lo más vistoso y accesible. Además de las nacionales como Patoruzito…la “magia” del Mingo nos traía de Colombia productos Disney, de los cuales mi preferido era el Pato Donald. Llegaba mucho material español aunque con números atrasados pero accesibles, por caso Tintín…al que ahora, gente que parece estar muy aburrida y “paranoiquea”, cree que es un personaje no solo homosexual, sino también imperialista, racista y capaz con la maña de no devolver envases retornables de gaseosa y robarse carritos de supermercado para hacer parrillas.

En unas vacaciones en Punta Alta me encontré con los que hasta hoy están entre mis dos libros preferidos: La Constitución de 1949 y “Progreso y Arqueología”. Este libro, “Progreso y Arqueología” es según mi opinión totalmente insignificante, uno de los más lindos que hasta el momento he leído. Su autor es Gordon Childe (1892 – 1957) un arqueólogo australiano/ británico que se especializó en la Prehistoria y en cómo se fueron originando las ciudades como consecuencia de lo que denominó la “revolución neolítica”. En ese momento de la historia, aproximadamente hace 8000 años en el actual Irán, las personas comenzaron a domesticar plantas y animales, lo que les permitió dejar de caminar todo el tiempo atrás del alimento y poder asentarse de formas mas permanentes en los lugares. Una vez que el ser humano pudo asegurar su necesidad más primaria que es el alimento, tuvo tiempo libre como para comenzar a pensar en otras cosas, desde las herramientas, hasta la ropa y la vivienda. La ropa y la vivienda nos permitieron salir del África y caminar cada vez más hacia el frio del norte y así a lo largo de miles de años desparramarnos por todo el planeta, algo creo que más o menos todos sabemos del tema. Este autor editó muchos libros, como “ La Historia de las herramientas” y “El origen de las civilizaciones orientales” “Qué pasó en la Historia”, entre otros, pero este en particular “Progreso y Arqueología”  (1944) es el que más me gusta. Trata sobre nuestra relación con la tecnología como especie, desde el encuentro con el fuego, las primeras herramientas, la vivienda, la ropa…y lo explica con un lenguaje tan claro como para que un niño de seis años comprenda, pero a la vez tan detallado que al día de hoy se sigue usando en la Universidad, y lo uso yo como docente en las escuelas en las que trabajo. Lastimosamente este autor ya no se edita, si la razón es porque su perspectiva es marxista estamos pecheando como civilización. Lo leí tanto que se desintegró el pobrecito, era una edición económica de las que seguro se habían salvado del fuego de las quemas de libros de la dictadura. Hace unos días pude reencontrarme con un ejemplar a través de una plataforma de comercio on line de cosas usadas…una edición en tapa dura de los 60 que está muy cuidada. Si pueden encontrar alguna obra de este autor genial, y comprarla, háganlo no se van a arrepentir.-


Por ahora los invito con otro de sus excelentes ensayos: 

TEORIA DE LA HISTORIA

 


*Favio Camargo. Docente, estudiante del Profesorado de Historia en la Universidad Nacional del Sur

 

 


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