Revista Nos Disparan Desde el Campanario... Nora Lagos… Maldecida por Peronista … La reacción fue, es y será, siempre, implacable
Fuente:
Roberto Baschetti
http://www.robertobaschetti.com/biografia/l/13.html
Nacida
en Buenos Aires, el 14 de febrero de 1925 en una mansión de gente rica, que
ostentaba un poder económico muy fuerte. Su Padre, Carlos Lagos, es el director
del diario “La Capital” de Rosario entre 1916 y 1940. Su madre francesa (María
Teresa Chauvin) es la comidilla de la alta sociedad rosarina y del país, por
perder varias fortunas en el casino de Mar del Plata. En ese ámbito se cría
Nora. Los mejores colegios, las mejores institutrices, un futuro económico
asegurado, criar hijos con algún acaudalado hombre de negocios como marido.
Pero nadie contaba con la rebeldía de Nora Lagos. En 1947 se casa con Hugo
Mascías (guionista cinematográfico que actúa con el seudónimo de Hugo Mac
Dougall), a través del cual hace amistad con Enrique Santos Discépolo, Homero
Manzi, Zully Moreno y otra gente del mundo del espectáculo. En septiembre de
1953, Nora llega a la dirección del diario, que en 1946 había apostado fuerte
por los candidatos de la Unión Democrática y donde además los directivos del
periódico, hacían a diario fe de su antiperonismo más gutural. Lo primero que
hace como directora es cambiar la orientación política del matutino. Con el
tiempo, su sobrino segundo (Ovidio Lagos, mismo nombre y apellido del fundador
del diario) en el libro “Argentinos de raza”, lamenta que Norita “fue infectada
por el virus del peronismo” escandalizando a su familia. A partir de ahí, el
diario es un bastión del Movimiento Peronista, toda la obra política y social
desplegada por Perón, es ponderada y asumida como propia por el periódico.
Inclusive en 1954, es invitada y acepta ser parte de la comitiva presidencial
que va al Paraguay a devolver a ese pueblo, los trofeos indignos de
poseer, arrebatados al país hermano en la Guerra de la Triple Alianza. Caído
Perón en 1955, la familia conservadora recupera el diario y Norita Lagos va a
parar a la cárcel. Devuelta su libertad se suma a la resistencia peronista
editando un diario semi-clandestino denominado “La Argentina (Justa, Libre,
Soberana)”. La detienen nuevamente y durante 7 meses la confinan a una dura
vida carcelaria. Como bien dice su sobrino segundo, en el libro antes citado:
“Esa mujer de delantal gris, prácticamente incomunicada en una celda diminuta y
a la que se le prohibía hasta leer, estuvo confinada por el mero hecho de ser
peronista… Nora soportó todo, sin desfallecer, sin escándalos de ninguna
índole”. Recuperada nuevamente su libertad, Lagos se separa de Hugo Mascías y
forma nueva pareja con un militante del peronismo combativo: René Bertelli.
Saca un nuevo diario: Soberanía” y nuevamente, por tal motivo va a parar a la
prisión. Embarazada y escuchando los gritos de los torturados, toma la decisión
de huir a cualquier precio de ese infierno y con tal fin soborna con éxito a un
guardia cárcel. Escapa al Paraguay pero pierde su embarazo. A fines de 1957
retorna a la Argentina clandestinamente. Se opone a darle el voto peronista a
Frondizi en 1958 –temiendo una traición- y considera que lo mejor es el voto en
blanco como forma de exteriorizar una intransigencia total contra el régimen.
Bertelli a posteriori, ingresa a las Fuerzas Armadas Peronistas; pero para ese
entonces ya está separado de Nora Lagos. Esta mujer es nuevamente detenida por
su fe peronista en 1962. Al ser liberada, es una de las organizadoras de la gran
marcha que se organizó desde el Monumento a la Bandera en Rosario, hasta el
Cristo Redentor, como sentido y mudo homenaje a los compañeros fusilados en
junio de 1956. Ya mujer mayor, se vino sola desde su Rosario natal para estar
el 20 de junio de 1973 en Ezeiza esperando a Perón. De aquella década vivida a
pleno (1945-1955), en que nuestro pueblo fue feliz, solamente le quedó luego de
cárceles, fugas, exilios, pensiones y ventas lógicas para sobrevivir, un escudo
peronista –regalo de los empleados de su diario- de oro y esmalte, bordeado de
pequeños brillantes, que usaba como prendedor. Falleció el 23 de noviembre de
1975. Su familia nunca le perdonó su osadía y la sepultó en el olvido. Así es
que cuando “La Capital” cumplió los 100 años de su fundación, se expusieron las
fotografías de todos los directores que pasaron por el diario; pero faltaba
una, la de ella, Nora Lagos, maldecida por peronista.
Digna de ser conocida como heroina entre la mujeres Peronistas
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